consume | simon "ghost" riley

007. Qué perspicaz.

—Tenemos que ir por el elevador, necesitamos la tarjeta de Diego —dijo Alejandro, yo continué siguiéndole a través de la casa.

—¿Dónde está Diego? —preguntó Ghost.

—La ofrenda. Segundo piso —contestó Alejandro.

—¿Ves algo, Teniente? —pregunté mirando a mi alrededor, habíamos salido a una especie de patio.

—Si puedes llegar al tejado, se puede acceder al ático —me dijo, yo asentí.

—Está bien, subiré como sea —susurré.

—Cuidado, vaquera, si los guardias te ven allí, o en el garaje, dispararán en el acto —me advirtió Alejandro.

—¿Por qué el garaje?

—Ni idea, pero debe haber algo importante para Diego —contestó, yo asentí.

—Encontrad al Sin Nombre y acabemos con esto de una vez —nos dijo Ghost.

—La paciencia es una virtud —comenté yo.

—No en estos casos —me respondió el Teniente.

Me separé de Alejandro, debía conseguir la tarjeta para subir al tejado. Lo primordial sería encontrar un arma de fuego, por si acaso, así que lancé unos jarrones en el baño y el guardia más próximo se acercó a ver qué pasaba.

—¿Qué se supone que haces? —me preguntó.

—Esto —susurré yo rajando su garganta. Agarré su X12 y la puse al lado de mi cuchillo—. Tengo un arma.

—Cuidado, vaquera, si escuchan balazos todo el lugar irá a cazarnos —me dijo Alejandro. Salí de la habitación cerrando la puerta tras de mí.

En unos pocos segundos, comencé a ver a los guardias retirarse hacia el lavabo, debían haber descubierto el cadáver. Seguramente si me veían ahora me matarían, sonreí disimuladamente.

—Estás jodida —me dijo Ghost, nada que no supiese.

—Qué perspicaz —comenté yo—. Subiré por el balcón del patio, cubridme.

Salté y me agarré a las rejas del balcón, subí por ellas hasta llegar a una especie de sala, Alejandro me dijo que era una zona restringida. Me agaché y me asomé por un pasillo, había demasiados guardias y dispararles no era una opción, ya que no tenía silenciador.

Entré en un cuarto que daba a otro balcón, lancé un vaso en dirección al guardia, que se asustó y dejó de vigilar. Corrí hasta engancharme en las rejas y subir. Un guardia me estaba esperando, sin pensarlo dos veces le disparé.

—¡A la verga! Ahora esto sí que va en serio —dijo Alejandro—. Ghost, estamos en peligro. ¡Al ataque!

—Recibido. Soap y yo cubrimos el exterior —habló el Teniente.

Abrí un cajón de la mesita de noche y encontré una .50 GS con silenciador, obviamente me la llevé. Alejandro y yo nos reencontramos justo antes de subir al tejado, donde un par de guardias nos estaban apuntando. Vi como una bala atravesaba al que tenía delante y luego al que estaba más allá. Debieron ser Ghost y Soap.

—Perfecto —susurré yo, apuntando a un guardia que estaba en el otro extremo, después apreté el gatillo.

—El tejado está despejado, pero vienen refuerzos —dijo Ghost—. El ático está en la esquina norte. —Me acerqué a una escalera. —Sí, por ahí, intenta acceder al ascensor.

—Entendido. —Subí por la escalera, encontrándome con una entrada que llevaba hasta el ascensor, bajé por ahí rápidamente. Justo ahí estaban los botones que operaban el ascensor. Subí hasta el tercer piso y pulsé el bloqueo de emergencia, haciendo que las puertas del ascensor que daban al tercer piso se abriesen.