Todo tiene un precio [TodoBaku]

Capitulo 79

— ¡Kacchan! ¡¿Me escuchas?! ¡Kacchan, Kacchan!

Izuku estaba muy asustado. Cuando Katsuki llegó a socorrerlo, él vio claramente a Shigaraki intentando atacarlo y se puso de pie para detener el ataque con One For All, ¡pero nunca se espero que en realidad estuviera apuntando al Muro del Dragón que estaba detrás de ellos! Cuando la estructura entera colapso, lo que parecía una enorme nube de color negro y rojo se puso alrededor del cenizo y después se endureció como una crisálida de cristal oscuro. No se podía ver nada, pero se escuchaban con horrible claridad los gritos de agonía de Katsuki.

— ¡Kacchan, Kacchan! —repitió efusivamente y cuando sintió que la magia oscura intentaba atacarlo una segunda vez, se dió la vuelta y se defendió con su espada — ¡Maldito! ¡¿Qué le hiciste a Kacchan?!

—Nada —sonrió levemente el monstruo disfrutando de la melodía de dolor que llegaba a sus oídos. Ciertamente, el cenizo tenía una voz hermosa cuando se mezclaba con el llanto y la desesperación —Katsuki cosechó lo que sembró en el pasado. Yo no tengo culpa en eso.

Shigaraki estaba siendo un ochenta por ciento honesto. La energía mágica del Muro del Dragón acumulada por tantos años había olvidado por completo sus orígenes, estaba en calma y dormida. Que él impulsará un poco de oscuridad dentro de ella para avivar la conciencia de que antes que magia, habían siendo personas, no tenía mucha relevancia. En realidad, recordarle a esa magia acumulada quién tenía la culpa de esto no era necesario, él solamente la libero de su injusta prisión, ¿no le convertía eso en una buena persona?

Por supuesto, dejaba a Katsuki como el culpable de todo. El que merecía un buen castigo por semejante acto de crueldad. Y esa resolución no le agrado para nada a nadie. Eijirou se transformó nuevamente en el enorme dragón rojo que era e inicio un incendio contra el monstruo, buscando volverlo cenizas. El de pecas también se lanzó al ataque nuevamente, esta vez motivado por la ira, One For All emitió un brillo verde deslumbrante que inquieto un poco al monstruo.

Por otro lado, Shoto se olvidó de la batalla y corrió hacia donde estaba atrapado la persona que amaba. Golpeó con las manos desnudas en vano la superficie y sintió su corazón encogerse con cada grito que escuchaba por parte del mago. Uso el hielo para liberarlo pero ni siquiera eso le sirvió de algo. No había la menor señal de daño.

El cuarto príncipe se mordió los labios con frustración y apoyo la cabeza sobre el cristal oscuro, las palabras de Hitoshi Shinsou llegaron a su mente. Si no lograba convencer al mago de que no era un monstruo, entonces, sería el fin de Yuei.

Lo que sea que estuviera ahí adentro, debía estarle recordando a su hermoso Katsuki ese hecho. Cada una de las cosas que tan cuidadosamente puso dentro de su corazón, que guardo profundamente en el interior para no verlas, se abrieron paso de manera salvaje hasta hacerlo sangrar de adentro hacia afuera.

¿Cómo podría él cambiar eso? Por mucho que amara el mago, aún con sus sentimientos siendo correspondidos, ¿qué valor tenían cuando sus palabras no le llegaban a su corazón?

Cuando comenzaba a sentirse realmente impotente el sonido de un chirrido, muy similar a una puerta abriéndose, le llamo la atención y cuando movió la cabeza, noto que había una puerta de verdad a menos de un metro de dónde estaba. La peculiar puerta fue abierta por un hombre alto, de cabello azabache y ojos azules, debía tener menos de cincuenta años, pero daba la sensación de que se trataba de alguien muy imponente. Seguido de él, salieron dos mujeres muy parecidas, una con el cabello castaño corto por los hombros y otra con el cabello castaño largo, mismos ojos verdes de tono olivo parpadearon a la luz del sol. Todos ellos vestían ropas rojas con negro, el hombre y una de las mujeres lo que parecía ser un traje militar, la otra un vestido rojo lleno de patrones de flores y soles en negro. Al salir por completo de la puerta, un par más de personas los siguieron, todos con auras mágica impresionantes y expresiones llenas de seriedad.