consume | simon "ghost" riley

009. Pensé que te habíamos perdido.

—Teniente, despierta —me dijo Ghost, yo abrí los ojos rápidamente, no sabía cuánto tiempo había dormido, pero qué bien me había sentado—. Casi hemos llegado.

Y tenía razón, podía ver la base a un par de metros, aunque había algo diferente, dirigí mi vista al Coronel, que fruncía el ceño. Una vez el coche se detuvo, nos bajamos de él, Alejandro y yo los primeros, que nos acercamos a Graves confundidos.

—¿Qué es esto? —le preguntó el mejicano a Graves.

—Este es el futuro inmediato —contestó—. Aléjate de la puerta.

—¿Qué? —preguntó Soap poniéndose a mi lado.

—Soap, vete al lado de Ghost, es una orden —susurré yo avanzando hacia donde estaba Alejandro, John me hizo caso y se posicionó al lado del Teniente.

—Estás loco. Esta es mi base —dijo Alejandro, llevé la mano a mi cuchillo instintivamente.

—No es una base. Es una... considerable instalación encubierta... y me gusta —habló el estadounidense—. Me la quedo.

—Has d'estar boig, ja ho sabia jo... (Debe estar loco, ya lo sabía yo)—susurré mirando a Graves.

—Quedáis relevados, gracias por todo.

—No, no, no. Yo no recibo tus órdenes —habló Alejandro.

—¿No dijo eso Valeria? Eso me hace pensar sobre qué más cosas no sé acerca de tu afiliación con ella... —Graves sonrió y Alejandro se acercó peligrosamente a él.

—¿Qué chingados me acabas de decir, pendejo? —preguntó el Coronel, yo detuve su marcha.

—No te pases ni un puto pelo, estadounidense —dije seriamente.

—No hagas eso. No, no lo hagas —habló levantándome un dedo, si no lo escondía rápido se lo cortaría—. Y nadie saldrá herido.

—¿Nos estás amenazando? —preguntó Ghost desde atrás.

—Soldado, yo nunca amenazo. Yo solo garantizo —contestó Graves—. Así que dejémoslo.

—Voy a llamar a Shepherd —dijo Soap, yo negué, seguro que la idea había sido de el puto estadounidense mandamás.

—El general Shepherd envía saludos. Me dijo que no os lo tomaríais bien.

—¿Él sabe todo esto? —cuestionó Ghost.

—Me ha puesto a cargo de la operación a partir de ahora, así que apartaos. Es hora de que los profesionales acabemos con esto.

—¿Y quién es el profesional? ¿Tú? —Le miré de arriba abajo.

—No lo eres tú, obviamente —me dijo, dejé escapar una carcajada sonora y volví mi vista a Ghost, que asintió—. No sé por qué estamos hablando como si esto fuera una negociación. No lo es. Yo tengo mis órdenes y ahora vosotros, las vuestras.

—¿Quién chingados te crees, cabrón? —preguntó Alejandro—. ¡Mis hombres están ahí dentro!

—Me temo que no. Tus hombres han sido detenidos.

—¡Cabrón! —Alejandro atacó a Graves, los Shadows comenzaron a dispararnos, agarré mi cuchillo y le rajé la garganta a uno. Miré a mis compañeros, estaban en la misma situación, agarré el fusil del Shadow que había matado, pero sentí un disparo en mi brazo, justo donde el último, qué gracia. Caí detrás de un coche, si este iba a ser mi final, me conformaba, no pedía nada más. Miré a los chicos, parecían estar a salvo.

—¡Lluny, sal de ahí, ahora! —me gritó Ghost—. ¡Lluny, vamos! —Pude sentir su mirada en mí, chasqueé la lengua y salté hacia el bosque, perdiéndome en él. Ojalá los chicos acabaran bien.