Luego de las grietas. [ Brahms Heelsire x tú ]

5. Ruidos raros en las paredes.

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Estabas haciendo el desayuno mientras que el muñeco Brahms estaba en una silla observándote.
Sin quitar su mirada de ti, claro está que te sentías algo nerviosa al ver que te miraba pues no sufrías un poco de ansiedad.
Aún así, no dejaste de hacer tus cosas.
Luego de hacer las tortitas para los dos, cuatro tres para ti y otras tres para él, buscaste sirope de maple pero recordaste que estabas en Reino Unido. Aún que algo se te pasó por la cabeza.
Giraste tu cabeza al muñeco por unos segundos pero luego negaste con la cabeza.

- Además...si dejo la casa sola podrían entrar a robar, y eso no sería bueno para mí ni para Brahms. ¿ Habrá alguna manera... ? - Tus pensamientos en voz alta fueron callados al oír un golpe seco en la pared de la cocina, haciendo sobresaltar en el sitio. -

Miraste donde venía aquel ruido, mirando la pared por muchos minutos con la mano en el pecho.
¿¡ Qué mierda era eso ?!.
Intentaste asimilar un poco la situación, pero no buscaste lógica alguna amenos que...

-... ( ¿ Habrá ratas o algo más peligroso que las ratas, rondando por aquí ?. ) - Pensaste -.

Tus ojos fueron a los del muñeco y no pensaste dos veces para llevártelo contigo al salón.
Lo sentaste en un sofá de un solo asiento para buscar alguna cosa.
Para entreteneros, así que optaste en ir a la biblioteca para encender el tocadiscos con un disco de Beethoven para ponerla en voz alta y así buscar entre los cajones algunos folios y en la mesa, alguna posiblidad de lápices.
Y si, si había.
Sonreíste para bajar abajo, donde te esperaba el muñeco.

- ¡ Mira brahms ! - dijiste super emocionada - No sé si te gusta pintar pero e traído esto mientras que escuchamos música y la comida se haga a su tiempo. - Dijiste mientras te sentabas - No creo que tarde mucho para hacer la comida. Así que, todo bien.

Ya de decir aquello, pusiste varias hojas enfrente del muñeco y algunos lápices para así luego tú, dibujar con calma alguna flor, alguna persona, etc.

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- ¡ waaaa~... ! - Dijiste mientras que terminabas de comer aquella carne jugosa que habías echo - ¿ Sabes ?, No sé si te gusta la carne Brahms pero, ¡ Esta deliciosa con las patatas fritas que he hecho !.

Sabías bien que, el muñeco, no iba a responder a tu comentario así que solo sonreíste de manera dulce.

- Se ve apetitoso, linda ___________. - No te sobresaltaste en tu lugar, sin embargo eso fue reemplazado por un pequeño escalofrío. Por aquel comentario dulce del niño -.

Te quedaste por un minuto así, hasta que fuiste a fregar tu plato en silencio, intentando no tener aquellos pensamientos absurdos.
Pero tenías la sensación de que alguien te observaba, no eras tonta, sabías que aparte de ti había algo...
Pero no querías darle mucha importancia.
Dejaste escapar un suspiro pero volviste a sonreír.

- Gracias a ti Brahms por decir este comentario -dijiste- me hace feliz que...no desprecies mi comida.

Un silencio se hizo venir. Te quedaste mirando a la pared por unos segundos , sabiendo que ahí podía estar el verdadero Brahms.
Miraste a la dirección del muñeco, para tomar el plato pero tú acción fue parada por la voz de este.

-. ¿ Despreciar tu comida ?, ¡ Jamás, nunca ! - dijo rápidamente - A Brahms le gusta la comida de la linda _________. -contestó con su misma voz de niño -.

Tú solo te quedaste ahí, pero volviste a tu acción para tomar el plato y llevarlo a la nevera y así ir donde el muñeco.

- Bien Brahms, se que no te tengo que dejar solo pero... Quiero darme una ducha por lo menos.

Habías pasado ya unas semanas que estabas allí, y no solo una vez te habías duchado pero sin pelo.
Y gracias a que la mansión no estaba abandonada del todo; sabías que podrías aprovechar aquello.
Tomaste al muñeco para llevarlo a la biblioteca, dejándolo en un sillón mientras que tú te ibas no sin antes echarle un último vistazo.

- Brahms, lo siento mucho, pero no te puedo llevar conmigo porque quiero tener mi privacidad, ¿ Entendiste ? - Intentaste decir para que este no se enfadase -.

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Estabas ya vistiéndote en tu habitación, y seguías escuchando aquellos ruidos pero esta vez eran leves. De alguna forma sabías que esos ruidos no podían ser simples ratas. Sin embargo, te dió una sensación algo rara en toda tu espalda. Te vestiste solo con una falda, un jersey, unos calcetines y tus zapatillas/ pantuflas de estar por casa.
Cuando ya habías abierto tu puerta, un pequeño sobresaltó y un pequeño chillido hizo que te echarás un poco para atrás.
Poniendo una mano en tu pecho en donde estaba tu corazón, con pulsaciones muy rápidas.

- Hehe... ¡ Brahms !, No...no me asustes así... - le regañaste -

- Lo siento, linda _____________. Pero te olvidaste de mí en el comedor... - dijo este con su voz de infante, mientras que el verdadero te miraba por el pasillo escondido -.

- Lo siento mucho de verdad. - Dijiste algo decepcionada para agacharse un poco viendo hacia la pared. - Pero en esta mansión hace frío y necesitaba de alguna forma, necesitaba ducharme y arreglarme.

Brahms al ver que estabas viendo a la pared, su corazón hacía palpitar demasiado. Puso su mano en su camisa donde estaba su corazón, estrujando un poco aquella camisa sudorosa y maloliente.
Sabía bien que tú no eras tonta, aún así le gustaba que le dirijieras la palabra. ¡ Y le encantaba claro que sí tu ropa !.
Siguió viéndote como recogías al muñeco para irte con el a la sala de la biblioteca, y te siguió hasta allí. Esperando a que bailaras con el este pero se decepcionó al ver que lo sentaste y buscabas un libro para leerle.
Se sentó y empezó a escucharte. Tus palabras le tranquilizaban a tal punto de parecer un niño de nuevo.
Valía la pena escucharte detrás de las paredes.