Fueron a una fiesta.
Era el baile anual que organizaba BrightMoon. Incluso asistió el Randor. Catra llevaba un vestido de seda negro hasta los pies que se deslizaba por su cuerpo como sólo la seda puede hacerlo. Por primera vez desde que habían vuelto a estar juntas llevaba el anillo de compromiso y el collar a juego.
Randor se comportaba con discreción. Ocupaba un segundo plano en los asuntos de su hija desde que había vuelto de su operación. No bromeaba con ella. Catra no podía dejar de preguntarse qué estaría tramando. No comprendía su nueva actitud.
La fiesta se celebraba en un hotel, una antigua edificación. Catra perdió enseguida a Adora entre la multitud, pero veía a Randor de vez en cuando. Pronto se cansó y decidió ir a buscar a Adora para pedirle que volvieran a la mansión.
La encontró en una de las terrazas abiertas de uno de los salones estaba sola mirando hacia el oscuro cielo.
— Por fin te encuentro, Dora— dijo la morena mientras se acercaba a ella. — ¿Sucede algo? Te ves seria.
— Solo estoy pensando... Siento que algo malo va a pasar— le dijo la más alta de las dos.
— Quizás y solo sea un presentimiento, en todo caso venía a pedirte que si ya nos podemos ir, estoy cansada.
— Quizás y tengas razón... —dijo entrando y haciendo un gesto con la mano para llamar a un sirviente que fuera a buscar el vehículo en el que habían llegado. — Buscare a mi padre para decirle que nos vamos.
— Está bien, aquí te espero. —la morena dijo esto mientras veía a la rubia alejarse.
Al cabo de unos minutos regreso Adora junto a Randor.
A su vez el mismo sirviente al que Adora había pedido que trajera el vehículo, se acercó — Disculpe, señora Grayskull su transporte se encuentra en la puerta.
La rubia asintió — Gracias, vamos. —dijo mientras comenzaba a dirigirse a la entrada, en donde aguardaba su vehículo para llevarlos a la mansión.
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Una vez llegaron de lo que fue el tranquilo viaje de regreso a casa, no sabían que el presentimiento de Adora era verdad, algo malo iba a suceder.
Una vez Catra salió del vehículo. Lía, el ama de llaves, apareció en la puerta con una expresión de ansiedad.
—La niña, señora. Está muy enferma. Venga enseguida. Darla está asustada, por favor, venga.
Después de aquello ya nada tenía importancia. Ni Adora, ni mucho menos Randor. Catra se apresuró hacia el dormitorio de su hija en el que encontró a Darla y a la enfermera del Randor cuidando a Finn.
— ¿Qué ocurre? ¿Qué tiene?
—Pídale a la Señora Adora que llame al piloto —dijo la enfermera—. Su hija necesita ir a Dryl, a un centro médico avanzado con urgencia.
Urgencia.
Aquella palabra estuvo dando vueltas por su cabeza durante las agonizantes horas siguientes. Había que avisar al hospital en Dryl a unas 2 horas de distancia y a un piloto para que prepare el avión. Tenía que cambiarse de ropa si quería acompañar a su hija.
Adora llamo lo antes posible a uno de sus pilotos de confianza para que traiga el jet, Dryl estaba a unas 2 horas de distancia, tendrían que darse prisa.
Se quitó el precioso vestido de seda y se puso unos pantalones y un jersey para volver a toda prisa al lado de su hija. Randor estaba con ella. Daba órdenes a todos los presentes hasta que apareció por fin el piloto, avisando que el jet estaba listo. Aterrizó en la playa y la enfermera llevó en brazos a Finn mientras Catra y Adora iban detrás.
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PERFIDIA.
FanfictionAU. ADAPTACIÓN. Tres años después de que Adora dejó de vivir con Catra por creer que le había sido infiel y que su hija no era suya, algo hizo que tuvieran la necesidad de reunirse: Habían secuestrado a Finn. Todos sabían que Adora era la única que...