012. El dueño de la muerte.

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—Graves cerrará todo el lugar —dijo Rodolfo saliendo del vehículo, yo bajé tras él.

—Habrá patrullas en el exterior —susurró Ghost colocándose la mochila en su espalda, nosotros hicimos lo mismo.

—Obviamente —comenté ajustando las asas—. ¿Estamos todos equipados?

—Llevamos armas, munición y cargas —respondió Soap.

—Tengo el gancho. ¿Trepadores? —preguntó Rodolfo, todos asentimos.

—Ojalá Alejandro esté vivo —susurró Soap mientras comenzábamos a avanzar.

Yo caminaba al lado de Ghost mientras que Rodolfo y Soap iban detrás. No podía evitar tener los nervios a flor de pie, si algo le había pasado a Alejandro, nos podríamos ir olvidando de acabar la misión con éxito. Volví mi vista hacia atrás, Johnny me sonrió, yo asentí y miré a Ghost, que parecía estar demasiado concentrado como para darse cuenta de que lo hacía.

—Rudy, ¿desde cuándo conoces a Alejandro? —preguntó John.

—Veinte años. Nos alistamos juntos. El tipo más duro del regimiento —contestó, aunque no le veía, sabía que estaba sonriendo, debían ser muy buenos amigos.

—Yo no me atrevería a cabrearle —comentó el Sargento, no pude evitar pensar en Valeria.

—Solíamos decir que Alejandro es el dueño de la muerte —dijo Rodolfo mientras atravesábamos un sendero.

—¿Qué significa eso? —cuestionó Ghost sin mirar atrás, sorteando un par de rocas.

—Que solo Alejandro puede matar a Alejandro —explicó la mano derecha del Coronel.

—Suerte que está de nuestro lado —susurró Soap, yo miré a través de la mirilla de mi rifle, habían varias patrullas en el exterior.

—Tenemos que matarlos para poder entrar, avanzad vosotros, yo me encargo de ellos —murmuré agarrando mejor el rifle, Ghost se puso a mi lado.

—Dos francotiradores en la torre, uno para mí, otro para ti —me dijo, yo asentí y disparamos al unísono—. Lluny y yo flanquearemos y despejaremos el terreno, adelantaros un poco y ayudadnos desde ahí.

Los dos hombres asintieron y se escondieron entre la hierba, Simon y yo caminamos varios metros por detrás de ellos.

—Se acerca un helicóptero, parece de suministros —susurró Ghost.

—Veo a seis Shadows —comentó Rodolfo.

—Afirmativo. Tres en el vehículo, dos detrás de las rocas y uno a la derecha —añadí apuntando a los del automóvil—. Acabaré con los del vehículo ahora.

—Yo me encargó de los demás —dijo el Teniente, yo asentí.

Acabé con los dos hombres al mismo tiempo que Ghost acababa con los suyos, odiaba admitirlo, pero el fantasma y yo hacíamos un buen equipo. Carraspeé y continué caminando hacia delante.

—Cárgate al de la derecha, yo me encargo de los otros dos —me ordenó Simon, yo asentí e hice lo que me pidió.

—¡Trajeron refuerzos! —exclamó Rodolfo. El Teniente y yo nos escondimos tras unos cuantos palés.

—No dispares hasta que yo lo ordene, Lluny —susurró Ghost, yo asentí y agarré el rifle con fuerza mientras miraba hacia el edificio—. ¡Ahora!

Ambos abrimos fuego a los enemigos de enfrente mientras corríamos hacia la torre más cercana. Rodolfo y Soap nos estaban esperando con los trepadores, así que, al llegar, y una vez habiendo acabado con todos los Shadows de fuera, subimos lo más silenciosamente que pudimos.

consume | simon "ghost" rileyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora