Capítulo 28

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La zona fronteriza no estaba delimitada. Midoriya tuvo que revisar varias veces las ubicaciones muy específicas que le dió el mago sobre el lugar que pertenecía a la familia Bakugou, para que así Kirishima pudiera sobrevolar en las zonas descubiertas. Como su forma de dragón era muy llamativa, hicieron parte del camino en caballo por los lugares ocupados por aldeas y la otra parte del trayecto en el lomo del dragón rojo. De Yuei a las zonas fronterizas había un viaje a carruaje de cinco días, ellos lograron hacerlo en tres días y medio. Llegaron para el atardecer y estaban pensando si quedarse en una posada o ir directamente a la casa de los Bakugou.

Pero el humano que usaba la pócima del mago para tener el cabello castaño y los ojos de color verde olivo se sentía algo débil, mareado y agotado por el viaje. Estaba encima de su caballo —dado amablemente por el amo de la Torre— pensando seriamente si debía ir a la casa de los Bakugou antes de que se hiciera de noche cuando el movimiento repentino hacia la derecha le llamo la atención y le hizo ver que el pelirrojo había abandonado su propio caballo para tomar con ambas manos las riendas de los animales.

—Vamos a una posada a dormir —declaró con seguridad —Pareces a punto de vomitar, Izuku.

— ¿Tan mal me veo? —se llevo una mano a la cara, palpando su piel y preguntándose que aspecto tendría.

—Ajá. Así que, primero descansemos y mañana buscamos a los Bakugou —movió a los caballos por el pueblo con facilidad —Mira, ¿te parece bien esa posada?

La posada que señaló el dragón parecía decente, el letrero de la entrada marcaba que tenían vacantes, había un par de mesas en la parte exterior para aquellos que esperaban la cena y parecía ser manejada por un matrimonio. Un hombre y un muchacho se encontraban sirviendo la comida y limpiando, en lo que una mujer mayor estaba en lo que parecía ser un modesto mostrador. El castaño se bajó de su caballo para acercarse a hablar con ella.

—Buenas tardes, señora —la saludo con educación — ¿Tiene habitaciones disponibles?

—Me queda una jovencito —respondió la posadera —Si elige alquilarla tiene el desayuno de mañana gratis y un establo en caso de que traiga caballos. La cena de hoy sí deberá pagarla.

—De acuerdo, la alquilare por esta noche —busco en sus bolsillos el dinero para la posadera que sonrió contenta y le pasó una llave —Gracias.

—Gracias a ti, mi hijo puede decirte dónde dejar a los caballos —miró por sobre el hombro del pecoso y gritó indicaciones a el muchacho que estaba sirviendo las mesas para que se acercará —Hijo, ayuda a este joven y a su pareja a acomodarse.

Izuku sintió la cara roja cuando la señora uso la palabra pareja para dirigiese a Eijirou, que lo miraba con atención desde la calle, sosteniendo ambos caballos con firmeza y estando alerta en caso de que algo saliera mal. Su rostro se puso todavía más rojo cuando hicieron contacto visual y lo esquivo, escuchando al hacer eso la risa de la posadera.

—Oh, querido, no tienes de qué avergonzarte. En Yuei las relaciones entre hombres y entre mujeres son bastante comunes —dijo la posadera pensando que el chico que tenía delante suyo quizás era un extranjero y que eso hacia que le diera vergüenza que señalara a su pareja que lo esperaba afuera — ¿Vienen de muy lejos?

—N-No en realidad —tartamudeo avergonzado el castaño sin saber bien qué responderle a la mujer.

—Oh, entonces solo eres tímido —concluyo con simpleza la posadera — ¿Es tu pareja quien se acercó a ti primero?

En realidad, en muchos sentidos, fue al revés ya que Midoriya se acercó primero a Kirishima al tomar a One For All y después para disculparse acerca de eso, aunque se rindió al notar que el dragón no aceptaría ninguna de sus disculpas. Luego de eso, aunque tuvo sus acercamientos, el pelirrojo solía mostrarle una actitud tan distante y burlona que ni se molestaba en intentarlo nuevamente.

Todo tiene un precio [TodoBaku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora