Querido Sherlock, con amor Molly xox (SHERLOLLY)

CAPÍTULO 3:

Sherlock estaba seguro de que la señorita Gramble había estado en una casa recién construida en el momento de su muerte. Había estado en lo correcto acerca de las fibras de la alfombra; estas formaban parte de una gran cantidad de propiedades compradas por J. Thompson Builders, que estaban construyendo casas en South Bank. Este mismo constructor había estado colocando piedra caliza triturada en algunos de los caminos de la entrada.

Sherlock y John fueron a ver al constructor, quien les dio una lista de propiedades que tenían la piedra caliza triturada. Eran siete.

Al entrar en la segunda casa.

Alguien había estado allí, con una furgoneta (por las marcas de los neumáticos en la grava) y dentro había una cuerda, cinta adhesiva, varios rollos de láminas de plástico y una lata de café llena de cigarrillos gastados. Llamaron a Lestrade, quien envió un equipo para recolectar evidencia y tomar fotografías.

Pero Sherlock siguió pensando en lo que habían encontrado. Todavía no había evidencia de que hubieran golpeado allí a la víctima con un garrote, pues no parecía haber sangre, ni siquiera salpicaduras de sangre, en ninguna parte.

Pasó algún tiempo en el laboratorio de St. Bart's, revisando las muestras. Las fibras de la cuerda coincidían con las que rodeaban el cuello de la señorita Gramble, pero no había huellas en ninguno de los artículos, ni siquiera en los cigarrillos. Intentaron extraer saliva de las colillas de cigarrillos, pero no había nada. Sherlock dedujo que se había dejado que los cigarrillos se quemaran de forma natural y luego se habían utilizado de forma intermitente con la señorita Gramble.

John sabía que Sherlock estaba frustrado y trató de ayudar a su amigo revisando las fotos de la escena del crimen e incluso investigando los archivos del caso de MacGregor, pero aun así, no estaba remediando la situación.

"La chica MacGregor", comenzó John, una mañana mientras miraba las fotografías de sus brazos, "era toda una drogadicta".

Sherlock, que estaba mirando por la ventana, no dijo nada.

"Estas marcas en su brazo, ¡son tantas!" Se acercó a la ventana donde estaba parado Sherlock y levantó la foto hacia la luz para verla mejor. El hombre más alto miró la foto antes de alejarse.

Algo en su bolsillo llamó su atención; metió la mano en su chaqueta y sacó su teléfono vibrador.

Hay que vernos.-M

"Voy a salir", dijo Sherlock, de repente, devolviendo el móvil a su bolsillo.

"¿A dónde?" preguntó John, levantando la vista de la fotografía.

"Por leche."

La confusión y la incredulidad cruzaron las facciones de John. " ¿En serio? Nunca compras leche". La sospecha fue inmediata. "¿A dónde vas realmente ?"

"A conseguir leche". Sherlock alcanzó su bufanda y su Belstaff.

"Sí, claro", respondió John con escepticismo. Volvió a mirar la fotografía.

Sherlock no dijo nada más; había salido del piso.

➖➖➖➖➖➖

Mycroft se sentó en silencio en la única habitación del Club Diógenes que permitía hablar; estaba esperando a su hermano, después de haber sido informado, a través de una nota colocada discretamente debajo de su taza de té, que Sherlock había dejado su apartamento y estaba en camino.

Sherlock llegó en diez minutos y fue escoltado a la habitación donde esperaba Mycroft. Hizo un gesto a su hermano menor para que se sentara, lo cual, sorprendentemente, fue obedecido. Mycroft sirvió una taza de té y se la entregó a Sherlock, quien la tomó y asintió amablemente.