Querido Sherlock, con amor Molly xox (SHERLOLLY)

CAPÍTULO 10

"Conocí a Tom a través de un sitio de citas", dijo Mary Morstan a Greg Lestrade, con los ojos puestos en Sherlock Holmes y John Watson. El hombre de pelo oscuro estaba de pie junto a la ventana, mirando hacia el cielo oscuro, mientras que el caballero arenoso de pelo rubio estaba sentado, sosteniendo un pequeño bloc de notas, garabateando furiosamente en él. El hombre devoto parecía imponente, y el tipo más bajo y sentado seguía mirándola con una sonrisa reconfortante. El inspector detective Lestrade tenía una expresión neutral, ya que él también tomó algunas notas.

Se miró la vía intravenosa pegada en la mano, sintiéndose un poco incómoda al estar en la habitación con tantos hombres. Hubiera sido una mayor incomodidad si las dos enfermeras no hubieran estado también en la habitación.

Mary continuó: "Se suponía que me reuniría con él en Jubilee Gardens esa noche, porque íbamos a caminar juntos hasta The Charles Dickens, que es un pub cercano, y tomar unas copas. Estuve allí durante unos cinco minutos y había mirado mi reloj cuando sentí un dolor agudo en el cuello. Levanté la mano y sentí que algo sobresalía de mi piel. Traté de ponerme de pie y sacarlo, pero mi visión se volvió inestable y me desmayé".

"¿Qué pasó entonces?" Lestrade preguntó.

"Yo... no me acuerdo. Me desperté y me encontré atado a una mesa, me faltaba la mayor parte de la ropa y dos hombres estaban hablando de alguien".

"¿Has escuchado sus nombres?" John preguntó, su frente frunció en cuestión. "De los dos hombres, hablando, quiero decir".

Mary agitó la cabeza. "No, no se mencionaron de esa manera, aunque uno llamó al otro 'señor'".

"Por favor, describe a ellos y sus voces", persuadió John con una ligera sonrisa. "Si puedes".

Mary cerró los ojos y frunció el ceño. Ella realmente no quería hablar de esto, pero tenía que hacerlo; había que detener a esas personas. "El grande, el que llamó al otro 'señor', era grande, un poco rudo. Él tenía el pelo rubio y... y..." Ella se quedó en silencio, respirando hondo. "¿El otro? Nunca lo vi, pero estaba allí. Él... me puso el cuchillo a la garganta cuando el otro..." Ella se arrastró y empezó a llorar.

John saltó de su silla, extendiendo la mano para dar palmaditas a la mano intravenosa de Mary. "Está bien, señorita Morstan. Ahora estás a salvo".

Sherlock se había vuelto y le había levantado una ceja a la pareja, pero no dijo nada. Lestrade simplemente sonrió sombríamente y asintió.

"Yo... lo sé. Perdóname. Es difícil dejar de lado esos sentimientos". Una de las enfermeras se presentó con una caja de pañuelos de papel, que John le quitó y se la entregó a Mary. Se limpió los ojos y luego se sonó la nariz. "El otro hombre", continuó, "su voz... Definitivamente era irlandés. Había un tono de indiferencia espeluznante e insensible, y... y se reía mucho".

La mirada de Sherlock se redujo. "¿Qué dijeron exactamente?"

"Yo... "yo..." Mary tartamudeó, tratando de recordar las palabras.

"¡Piensa, mujer!" Sherlock gritó con impaciencia.

"¡Sherlock!" Lestrade gritó.

"¡Oye!" John gritó.

"¡Oye!" Una de las enfermeras lo regañó.

Sherlock suspiró mucho y dio un paso atrás. "Mis disculpas. Tómate tu tiempo, señorita Morstan. Trata de recordar lo que dijeron. Por favor. Cualquier cosa que recuerdes será útil".

Mary cerró los ojos y tomó tres respiraciones profundas y relajantes. Estuvo en silencio durante varios largos momentos, luego, de repente, comenzó a hablar: