Graceland es un nombre hermoso.
No sé si se le dió en honor al cementerio situado en el lado norte de la ciudad notoriamente pecaminosa de Chicago. Quizás eso tenga sentido: los pecadores necesitan la gracia más desesperadamente que los santos. Y no se equivocaron al darle nombre a ese internado. Me siento sumamente miserable, esperando sólo que un poco de la gracia de Dios pueda salvar mi alma. Llevo días aquí aun a la espera de mi juicio, nuestro juicio. No tengo noticias sobre Isaac todavía. Sé que estará ansioso por verme, lo se porque simplemente siempre le fasciné. Sólo me bastó mirarle a lo ojos en aquella tarde para saberlo. Aún lo recuerdo bien. Fue ese día que nos contamos secretos, bueno no era exactamente eso, pero supe que era una forma de profundizar en la amistad que podría darse entre nosostros. Él, que siempre fue una persona tímida, encontraba en cambio un cierto gusto por todo lo amoral, como también me ocurrió de siempre a mi.
El tren parecía ir más veloz aquella tarde porque llegamos de inmediato al pueblo, situado a una media hora desde Graceland. Nos situamos al lado de la ventana, uno en frente del otro. A los dos nos gustaba mirar la naturaleza en los trayectos largos. Era agradable poder ver tanto verde. Recuerdo cuando vivía en la ciudad de Dublin, en un piso céntrico. No me agradaba del todo. No estoy diciendo que odiase estar ahí ni nada por el estilo, la ciudad puede ser realmente divertida si sabes donde ir o con quien ir, si no que se echaba de menos poder ver algún arbolito de vez en cuando además de en los libros de botánica.
Debo decirles que me sorprendió ver el pueblo de día. Había estado con mis amigos de fiesta a veces por aquí, aprovechando que había zonas con muy poca luz para hacer botellones o fumar marihuana. Ese era un problema, era muy complicado llevar marihuana a Graceland porque olía muchísimo. Las pocas veces que Josh o yo llevamos teníamos que rezar para que nadie se diese cuenta. No exagero cuando os digo que gasté la mitad de mi colonia en camuflar aquel característico olor. Los tontos de turno se quejaban de que mi maleta iba más perfumada que yo, que era más coqueta que yo, pero por fortuna no se dieron cuenta de la sorpresa que llevaba. Huevo kinder verde, si, eso era en ese instante.
Llegamos sobre las 18:00 a aquel lugar. Contaba que únicamente había pisado aquel sitio para colocarme o beber, pues me sorprendí enormemente al ver lo bello que era en realidad. Una ensalada de colores alrededor de unas casitas blancas conectadas por plazas y caminos de piedra. No os miento era hermoso, quizás tomé fotos de él, no lo recuerdo. Ahora verlo así me recordó a las cuentos de hadas que me contaban de niño donde abundaban paisajes hermosos, sacados de libros de fantasía. Caminamos un poco por su plaza y compramos un par de cervezas en la primera tienda que vimos (dicen que te baja la resaca) antes de irnos hacia el bosque. A alguna zona donde seguramente habría más posibilidades de ver aves. Isaac no se llevó el catalejo, este era incómodo para transportarlo en tren y podía romperse. Trajo unos prismáticos. Entre trago y risas comenzamos a buscar pájaros en el cielo e Isaac me daba una explicación detallada sobre que era y como reconocerlo. A raíz de la ornitología me comentó que durante unos años estuvo viviendo en España, es por ello que domina el español a la perfección. Jo, me hubiese encantado poder ir el verano pasado. Teníamos planeado hacerlo mi familia y yo, íbamos a ir a Barcelona, y de ahí a Valencia pero tuve que quedarme porque me enfermé.
-¡No me jodas! - respondí asqueado - ¿Cómo que los alimoches comen mierda? ¡Que asco!
-Si si lo hacen - Isaac estalló de risa - Lo hacen para ser más atractivo frente al sexo opuesto.
-¿No entiendo como puedes verte atractivo comiendo caca? - pregunté aún asqueado. Joder, si hubiesen visto como Isaac contaba aquello con tanto entusiamo hubiese sido hasta cómico.
-Verás al comerla hace que su bilirubina aumente por lo tanto su cara va volviéndose más amarilla, eso es un indicativo de salud y lo hace apetecible para el sexo opuesto - le pareció gracioso como yo levantaba las cejas sorprendido porque soltó una pequeña risa antes de proseguir - Si, para ellos es atractivo parecer un limón.
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La solitaria tumba de Graceland
Novela JuvenilAidan es un joven inteligente y popular, estudiante de último año del prestigioso internado católico para niños "Graceland" en Irlanda. Su vida transcurre con normalidad hasta este curso, donde conoce a un nuevo estudiante, Isaac, el cual es todo lo...