Capítulo 6: "También te extraño"

707 52 19
                                    

Diciembre de 2013

Bogotá, Colombia.


Entro a el computador luego de una reunión familiar. Una estúpida y aburrida reunión familiar, en donde los adultos juegan cartas, mis primos se juntan entre ellos y hablan de sus vidas amorosas (de las cuales no tengo interés alguno). Lo único que hago es escuchar música y mirar viejas fotos que tengo guardadas, pues no tengo plan de datos. Y aunque tuviera, no es que tenga con quién hablar. La soledad siempre ha sido mi aliada desde pequeña. Nunca he sido de tener muchos amigos o ser importante en la vida de alguien, y no cuentan mis padres.


Reviso mi facebook luego de aburrirme de Tumblr y veo un estado de Will. Está muy triste. Decido entrar en su perfil. A pesar de que ya no hablamos no es que hayamos terminado mal. Y me preocupa el cómo se siente.


Oh. Por. Dios.


Su padre ha muerto.


¿Debería escribirle algo? Mierda, ¿qué hago?


Abro la ventana de chat y me muerdo el labio nerviosa. Si le digo algo, probablemente no sea el momento, debe estar destrozado. Pero si no le digo algo, me odiará más. Puta.


Prefiero que me mande a la mierda por hoy a ganarme su odio.


Yo

¿Cómo fue? Lo siento mucho.


Él

Uh... gracias.


Yo

Hm.


No quiere hablar, es comprensible. Qué mierda.


Él

Estaba en casa de mis abuelos, y de un momento a otro mi mamá me llamo diciéndome que mi papá estaba mal. Él siempre sufrió de problemas al corazón. Salí corriendo de la casa de mis abuelos, ellos no viven tan lejos de mi casa. Al llegar ya era tarde. Su corazón no latía. Sentí que era mi culpa. Por mi culpa murió. Porque yo no llegué a tiempo.


Oh.


Yo

No es tu culpa. No te puedes culpabilizar de la muerte de alguien.


Miento. Desde que tengo diez años no dejo de culpabilizarme de la muerte de mi tío.


Él

Lo es. Todo dependía de mi, y no llegué a tiempo.


Yo

Sigo insistiendo, no es tu culpa. No fue a propósito.


Él

Como sea, hablamos luego.

La princesa de las donasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora