☃; Aún no termina el año - VKook [뷔국]

CATORCE

Jungkook lloraba con miedo, pidiéndole  que no le haga nada a Taehyung.
 
—¿Por qué ruegas tanto por tu jefe...?

—Solamente déjalo fuera de ésto, porfavor... —suplicó manteniendo la distancia.
 
—¿Si lo hago qué ganó? —preguntó manteniendo un sonreír.

Ahí fue cuando el menor dió pasos atrás mientras bajaba la mirada al suelo, temiéndose lo peor.

Sólo se le ocurría una cosa:

—A mí... M-me ganarás a mí...

Goongmin se apresuró a rodear su cintura con sus manos mientras sonreía victorioso y besó los labios de Jungkook.

El menor correspondió con asco mientras dejaba caer lágrimas de sus ojos en total silencio.

¿Por qué su vida debía ser tan horrible?

Durante el beso, el timbre fue tocado, causando que Goongmin se separe de inmediato de Jungkook con una sonrisa.

Jungkook cayó al suelo, cerca del borde de la mesa.

Abrió los ojos con terror al darse cuenta de lo cerca que estuvo de chocar o cabeza con el borde afilado de aquella mesa de cristal.

Goongmin corrió a abrir la puerta, dejando a la vista a una chica que el menor reconoció al instante.

—Bebé...

—Hola mi amor... —unieron sus labios en un beso. —Lamento decirte que vienes en muy mal momento...

—¿Por qué? ¿Está aquel chico tan... feo?

Jungkook sintió ira, pero se quedó en silencio.

Él no era el que tenía cantidades abundantes de maquillaje para verse bien. Él no era el que tenía que inyectarse cosas raras en el cuerpo para ganar más curvas o tener el cuerpo soñado.

Solamente se aguantó.

—No lo llames así. Y no, no está. Te llamaré más tarde, ¿de acuerdo?

La chica hizo un puchero y se despidió con un beso.

 
(...)
 

Taehyung despertó en su casa, como si fuera un día normal.

—¡Mierda Goongmin! —gritó con rabia.

Él no iba a dejar que las cosas se queden así.

Que él salga ganando estaba mal, porque en sus planes implicaba que Jungkook se quede con él, como si fuese su objeto sexual.

Jungkook vino corriendo y abrió la puerta.

—T-Taehyung... —decía observándolo confuso.

Entonces ahí despertó por completo.

Todo fue un maldito sueño estresante desde el inicio hasta el final.

Se miraron por un par de segundos.

Jungkook lo miraba desde la puerta, y Taehyung desde la otra punta de la habitación, con la respiración exaltada.

Caminó hasta Jungkook, y sin más que decir posicionó rápidamente sus manos en su cintura y unió sus labios en un beso.

Jungkook solamente se quedó inmóvil en su sitio.

¿Por qué no hizo nada al respecto? ¿Por qué si se supone que no le gusta no lo alejó?

Tal vez... Le gustaba, tal vez le gustó el beso...

Taehyung separó el beso, y miró al menor, el cual seguía perplejo.

Tenía un montón de preguntas por hacerle, pero solamente conseguía tartamudear.

—Menos mal que estás aquí... —decía observándolo. Quitó lentamente las manos de su cintura mientras no podían dejar de mirarse.

Jungkook relamió sus labios en silencio una vez que Taehyung se fue, confuso por si era un sueño.

—¿Qué...? —se preguntaba mientras posaba los dedos sobre sus labios.

Empezó a sonreír inconscientemente, apoyándose en la puerta, contento por lo que acababa de pasar, como si lo hubiera estado esperando.

Taehyung bajaba las escaleras, pensando de si fue un error besarlo.

Pensaba que tal vez Jungkook se moría de asco, pero no era así. Incluso parecía querer repetirlo.

Fue un momento mágico y especial para ellos.

Además, fue algo inesperado. Taehyung actuó por impulso. Era algo que llevaba callando y aguantando desde el primer día que se enamoró de Jungkook, y es que soltarlo le hizo bien.

Se sentía libre de cargas y se quitó un gran peso de los hombros que lo impedía seguir adelante con tranquilidad.

Ya no tendría nada que lo atormentara por las noches.

Lo único que lo atormentaría, fue el no haberlo besado con más pasión e intensidad.

Deseaba haberle besado mejor, haberlo abrazado mejor y haberlo sentido mejor.

De todas formas, ése sería un beso que jamás olvidaría, porque ambos se sintieron bien...
 
 
(...)
 
 
Hablaban de cualquier tema que haya surgido en el momento, y entonces Jungkook recordó algo que siempre le quiso decir.

—Umm... Taehyung... He pensado que ya estoy listo para ir a trabajar y todo eso...

—¿Seguro? —se acercó más a él y lo miró con profundidad.

Mientras se observaban, Taehyung acunaba las manos de Jungkook con las suyas, alterando al menor.

Sentía sus mejillas arder por un simple movimiento.

—S-sí... Estoy muy seguro de ello...

—Me alegro de que seas capaz, Jungkook. —sonrió.

Jungkook sintió su corazón latir con fuerza por un instante, tanto, que le dolió.

El momento se había vuelto incómodo porque ya ninguno tenía nada que decir.

Taehyung miraba a Jungkook, feliz, ya que él ya era capaz de salir sin mirar atrás. Eso lo calmaba.

Jungkook solamente sentía su corazón latir y sus pulmones airearse con fuerzas a medida que miraba a todos lados.

—B-bueno, deberíamos irnos a dormir si no queremos llegar tarde... —se levantó del sofá y corrió a subir las escaleras con prisas.

Rodaba en la cama, intentando descansar y dormir, pero solo recordaba el beso. Ya no era Goongmin, sino aquel beso que se sintió tan extrañamente bien que le gustaría haber correspondido.

Cuando se fue sincero respecto al beso, abrió los ojos como platos.

—¿Enserio he pensado yo eso...? Imposible... Se supone que a mí no me gusta Taehyung, solo es mi amigo.

Pero su cabeza le contradecía y le recordaba aquel momento del parque, donde Taehyung volvió a intentar besarlo.

En aquel momento se sintió como el protagonista de todo, el importante, como si todos murieran por él...

—¿Será que yo le gusto...? —empezó a darse cuenta de todo.

Seguidamente, negó con la cabeza mientras reía nervioso, tratando de calmarse y sus pensamientos.

—Sólo estoy cansado... Incluso estoy hablando solo... —se rio.

Cuando cerraba los ojos, solo recordaba momentos entre él y Taehyung. Momentos en los que aparentaban ser algo más que amigos. Momentos que cualquiera malinterpretaría...

—¡Joder, qué rabia me da! ¡Tan solo quiero dormir para mañana ir a trabajar...! Mi madre seguro lleva tiempo esperando dinero... —escondió la cara en el cojín mientras pataleaba.

Odiaba que siempre que quería dormir su mente le recordaba todo tipo de cosas, incitándolo a estar despierto y querer pensar más.