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TaeHyun murmuró una débil maldición contra las almohadas, sintiendo la suave lengua de BeomGyu haciendo maravillas.

— Príncipe... Príncipe...

Sus gemiditos se convirtieron en un grito escandaloso al sentir el azote en su nalga derecha.

— ¿Príncipe? — gruñó BeomGyu.

— Emperador, Emperador... — corrigió TaeHyun, y movió sus caderas para que volviera su atención a él. — Por favor, mi Señor...

La lengua de BeomGyu lamió su agujero apretado alrededor de dos dedos, metiéndose un poco más adentro y embistiéndolo.

— Déjame follarte — pidió el mayor —, déjame hacerlo, amor...

— No, no — TaeHyun jadeó con fuerza —, no, todavía...

— ¿Cuándo? — BeomGyu escupió en su entrada, observando la forma en que el culo de TaeHyun se abría ante él. — ¿Cuándo, mi amor?

— Cuando te cases conmigo... — la voz del doncel se cortó y se transformó en un ronco gemido al momento de correrse sobre las ya sucias sábanas. Su cuerpo tembló y se sacudió, y BeomGyu le agarró de las caderas para que no se derrumbara.

— Qué exigente eres.

TaeHyun soltó una risa suave, sintiendo besos en su trasero y con los dedos deslizándose fuera de él. Los besos subieron por su espalda, haciéndole cosquillas, y pudo sentir el peso del Príncipe sobre él.

— Mi Señor...

— No — BeomGyu le besó en el cuello —, no, no continúes. Mañana debes volver a tus aposentos.

TaeHyun hizo un pequeño puchero, aunque sabía que BeomGyu tenía razón. Esa mañana se lo había comunicado, pues tenía que volver a cumplir con sus obligaciones de Cortesano. Las heridas del menor ya estaban completamente cicatrizadas, el dolor se fue evaporando con el pasar de los días, y lo mejor de todo, es que a BeomGyu no parecía importarle. Por el contrario, cada vez que podía, le besaba esas cicatrices pálidas en su piel.

— ¿Cuándo me propondrás matrimonio? — preguntó TaeHyun, sintiendo los brazos de BeomGyu a su alrededor. — Mi Emperador...

— Estás demasiado impaciente, cariño mío.

El muchacho mordió su labio inferior, tratando de no mostrar su tristeza. Llevaba cerca de dos semanas en los aposentos del Príncipe, pero hasta el momento no se había hablado de pasar a mayores en su relación con él. Eso le hería en lo profundo de su corazón y provocaba que no supiera cómo actuar. Temía, en el fondo, que BeomGyu no estuviera tan seguro de él.

— No quiero volver a esa habitación — murmuró TaeHyun, sintiendo los dedos de BeomGyu en su espalda. — BeomGyu...

— Quiero verte bailar — contestó el Príncipe. — Quiero que bailes el ganggangsullae cuando sea Chuseok.

TaeHyun se rio por las leves cosquillas, con el sueño pesado comenzando a caer sobre él. BeomGyu siempre sabía cómo dejarlo cansado, lo suficiente para que durmiera como si fuera un bebé.

— Ya es muy tarde — contestó el chico —, me he perdido muchos ensayos, no...

— Soy el Príncipe Heredero — BeomGyu le besó en la mejilla —, y ya hablé con la matrona para que te incluya en la coreografía.

— ¿Le hablaste? — TaeHyun se acurrucó contra él. — ¿O la amenazaste, mi Emperador?

La risa baja de BeomGyu fue lo último que escuchó antes de caer dormido.

Jewel « BeomHyun┇TaeGyu »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora