La solitaria tumba de Graceland

Capítulo 18

Como aún era pronto cuando terminamos de impartir justicia y estábamos hartos de estudiar decidimos dar un paseo por el otro patio de Graceland y aprovechar para fumarnos un cigarro. No se me iba de la cabeza el momento en el que Anthony se bebió prácticamente todo el agua. Por lo que leí en las instrucciones de uso ese tipo de ayudas tardan en torno a una hora en hacer efecto. Todo calculado para que coincidiese durante la misa del Padre Darren. Algunos padres que vivían cerca de la Graceland asintian de forma habitual a algunas de las misas de la tarde. La época de Navidad es momento para recaudar dinero para los pobres, de esos de los que tanto pasas el resto del año, y aparentar lo buena persona que eres por dar limosna. Mi madre participa en actos sociales juntos con una de mis tías, Katherine. Las dos realizan muchas obras de caridad. Me acuerdo de Saul y como presumía que su madre nos ganaba a las nuestras cuando se trata de esas obras. La tía incluso vino un año a darnos una charla de lo importante que era ayudar a los demás. Deberían haberla visto como apareció vestida, de punta en blanco, creo que se había hecho una cara nueva de tanto maquillaje y que una de sus joyas podría dar de comer a una familia entera durante un año. No juzgo a la gente por su forma de vestir, es mi rollo, pero simplemente ¡No me jodas!

Hacía más frío que el día anterior por lo que no tardamos en meternos de nuevo al interior una vez que terminamos el cigarro. ¡Joder, no veáis como nos dimos prisa! Estábamos completamente helados. Yo apenas podía mover las manos pese a que llevaba guantes cubriendolas. Sentí como si mi piel fuese a despegarse por el frío.

Quedaban prácticamente 15 minutos para el comienzo de la misa. Caminamos hasta ponernos en la fila. Allí a lo lejos vimos a Anthony, perfectamente uniformado, y tuve que luchar por no reírme. Esperando en el enorme pasillo para poder entrar en la capilla se encontraban varios padres de alumnos. Isaac saludó sin que yo me lo esperase a una pareja que se dirigía hacia nosotros. Debo reconocerles que sentí nervios al verles: Ambos eran guapísimos, de verdad, ya entendí porque Isaac lo era tanto. Estaban muy bien vestidos e iban cogidos del brazo. A juzgar por sus apariencias se me hacían personas estrictas, impecables y estiradas. Es decir, saludaron a Isaac como si no fuese su hijo. Su padre le dió la mano y su madre dos besos. El único que le abrazó fue otro chico que iba con ellos, parecía más pequeño que nosostros, como dos o tres años menor. Vi como mi roomie volvía hacia mi con ellos. Madre mía que inocente fui cuando lo recuerdo.

-Él es Aidan, mi amigo y compañero de cuarto - les dijo a la pareja - Aidan, ellos son Arthur y Bianca, mis padres. Él es Alessio, mi hermano menor. Te presentaría al resto pero no han podido venir.

-Encantado de conocerles, Isaac me ha comentado cosas maravillosas sobre ustedes - joder, no se como tuve los huevos de decir una mentira tan descarada - incliné la cabeza en señal de respeto y ellos hicieron lo mismo. Seguido lo hice con Alessio - Encantado ¿Que tal estás?

-Encantados de conocerle - me contestaron - Isaac también nos habló de usted - Miré a Isaac brevemente sonriendo - ¿Las clases le van bien, verdad, Isaac?

-Si, muy bien - respondió Isaac - Ninguna complicación.

-No esperaba menos - respondió ella -Estamos deseando verle graduado con honores - yo estaba muy incómodo. Que forma de presionar... Desee que no me preguntase lo mismo pero ya saben basta con desear con todas tus fuerzas que algo no ocurra para que precisamente acontezca.

-¿Y a usted como le va en sus clases? - preguntó su padre - Isaac comentó que nada mal pero quizás estaba siendo demasiado amable.

-Papá... - susurró él. Y dios que forma de atacarte desde el principio, me recordó a la señora Dubois, no sé, debo tener algo para que ningún progenitor me trague.

-De momento muy bien, señor - le respondí - Mi media es más que buena. Isaac me ayudó mucho con el último examen.

-¿Necesita ayuda para sacar sus exámenes? - preguntó ella. Madre mía... Yo sólo quería ser amable.