—Lamento que esto haya sido tan apresurado, necesitábamos refuerzos por culpa de una baja —me dijo el Capitán Price, yo asentí. Si era sincera, no me importaba en lo absoluto—. No hablas mucho, ¿eh? No pasa nada, creo que te lo agradezco.
Giré mi vista hacia la ventana, un vasto paisaje se extendía ante mí y, a unos pocos metros, se encontraba la base de la Unidad 141, que albergaba a los mejores soldados internacionalmente hablando. Seguramente sería la única española, por lo que no debía preocuparme demasiado por si se me iba la lengua.
—Ya estamos aquí, Teniente Lluny, ¿lo he pronunciado bien? —me preguntó.
—Mejor que la mayoría —respondí con semblante serio, bajando del automóvil.
—Llamaré a los chicos para la presentación, no te preocupes, son buena gente —aclaró él, yo asentí. Odiaba las presentaciones con cada ápice de mi ser, eran rutinarias, aburridas y tediosas.
Seguí a Price hasta entrar en la base, encontrándome a dos hombres sentados en un sofá, con cafés en las manos. Tenían las piernas apoyadas en la mesa, qué asquerosidad.
—Oh, estáis aquí —susurró Price, ellos repararon en mí.
—¡Ah, es ella! —exclamó el que tenía una especie de cresta en su cabello, levantándose, el hombre de su lado hizo lo mismo.
—Soy Gaz, encantado —me dijo, ofreciéndome la mano, yo la tomé, resultando en un incómodo apretón de manos.
—Teniente Lluny, encantada —hablé yo una vez soltamos las manos.
—Yo soy Soap, bienvenida —comentó el otro, tendiéndome su mano. Volvimos a darnos un apretón de manos.
—Muchas gracias —susurré yo, restregándome la mano en el pantalón de camuflaje, intentando que se notara lo menos posible.
—Por cierto, ¿Teniente? —cuestionó Soap, yo asentí.
—Sí, Teniente. Lideraba a los tiradores de precisión del MOE en España, la unidad de élite de nuestro ejército de tierra. Pero una vieja amiga me pidió ayuda y por eso estoy aquí. —Asintieron ante mi explicación, lo cual me alegró, pues no quería entrar en demasiados detalles. —Si ya hemos acabado, me gustaría dejar mis cosas en la habitación.
—No, todavía falta alguien, seguramente está en el campo de tiro —dijo Gaz, yo asentí—. ¿Vamos?
Él comenzó a marchar y no tuve más opción que seguirle. Atravesamos la cocina y salimos por la puerta de atrás, que daba a un extenso patio donde habían varios maniquís para practicar el tiro. Efectivamente alguien estaba allí, con los cascos para amortiguar el ruido y sosteniendo un M13. Dejó el fusil de asalto en el suelo y se giró, quedándose varios segundos mirándonos. Era increíblemente alto, parecía un armario, estaba segura de que medía más de uno noventa. Su cara estaba cubierta con una máscara de calavera, bastante tétrico a mi parecer, pero no era quién para juzgar. Se quitó los cascos y se nos acercó.
—Ghost, ella es la Teniente Lluny —dijo Price—. Lluny, él es el Teniente Ghost.
Ambos nos miramos entre nosotros, no hacía falta ser un genio para saber que no entraba en sus planes compartir el título conmigo. Los demás parecieron interesados en nuestro duelo de miradas, pues se quedaron en completo silencio. Prefería morir a apartar la vista y, aunque mi cara era de desinterés total, por dentro quería estamparle la cabeza contra el suelo.
—Encantado —masculló él enfadado, después entró en la base.
—No es nada personal, no te preocupes —me dijo Soap.
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consume | simon "ghost" riley
Fiksi PenggemarMe dijo que tuviera cuidado, que sino perdería la cabeza, pero al fin y al cabo soy humano y no puedo controlarlo. Hay voces en mi cabeza que me gritan "¡Huye!", rezo porque sean humanas. Ojalá entendiese que lo estoy intentando, que mi cabeza es un...