1

4.5K 479 308
                                    

La luna llena, el inmenso océano, la playa y la dulce brisa eran el escenario perfecto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La luna llena, el inmenso océano, la playa y la dulce brisa eran el escenario perfecto. Sólo eran ellos dos. Un rey y una princesa.

El corazón de Namor palpitaba como loco mientras que la delicada mano de la princesa estaba en su pecho. El rey miraba fijamente a los ojos llorosos de la princesa. Las lágrimas de Shuri se deslizaban por sus mejillas sin parar, pero nunca bajo la mirada. Ni siquiera un poco.

— Ma' a yok'ol, princesa — habló Namor rompiendo el silencio mientras acortaba el poco espacio entre ellos y se acercaba a los labios de la princesa.

Fue entonces cuando a un par de centímetros de que dichos se unieran que Shuri habló.

— Eres un hipócrita, Namor— soltó para luego alejarse del rey quien la miro con confusión— Asesinaste a mi pueblo y a mi madre. ¿Y te atreves a declararme tu amor ahora? ¿Como si eso no hubiese pasado? — habló con furia.

— Yo se que fui cruel e injusto contigo. Actúe mal y eso yo — la princesa lo interrumpió.

— Así como te perdoné la vida, también te la puedo quitar, Kukulkán — amenazó la princesa — Te metiste con mi nación, con mi pueblo, con mi madre y ahora tú tienes el sucio descaro de venir y declararme ¿tu amor? No seas ridículo, Namor — se burló — No me conviertas en tu enemiga nuevamente porque esta vez no voy a ser piadosa — Namor rió.

— ¿Crees que te temo, princesa? — habló mientras se ponía de pie y se acercaba a la princesa quien no retrocedio al tenerlo nuevamente cerca — Matame aquí y ahora si así lo deseas. Arráncame el corazón y quédatelo. Después de todo tú te lo ganaste. Y no importa si me matas es y será tuyo — Shuri levanto la mano lista para golpear al rey, pero este tomo su brazo a tiempo.

— Eres un sucio hipócrita — dijo para luego escupir en la cara del rey a lo que él sonrió coqueto.

— ¿Quieres probar un poco de este hipócrita? — habló mientras tomaba a Shuri de la cintura y la pegaba a su cuerpo — Ven a Talokan y se mi reina, Shuri — susurró al oído de la princesa haciendo erizar la piel de dicha — Se mi reina, se mía y te daré todo lo que desees — la respiración de Shuri comenzó a agitarse.

— Nunca — Namor soltó una risita —  Déjame ir y vete o créeme que iré hasta tu nación y frente a todo tu pueblo asesinaré al gran Kukulkán — Namor la tomó de la mandíbula obligando a Shuri a mirarlo a los ojos.

— Te esperaré entonces — dijo burlón para luego robarle un beso a la princesa.

Al principio la princesa forcejeo con Namor quien sonreía y nuevamente la atraía hacia el. Shuri abrió la boca para ofender al rey, pero fue entonces cuando la lengua de dicho inicio su ataque. Fue entonces cuando la princesa cedió y poco a poco caía rendida ante el apasionado beso del rey. Dicho comenzó a bajar al cuello de la princesa robandole uno que otro suspiro. Entonces Namor se acercó nuevamente al oído de la princesa y le susurró entre jadeos.

— In wojel in reina— pidió al oído de Shuri — Sé mi reina — se tradujo a lo que la princesa negó repetidas veces.

— No y por favor aléjate de mi — Namor soltó un suspiro y se alejo de Shuri.

— Esta bien. Si cambias de opinión usa esto — le entrego una caracola — No importa donde estés yo vendre por ti — dijo para luego dirigirse al mar.

Namor se marchó devastado y Shuri se soltó a llorar nuevamente. Se sentía pésimo consigo misma y se maldijo incontables veces.

Era una sucia traidora por haberse dejado llevar por los besos del asesino de su madre e incluso pensar en aceptar su propuesta.

Una gran vergüenza para su nación.

ᴍɪ ɴᴀᴄɪᴏɴ / ɴᴀꜱʜᴜʀiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora