Capítulo 13

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Caminé por el sendero arenoso que atravesaba el pequeño bosque hasta Castle Muller, a unos 10 minutos de donde se encontraba Graceland. Luché por no recordar las expresiones enojadas de Isaac y la última discusión que habíamos tenido antes de que me marchase. ¿Por que no hablaba claro? ¿Que hice para que se comporte de esta forma conmigo? Isaac siempre me pareció reservado con respecto a sus emociones pero esta vez estaba camuflando otra con un enojo bastante infantil. No te jode, como si yo fuese un adivino o algo y supiese que le ronda por esa cabeza bipolar. Tuve la tentación de escribir a Caitlin y preguntarle si no le importaba quedar más tarde para poder hablar a las claras con mi roomie, pero no lo hice. Temí que ella se enfadara, ya saben como les molesta a las mujeres que le cambien los planes, en realidad, nos molesta a todos, es como si te dejasen plantado.
Visualicé Castle Muller y me desvié hacia el patio exterior del internado para niñas. Este era bastante similar al nuestro por lo que contaba con varios sitios externos, ideal para practicar deportes. Me adentré un poco más y allí pude ver a Caitlin. Estaba guapísima, siempre entendí porque al tonto de Anthony le volvía loco: Su cabello rizado y rojo como el fuego bajaba en ondas por su espalda, como si fuesen olas iluminadas por el ocaso. Combinaba a la perfección con sus ojos color miel, sus pecas y su piel pálida.
Isaac la describió como mi novia en nuestra anterior disputa, yo siempre la identifico como una amiga. Pero ahora mismo, en este tipo de situaciones donde la veo tan hermosa si me encantaría que nuestra historia diese un paso más. Hablamos de ello en alguna ocasión pero nunca llegamos a nada más, nunca se ponen las cartas sobre la mesa.

-Aidan - me saludó y yo no pude evitar sonreír y abrazarla - Te he echado de menos estos meses.

-Yo también - le respondí - ¿Que tal por Francia? ¿Tu abuela se encuentra mejor?

-Si, al fin le dieron el alta - contestó muy feliz. Que hermosa sonrisa - Está deseando que volvamos a verla

-Estoy seguro de eso - le respondí sonriendo. Su abuela, Kate, tenía problemas de tiroides y tuvieron que operarla este verano. Escribí a Caitlin constantemente porque estaba preocupado por ella y por Kate, pero no me respondía, supuse que estaba muy angustiada por la operación y fue el caso - ¿Te adaptas bien al curso nuevo?

-Sabes que si - dijo mientras tomó mi mano para dar un paseo, aunque no nos iríamos lejos de Castle Muller - Aunque la biología es mi cruz, no la aguanto. Además el maestro nuevo es un amargado.

-Pues como todos los profesores - respondí - La mía de matemáticas nos detesta. Creo que sólo le agrada Isaac.

-¿Isaac? - preguntó - Ese nombre es nuevo...

-Si, es nuevo este curso, además es mi compañero de cuarto

-Ya era hora que compartieses cuarto - dijo riendo - El curso pasado lo tenías para ti sólo, parecías el enchufado del curso.

-No te molestaba eso, nos divertimos mucho - contesté echándole una mirada insinuante

-¡Aidan! - respondí riéndose fingiendo golpearme el brazo.

Nos reimos por un buen rato mientras caminábamos por el bosque, siempre sin perder de vista el internado. Era por la tarde, sin embargo, bastante temprano aún. Había otras chicas que también se encontraban fuera donde estaba esperándome Caitlin. Reconocí a dos de ellas: Kaira, prima de Johnny, y Arlene. Sin embargo, viendo que estaban en mitad de un partido de baloncesto me dispuse a no molestarlas e ir directamente a por Caitlin.

-Tengo una idea estupenda - dijo de repente. Siempre tenía unas ideas estupendas, bueno en su criterio... -Oye, ¿a qué hora tienes que estar el sábado en Graceland? ¿Tienes que volver a una
hora fija?

-¿Yo? No. Puedo volver cuando me dé la gana - le dije. ¡Joder! ¡En mi vida había dicho verdad mayor!- ¿Por qué lo preguntas?

-Vamos a patinar a Dublin, podemos pillar el tren de las 16:30.

La solitaria tumba de Graceland Donde viven las historias. Descúbrelo ahora