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- " Tu nunca, vas a ser ni serás, mío. "
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Tu mente estaba divagando en otro lugar, en el cual, estabas solamente tú.
Tú y nadie más, mirabas algo, algo infinito, algo que no podías saber si había suelo o no.
Y eso te asustaba pero a la vez no.
Habías ya aguantado mucho, mucho de lo que deberías...
Ya no tenías a quien informarle. Y quien acudir en auxilio.
Apretaste tus puños con rabia, miedo y tristeza, todo a la vez. Ya estabas cansada de todo esto....
Solo querías....descansar.
Ya habías echo demasiado, demasiado como para aguantarlo.
Pero, hace unos meses antes, te habías ya confesado. Con un claramente: "Te amo".
Un señal de amor el cual tú lo interpretabas de una forma, y Brahms de otra.
Nunca supiste que es lo que realmente pasaba por la cabeza del de rizos azabache, asi que, poco podías hacer.Abriste los ojos, nuevamente tenías pesadillas las cuales eran más que recientes.
Desde que llegaste nunca pensaste lo que podía ocurrir y ahora que lo piensas, eras bastante idiota para ni siquiera escuchar las advertencias de Juliet.
Juliet... ¿ Cómo estará ella ?.
¿ Qué fue de ella ?.
Tus ojos se dirigieron a la ventana, la cual, parecía que el sol no quería verte pues el clima y las nubes no acompañaban.
Hoy sería un día lluvioso.
No te levantaste de tu cama, pues sabías que tenías que hacer nuevamente las reglas de Brahms.
Que por cierto, no sabías ni donde estaba.
Por mucho que fueran pareja.... Ahora actuaba muy raro.
Y sin más, te levantaste para así tomar aire y soltarlo de golpe, cansada.
Tenías ojeras, y no dormías lo suficiente.
Tampoco es que comieras demasiado y cuando el azabache veía que comías poco, siempre te replicaba que comieses y cuando este no se daba cuenta, echabas a perder la comida.
Parecía que te querías morir.
Pues, aún teniendo a él, ya nada tenía sentido para ti.
Tus pies, alcanzaron los tablones frios de la madera chirriante, y te dirigiste al cuarto del muñeco.
Aún que fuera un muñeco, ahora no te daba nada de confianza como antes. Todo iba tan bien antes de conocer al verdadero.
Lo tomaste con delicadeza y te fuiste al piso de abajo, pero, por unos instantes, una sala que nunca habías visto te llamó a atención.
Miraste hacia atrás por si estaba él, y al no verlo, fuiste allí.
Parecía que todo de ahí estaba sucio, con polvo, como si nadie hubiese entrado allí.
Parecía que Brahms guardaba su secreto.
¿ Cuantos más tenía... ?
¿ Cuantos secretos tenía ?.
El lugar parecía ser muy tétrico para una escena de policía.
Por unos instantes, viste algo en un espejo que decia: Vete.
Tenías tus sospechas, pero no podías volverte tan loca de lo que ya estabas.
Tus ojos se dirigieron a un espejo el cual estaba roto y daba a la entrada de las paredes que Brahms utilizaba...
Y sin más, te adentraste sin hacer nada de ruido.
Sabías bien que Brahms ahora andaba afuera y ya no dentro. Parecían a ver invertido los papeles por unos instantes.
Y no sabías si eso era tétrico o gracioso...
Los lugares estrechos no te eran agradables pero podías pasarlo. Tus pies llegaron a una habitación la cual parecia que era de ¿ Brahms ?.
Una cama de metal, un colchón desgastado, un mesita de noche y lamparita, y un sillón pero lo que más te sorprendió fue... Una muñeca de trapo.
Frunciste el ceño.
Tenía unas letras escritas: GRETA EVANS.
Tus ojos se pusieron en blanco, ¡ Mierda, Juliet tenía razón !.
Tus manos temblaron por unos segundos, tu respiración se entrecortaba, tus mejillas se pusieron coloradas. Estabas con ira, decepción, celos, y con ganas de explotar.
¿¡ Por qué !?.
Greta Evans.... ¿ Fue la niñera de él ?.
Si, seguro.....parecías no haber sido la primera "pareja" del máscara de porcelana.
Tu pecho dolía, te estaba doliendo.
Y una pregunta se te formó por la mente:
¿ Brahms todavía seguia enamorado de ella ?.
Porque si no lo estuviera... Esa muñeca no estaría.
La tomaste sin importar si tenías consigo al muñeco.
De ahí, tu cordura se fue, por los celos...
Ya estabas en la sala.
Allí parada con aquella muñeca estrujandola por el cuello sin importar la presión que hacia.
Te habías vuelto demente. Igual que Brahms....
El no necesitaba a nadie, ¿ Verdad ?, Solo te necesitaba a ti.
Viste cómo Brahms entraba a la sala de forma despacio pues, le habías gritado su nombre bastante fría.
Y se agachaba, estando algo encurbado para que se viera más vulnerable pero a la hora de verte, se quedó en blanco.- Greta... - Su voz de niño volvió otra vez -
Eso te hacía hervir la sangre, estrujando más la muñeca.
- Brahms..... - él no te miraba, solo miraba a la muñeca - ¿ Ella que era para ti ?. - Necesitabas por unos momentos tener algo de alivio en tu mente - Dime que ella no era nada para tí.
Pero tú pensar solo fue equivocado, pues, en un moviendo rápido te empujó para así tener a aquella muñeca entre sus brazos.
Tú lo miraste incrédula.
¿ Le importaba más esa muñeca que a tí ?, ¿ Entonces tus confesiones hacia él ?, ¿ Por qué por unos segundos tenías esperanza en la cuál, Brahms te diría la verdad ?.- ¿ Hasta cuando... ? - Empezaste a preguntas mientras que te levantabas sosteniendo contigo al muñeco -.
Este todavía no te miraba pero, su cabeza, se giro poco a poco a ti; incrédulo, dolido y enfadado.
¿ Le habías echo algo más a aquella muñeca ?.- ¿ Hasta cuando.... Ibas a retenerme aquí ?.
Vuestros ojos se clavaron, como si dos animales se tratasen a punto de atacar.
Brahms se incorporaba poco a poco sosteniendo a " Greta ". Tú por otro lado...tenías al muñeco, y eso te daba la ventaja de algo.Escuchaste una floja pero sonora risa por parte del mayor.
- ¿ Hasta cuando ? -Repitió- Eres mía.
Por unos instantes, ibas a reírte de él pero no hiciste.
- ¿¡ QUÉ SOY TUYA !? - Ahí es cuando ya no pudiste más - ¿¡ CÓMO DICES QUE SOY TUYA !?, ¡ SI NI SIQUIERA PUEDES DESPEGARTE DE ESA MUÑECA DE TRAPO !.
Brahms seguía viéndote.
Había conseguido una cosa, una cosa la cual estaba realmente satisfecho.
Estabas a su merced, pues consiguió tu confianza, amor y desesperación.
Lo tenía todo controlado, menos lo de tus padres que él no sabía que había pasado. Pero lo demás, lo tenía fríamente calculado.
Ahora que sabía que no podías escaparte, quería jugar más contigo. Pues, era verdad, él te amaba, pero te amaba de una forma enfermiza, tóxica y nada sana.
Él te necesitaba y tú lo necesitabas.
Y ahora que parecías estar celosa por solo una muñeca, su obsesión con Greta creció a un punto el cual, hizo eso.
Su sonrisa estaba detrás de su máscara.
Lo había conseguido.
Había conseguido algo.Por otro lado tú, seguiad gritando, seguías sintiendote vulnerable, dañada y simplemente engañada de alguna forma.
¿ Tenías celos de una muñeca ?, Si.
Pues al ver que Brahms había actuado de esa forma cuando la vio eso te hirió.
Pero tu mente colpasó.
Tomaste al muñeco con fuerza.
Y la sonrisa que tenía "vencedora" de tu contrario la borró.
Haciendo que recordase aquella escena.Tu mente ya no sabía que hacer, no sabía cómo protegerte de algún modo.
Y se partió en dos separando la locura con la realidad.
Tus manos tomó sin importancia alguna al Brahmsy, y con fuerza lo estampaste contra un mueble haciendo que los pedazos de la cabeza nuevamente como años atrás, se rompieran.
Los trozos volaron por doquier.
Al haber echo eso, Brahms estaba en shock. ¿ Qué habías echo ?.
¿ Qué le habías echo a su muñeco ?.
Te miró, vio como tu cordura ya no estaba en tu sitio. Eso no estaba en sus planes, ¡ NO LO ESTABAN JODER !.
Su cuerpo tembló por primera vez.Sus ojos, se fijaron por unos instantes en aquel ex de Greta cuando rompió su muñeco.
Y lo destrozo sin compasión haciéndole morir al instante.
Pero es que tú no eras él.
Si te mataba, él ya no tendria a quién retener.Pero si sabia lo que había.... Te había echo de algún modo suya haciendo que, colapsases sin importar nada.
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Luego de las grietas. [ Brahms Heelsire x tú ]
FanficY/N es alguien de familia humilde, tierna, y de buen corazón. Algo suave con sus cosas personales o sin ser suyas. Obediente, etc. Un día, te fuiste de tu casa y del país en donde estabas pues; ya tenías mayor de edad y querías irte. Así que decidi...