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La noticia de lo que ocurrió con MiYoon, SuHyun y JinJin recorrió el palacio en menos de una hora, y con eso, quedó bastante claro que nadie podía meterse con TaeHyun. Por los pasillos, de lo único que se hablaba, era de lo implacable que era el Príncipe Heredero y del favoritismo que demostraba hacía uno de su harem.

— No ha pasado ni un día desde que te devolví a tu cuarto y ya te metiste en problemas — le dijo BeomGyu a TaeHyun, luciendo enfadado, pero no con él, sino con la situación en sí.

El menor hizo un pequeño mohín, viéndose un poco triste con esas palabras. El dolor en su brazo apenas se sentía, excepto cuando lo movía mucho, y lo único que deseaba era descansar luego de ese desastre.

— Mi Príncipe — razonó el muchacho —, ¿no es obvio? La mayoría de tus Cortesanas están celosas, apenas les has dado un poco de atención, y peor aún con las Concubinas. Hasta yo estaría celoso si miraras a otras como...

— ¿Y ahora las defiendes? — el mayor se veía incrédulo y mucho más molesto.

TaeHyun pasó un instante en silencio, como pensando bien en las palabras que iba a decir a continuación. De solo recordar lo que ocurrió horas atrás, sentía escalofríos recorriendo su espalda. Trataba de no tomarle el peso realmente, pero era una fortuna que hubiera podido caer, de alguna manera, bien. De lo contrario, el accidente habría sido mucho más grave.

— ¿No habrás sido muy duro con ellas? — preguntó, tímido. BeomGyu arrugó el ceño. — Quizás fue...

— No fue un accidente — le interrumpió el Príncipe. — Y lo que les hice, es poco en comparación a lo que realmente merecían. Atentaron contra ti. Si hubieras ya estado casado conmigo, eso sería un atentado contra una Emperatriz. Yo las habría matado con mi propia espada.

El chico volvió a callarse, viéndose deprimido y afligido. El mayor se sentó a su lado, en la cama, y le agarró la mano, como queriendo relajarse para que su pareja no siguiera viéndose así.

— Lo van a seguir haciendo, Beommie... — murmuró TaeHyun, recostándose contra el hombro del mayor.

— No dejaré que eso pase — replicó BeomGyu, serio. — Te voy a proteger, amor mío. Si vuelven a ponerte la mano encima...

— Lo seguirán haciendo, mientras tengas tu harem — insistió el menor, sacudiendo su cabeza. — Alguna de ellas aspirará a ser Emperatriz, aunque tú te cases conmigo.

BeomGyu no respondió enseguida y TaeHyun temió haber ido demasiado lejos. Haber hablado de más, cuando él no tenía porqué meter mano en el Concubinato. Sin embargo, no podía aguantarse mucho, con esa idea dando vueltas en su cabeza.

— ¿Quieres que lo disuelva? — preguntó BeomGyu, con voz suave. — ¿Es eso lo que quieres decirme, mi Joya más preciosa?

El Cortesano no lo miró, avergonzado y muy, muy tímido. Ese era un tema que quería tratar más adelante con BeomGyu, cuando su compromiso se consolidara, pero ahora, aprovechando esa situación, no pudo evitarlo. Él quería casarse con BeomGyu, claro que sí, y ser coronado como Emperatriz. Pero también quería que fuera solo suyo, de nadie más, pues tenía que claro que, a pesar de ser Emperatriz, eso no eliminaba el Concubinato. TaeHyun sentía arder celos y rabia en su interior con la idea de BeomGyu compartiendo con una Concubina o, peor, favoreciéndola.

— ¿Es posible...? — consultó, sin mirarlo. — ¿Quieres hacerlo? Tú eres mi Señor, el futuro Emperador, y puedes hacer lo que quieras. Tener a todas las Concubinas que desees, e incluso Concubinos...

— No — BeomGyu le agarró las manos, dándole un beso en los nudillos. — No. Solo quiero estar contigo. No me interesa ninguna otra persona — hizo una pequeña pausa. — Pero no es sencillo, TaeHyun. Necesito tiempo para pensar bien cómo disolverlo. La mayoría de las Concubinas están aquí por una razón, y no es por gusto propio. Eso lo sabes bien.

Jewel « BeomHyun┇TaeGyu »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora