15. La fiesta

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Me miraba en el espejo y seguía sin creer que era yo la del aquél reflejo.

Eris sonrió amplio al igual que su madre.

—Te dije que necesitabas un pequeño cambio de color en tu cabello.

Según Eris el cabello chocolate había pasado de moda, así que pidió a la estilista un pequeño cambio.

Le dijo que me hiciera unas luces claras, además de eso me cortaron el cabello y le pusieron un tratamiento para que no se dañará.

A pesar de que era muy poco lo que me había hecho me veía diferente.

Mire mi reloj y marcaba 8:30 pm apenas tenía tiempo de llegar y ponerme mi vestido.

Salimos del salón de belleza para esperar al chófer.

—¿A quien crees que lleve Eros a la fiesta? —pregunto de repente Eris, su madre sonrió.

—Seguramente irá con Bianca.— Eris hizo una mueca cómo de asco.

—Esa chica es repulsiva.

—Pero es su prometida.— voltee a verla y trague saliva.

—¿Eros tienen novia?—pregunte esperando no sonar tan desesperada ambas asintieron.

—Se conocen desde la secundaria. Algunas veces rompen, pero al final siempre regresan esperamos cuando estén casado dejen las niñerías. —trague saliva para hacer aún lado el nudo que se empezaba a formar en mi garganta.

Eros estaba comprometido y jamás había mencionado a su futura esposa.

Cerré los ojos y mire a otro lado.

Recordando las palabras que me había dicho anteriormente.

"Si me lo permites puedo ser eso que necesitas"

Maldito hijo de puta, él era una mierda igual que el resto de su familia.

Ahora la culpa me estaba matando. Había estado con alguien que además de tener pareja iba a casarse. No podía entender lo estúpida que había sido.

El auto se estacionó y las tres nos acomodamos, una vez dentro el conductor manejo a casa.

—¿Y crees que Hades valla solo?—dijo Eris.

—Lo más seguro, mi bebé no tiene conflicto con ello, él que me preocupa es Angelo.— Eris negó.

—La gente está acostumbrada a verlo solo.

—Pero ahora tiene prometida.—dijo su madre

—Pero vive del otro lado del mundo, así que no dirán nada.

—¿Y de verdad tienes que ir con tu jefe? —preguntó Eris.

—¿No te gustaría acompañar a mi hermano?—negué rápidamente.

—Le prometí a mi jefe acomodarlo y no puedo arrepentirme en el último momento.—dije y Eris asintió.

—Ahh tienes razón. — suspiro pesado.

El resto del camino fuimos en silencio.

Entre más pasaba el tiempo más conocía a los Fiore y menos a gusto me sentía con ello.

La manera en que veían el compromiso era una muy cruel y fuera de época.

Era por eso que estaba decidida hacer lo que fuera con tal de salir de esa familia.

No quería tener algo que ver con personas como esas.

Al llegar a la casa baje rápidamente del auto y entre corriendo.

Conociendo a mi prometido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora