Capítulo 14

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Shoto trago saliva, su piel se torno un poco pálida e intento fingir tranquilidad bebiendo otro sorbo de su té, la magia de Katsuki se enredaba con su cuerpo, lo atrapaba de manera dolorosa y asfixiante, como si estuviera quemando sus contornos. No quería hacer una mueca de dolor o mostrar debilidad, pero de haber sabido que el mago no era conciente de lo que ocurría, lo habría hecho.

Se limito a mantenerse firme y en una posición de poder que sabía que no tenía en aquella humilde sala.

— ¿Por qué? —quiso saber, intentando tomar el asunto con calma e indiferencia —Es un anuncio público, no puedo proclamar a mi esposo como una persona que no quiera dar a conocer su cara. Se vería mal ante el pueblo.

—Me voy a casar contigo para ayudarte con tu jodido ritual mal hecho. Eso no tiene nada que ver con mi cara. Di que estoy horriblemente desfigurado o lo que quieras —se encogió de hombros el mago, bajando la intensidad de sus emociones e intentando serenarse —No pienso mostrar mi cara en público en la...

—Plaza de los Héroes —terminó el bicolor la frase por el mago que, por algún motivo, parecía incapaz de hacerlo —Es dónde están todos los monumentos histéricos del reino.

—Sé eso —murmuró el mago malhumorado — ¿Tiene que ser ahí?

—Es un lugar donde las masas se reúnen con más facilidad y hace más sencillo que se distribuya la información —explicó el cuarto príncipe — ¿No te gusta la Plaza de los Héroes, Katsuki?

—Nunca he estado ahí —respondió indiferente el mago.

Todoroki parpadeo sorprendido, dejó caer sutilmente la taza de porcelana a su plato y miro al mago, cuyos nudillos parecían temblar de manera casi imperceptible. Tenía curiosidad por preguntar porqué no había estado en la Plaza de los Héroes, la cual se consideraba un lugar de patrimonio nacional, aparte de bellísima y esplendorosa con todos sus paisajes, las flores, las estatuas y las fuentes. No quedaba muy lejos de la Torre de Yuei, relativamente, con pasar por un par de calles se llegaba con facilidad. Además, que casi era imposible evitarla si se necesitaba pasar por el centro del reino hacia otra parte.

Sin embargo, sabiamente, no pregunto más. Tenía el presentimiento de que podía perturbar al mago y si bien le gustaba la calidez de su magia, no le daba gusto pensar en ahogarse en ella nuevamente. Volvió a levantar su taza para beber el té y dejo que un silencio ligeramente incómodo les molestará, pero descubrió gratamente que no era tan insoportable como lo fue con Yaoyorazou.

— ¿Trabajas aquí todo el día? —se aventuró a preguntar el cuarto príncipe, esperando no arruinar el ambiente y no seguir hablando por unos minutos del matrimonio con el mago.

—Hasta la tarde —contestó el mago, agradeciendo solamente un poco que el contrario hubiera vuelto a hablarle —Paso todo el día aquí o en la biblioteca.

—Oh, eso me recuerda, ¿no fuiste a una academia de magia? —cuestiono verdaderamente interesado el cuarto príncipe —Eres un mago muy joven pero extremadamente capaz y poderoso, ¿qué tipo de formación tuviste?

—Estudio independiente, su majestad —contestó el mago con una pizca de burla en su voz que busca ocultar algo más —Si ya terminó nuestra conversación y los puntos que hablamos quedaron claros, podrías irte. Quiero volver a mi trabajo.

No quieres seguir nuestra conversación.

El más alto no iba a enojarse porque el contrario mantuviera sus secretos tanto como quisiera. Lo que tenían era una relación de ayuda, no de amigos, ni mucho menos de compañeros cuando pensaba la manera en la que el mago —y, bien, él también— se comportaba. Mientras cada uno cumpliera sus partes, todo estaría bien. Pero, aún así, se resintió un poco cuando tuvo que pararse y abandonar la sala de magia que usaba el mago para trabajar.

Todo tiene un precio [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora