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TaeHyun sabía que, a pesar de que BeomGyu estaba algo encaprichado con él, era también un Príncipe orgulloso.

Y, mal que mal, le pegó en el ego que uno de sus Concubinos hubiera sido citado por su padre. Por eso mismo, no le extrañó ni un poco que los siguientes días no le solicitara en ningún momento.

Sin embargo, a TaeHyun no le molestó ni se sintió herido, sabiendo que era una tonta forma de sacarle celos y hacer que suplicara por atención. BeomGyu quería jugar al gato y al ratón con él, pero lo que no sabía, es que él ya se había preparado para eso. TaeHyun tenía claro que BeomGyu pronto comería de la palma de su mano.

— ¡Qué lindo, Tae!

TaeHyun se rio al escuchar las palabras de SiEun, dándole las gracias y alabando también su creación.

Ese día les dieron una especie de día para trabajar, llevándolos a un salón junto con las Princesas RyuJin y ChaeWon. Les impartieron la lección junto a las muchachas, aprendiendo el arte de la sastrería y costura. No era la primera que recibían como tal, pero ahora les ordenaron crear sus propios hanbok, y llevaban ya más de siete horas metidos en eso.

Sin embargo, contrario a lo que uno podía esperar, TaeHyun lo estaba disfrutando demasiado.

No era la primera vez que tenía que cortar, coser, bordar, zurcir, remendar y confeccionar ropas como tal. Por muy duro que pudiera sonar, en su antigua vida, junto a sus padres, tuvo que aprender a arreglar sus ropas. Su madre le enseñó a su hermana y a él desde muy chicos, por lo tanto, ya tenía cierto conocimiento respecto a usar esos materiales (que eran más fìnos y elegantes que los que usaba antes, pero ese era otro tema aparte).

Además, era también un poco divertido ver a las cortesanas en eso. ChaeHyun y WonYoung eran habilidosas, mientras que SiEun se veía un poco complicada en algunas ocasiones. Pero YeJi...

La perfecta y elegante YeJi no tenía muchas habilidades para la sastrería, al parecer. Tal vez TaeHyun no debería disfrutarlo de esa forma, pero no podía negar que sí le resultaba un poco divertido. Por fin, luego de tanto tiempo, TaeHyun podía derrotarla en algo.

— ¡Sí, qué bonito coses, TaeHyun! — chilló la pequeña Princesa ChaeWon.

— Gracias, Princesa — le dijo TaeHyun, dulce y amable, y la niña sonrió con más fuerza.

ChaeWon era un encanto: tenía el cabello negro, ojos cafés y sonrisa de gomita, como la que tenía BeomGyu. Le gustaba cantar y bailar, por lo que estaba en constante movimiento, lo que provocaba que recibiera muchos regaños de la aya de ese día. Sin embargo, le hacía mucho caso a RyuJin, su hermana mayor.

— Tiene razón — le dijo la Princesa RyuJin, sentada a su lado —, eres muy habilidoso con la aguja, el hanbok te está quedando precioso.

— ¿Tú crees? — preguntó TaeHyun, tranquilo. — Quiero regalárselo al Príncipe BeomGyu cuando lo vea.

Decidió hacerlo de un sobrio color azul marino, nada demasiado complicado, pero con un bonito diseño dorado en el centro y las mangas superiores. Se decidió hacer un tigre en el pecho de BeomGyu, mientras que, en las otras partes, un sol. Sabía que era complicado, pero con paciencia, podría quedar bien. Tal vez no para que BeomGyu lo usara en público, sino cuando tuviera un descanso.

— De seguro le gustará — afirmó RyuJin. Ambos se llevaron muy bien enseguida, tal vez por la edad que poseían y las bromas que se hacían —, a mi hermano mayor le gustan estos detalles.

— ¿Sí?

— De verdad — aseguró RyuJin. — Mamá siempre nos daba regalos pequeños. Tal vez todavía no se lo has visto, pero cuando tiene alguna ocasión especial, le gusta usar una banda que nuestra madre le hizo a él.

Jewel « BeomHyun┇TaeGyu »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora