Capítulo 17: "Mi gatita"

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N/A: En la multimedia les deje una imagen para que la vean antes de leer el capítulo, así podrán entender una escena. 

Dedicado a Miranda Ops, Karen Restrepo y Mila Gomez. 


Enero de 2015

Bogotá, Colombia.


Hoy iré a visitar a Christian. 

Me pongo una falda blanca de tiro alto con pliegues, un crop top rosa pastel pegado al cuerpo  y unos tenis blancos. Además de ponerme la famosa gargantilla que me regaló. Me maquillo, delineando mis ojos con una fina línea y aplicando un poco de brillo en mis labios. Finalmente tomo mi celular y mochila, donde tengo un saco para cuando tenga frío, el cargador del celular y unos chicles. 

Al bajar del automóvil me despido de mis padres, y cuando me dirijo a tocar el timbre, abre la puerta de la casa la madre de Christian, quien sonríe dulcemente a mis padres, que pasados unos segundos se despiden y se van. 


– Perdón por haberla tratado así la última vez.. –me excuso y ella ríe.

– Te perdono, sólo creí que serías una zorra más. Eres la novia con la que más ha durado mi hijo luego de... –deja de sonreír y comprendo a quién se refiere.

– Sí, la ex novia de él lo destrozó. –asiento con la cabeza y río después– 

– ¿Cuánto tiempo llevas con mi hijo? 

– He, como una semana. –le respondo. 


Ella ríe un poco y cuando escucha la voz de Christian preguntando por mi su expresión se torna seria.


– Su habitación es en el tercer piso. Si tienes hambre o sed puedes tomar lo que quieras de la cocina. Y ten cuidado con mi hijo, es algo brusco... con las chicas con que sale. –saca su celular y empieza a mensajear mientras camina a su habitación.


Respiro hondo y subo las escaleras algo rápido, pues me siento algo asustada y nerviosa. Al llegar al tercer piso observo que hay tres puertas; como no sé cuál es la habitación de él levanto la voz diciendo su nombre. Él ríe y sale de una de las habitaciones, no sin antes mirarme de pies a cabeza y soltar un silvido.


– Vaya, estás muy sexy hoy, mi amor. –él sonríe con algo de perversión y yo sólo río. 

– Normal. –le respondo sonriendo y espero que él no se fije en lo sonrojada que me puse.

– Ven, te mostraré mi habitación. –toma mi mano entre la suya y entramos en su habitación.


Las paredes son blancas pero tienen diversos graffitis hechos por él, y supongo, la pandilla. Me los quedo observando, cruzada de brazos y luego dirijo la vista al resto de la habitación. Es bastante amplia, tiene una cama grande, cuyas fundas son grises, un sofá, una televisión empotrada en una de las paredes y un Xbox. 


– Linda habitación. –comento y me siento en el sofá.

– La organice hoy, por eso no bajé a abrirte. –él se sienta a mi lado y toma mis piernas con sus manos, poniéndolas sobre su regazo. 

– ¿El chico malo organiza habitaciones sólo porque tiene visitas? –bromeo.

– La organicé porque vino la princesa de las donas. –el chasquea con la lengua y aparta mis piernas sin ser brusco. Se levanta del sofá y se dirige a su mesa de noche, de donde saca unas orejas de gato negras. ¿Qué carajos? 

La princesa de las donasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora