hefesto: el Ángel de la muerte

capitulo 3.

Narrador: es nuevo día en el hogar de Erik y este se levantó muy emocionado pues su padre vendría de visita.

El no veía a su padre tan seguido como otros niños acostumbraban su padre es una assimar caído un ser bastante poderoso además de que hiba por todas partes ayudando a quien podía.

Se que parecerá mal padre por el echo de que va por todas partes del mundo y no estar con su familia pero el no lo es se da tiempo para su familia cada que puede.

Erik admiraba a su padre y soñaba algún día ser tan buen aventurero como el aunque el era muy diferente a su padre en cuanto a manera de ser su padre es un espadachín muy hábil mientras que el era mejor en cuanto a cosas más avanzadas por así decirlo.

Erik saltó de su cama y se vistió lo más rápido que pudo y bajo a toda velocidad las escaleras y al bajar se encontró su madre la cual tenía una gran sonrisa en el rostro.

Al lado de ella había un hombre de pelo negro largo que erik reconoció al instante.

Erik: papá! -dijo feliz corriendo hacia el-

Oram volteo y le sonrió al pequeño y lo cargó.

Oram: hola campeón! -dijo feliz viendo a su hijo- como estas?

Erik: muy bien! Hice una amiga! -dijo feliz-

Oram: una amiga? -pregunto curioso-

Erik: se llama imogen su papa es el dueño de la librería grande que está en el centro -explico emocionado-

Oram: deberías presentarmela alguna vez -dijo oram sonriendo-

Karina: ya basta de charla siéntese a comer tienen un día muy ocupado por adelante -dijo mientras ponía una mano en el hombro de oram-

Oram: tienes razón vamos erik -dijo el hombre dejando a su hijo en el piso-

Los tres se sentaron y terminaron rápidamente lo que Karina había preparado de desayuno y salieron a tener una tarde de padre e hijo.

Primero dieron un paseo por el parque y su padre le contó sobre las cosas que vio en sus viajes y el tipo de monstruos que enfrentó.

Erik: viste algún cíclope? -pregunto emocionado-

Oram: uno si... pero era muy viejo así que no dio mucha pelea -dijo decepcionando un poco al niño-

Erik: yo quisiera ver uno en persona -dijo emocionado-

Oram: algún día lo harás -dijo revolviendole el cabello-

Erik: también tendré alas? -pregunto emocionado-

Oram: talvez... sabes que... no eres como los demás -dijo en un  tono calmado-

Erik: lo se soy solo mitad assimar... pero las alas podrían ser muy útiles -dijo esperanzado-

Oram: a mi no me sirven mucho -dijo con simpleza-

Erik: por que? -pregunto curioso-

Oram: ...me choco en árboles muy seguido -dijo en un tono calmado-

Erik se echó a reír mientras que oram soltó un par de risas ante la actitud de su hijo.

Oram: quieres un helado? -pregunto amablemente-

Erik: si! Por favor! -dijo alegre-

Oram y erik pasaron el resto del día juntos y volvieron a su casa cuando el sol empezó a ponerse.

Oram llevo a un erik dormido devuelta a casa oram se paró frente a la puerta y la tocó la puerta fue abierta por karina la cual tenía una sonrisa dulce en la cara al ver a los dos.

Oram: se durmió saliendo del parque -dijo con una risa al final-

Karina: ven llévalo adentro estará más cómodo en su cuarto -dijo con dulcura-

Oram hizo caso y subió a la habitación de erik y lo dejó con cuidado en su cama y luego bajó para hablar con su esposa.

Oram: nos divertimos mucho -dijo sentándose en la mesa- me contó sobre esa nueva amiga suya imogen parece que es una chica muy amable

Karina: lo ves son muy unidos... quizá acaben siendo algo más en un futuro -dijo pensativa-

Oram: ya estás pensando en nietos? -dijo chistoso-

Karina: cállate -dijo entre risas- ...querido... son ciertos los rumores? -pregunto preocupada-

Oram: rumores? -pregunto-

Karina: si... personas convirtiéndose en monstruos niños desapareciendo -dijo algo aterrada-

Oram no respondió y miró hacia la puerta que llevaba al cuarto de su hijo como asegurándose de que estaba dormido y luego miro a karina.

Oram: ...lo son... los casos son muy pocos pero... son preocupantes -dijo serio- espero que ninguno ocurra aquí

Karina tomó la mano de su esposo y le dedicó una sonrisa recomfortandolo.

Karina: estaremos bien te lo digo -dijo con una sonrisa dulce- ven vamos a dormir

Oram logró calmarse y fue con su esposa al cuarto que ambos compartían donde fueron a dormir tranquilamente.
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