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Ante las palabras de BeomGyu, los aplausos y gritos no se hicieron esperar. TaeHyun apretó las manos del Príncipe, conteniéndose para no besarlo en público, y solo sonrió con felicidad, volteándose a saludar el público.

No pudo encontrar el rostro de YeJi o las otras Cortesanas, apenas siendo capaz de enfocar la vista por la emoción. Sin embargo, pudo sentir algunas miradas de molestia y, sobre todo, desconcierto, y sabía que no era para menos. ¿Quién iba a esperar que un simple muchacho, nacido en la pobreza y miseria, fuera a casarse con el futuro Emperador? Él jamás lo pensó durante gran parte de su vida.

BeomGyu indicó que la fiesta continuará, por lo que la música no tardó en sonar, y los bailes y conversaciones volvieron a retomarse. Aunque todavía estaban algunos ojos puestos en él.

— Mi Señor... — barboteó TaeHyun, conmocionado —, lo hizo.

— Claro que sí — BeomGyu se volteó a verlo, sorprendido, y le agarró la barbilla. — Te lo prometí, amor mío.

— Sí — otra vez tuvo que contenerse para no besarlo y abrazarlo. Sabía que no sería bien visto, no en público. — Me ha hecho la persona más feliz de la noche.

— Todavía no acaba la noche — le recordó BeomGyu —, todavía me falta hacerte más feliz.

TaeHyun se rio, encantado, y el Príncipe tiró de él para sentarlo a su lado, en una nueva silla que acababan de acomodar. El corazón del doncel no dejaba de latir, acelerado y lleno de alegría, y ahora ya no pudo contenerlo: agarró unas uvas que se encontraban en el plato más cercano, extendiendo su mano para alimentar a BeomGyu. Complacido, el mayor lo aceptó.

Desde allí, en su nueva posición, TaeHyun apreció el resto de la fiesta. El estrado era alto y no pudo evitarlo, pero allí la gente parecía verse mucho más pequeña. Ansió durante unos minutos poder volver a la multitud para bailar, sentía como si la música lo llamara. Sin embargo, tenía más que claro que no sería bien visto y podía provocar algunos problemas, más con su reciente nombramiento como prometido del Príncipe Heredero. Lo que menos quería era dejar mal parado a su futuro esposo.

— ¿Te aburre esto? — preguntó de pronto BeomGyu, sacándolo de sus pensamientos.

Lo miró, sonriendo con un poco de vergüenza.

— ¿Tanto se me nota? — respondió. — No estoy acostumbrado a quedarme quieto, mi Señor.

— Puedes llamarme por mi nombre — recordó BeomGyu.

— ¿Incluso frente a toda esta gente? — consultó TaeHyun, apenado. — No quiero lucir...

— Eres mi prometido, TaeHyun — la voz del mayor era grave, aunque con un toque de cariño —, mi futuro esposo y Emperatriz. Una Emperatriz está a la altura de su Emperador.

TaeHyun no se resistió más y se inclinó, besando con suavidad a BeomGyu en la boca. Sabía a carne y vino, y quiso ir más profundo, pero logró darse cuenta a tiempo y se alejó con timidez.

Los ojos del Príncipe brillaban.

— Qué atrevido, Joya — comentó BeomGyu, y eso fue todo. TaeHyun solo le abrazó por el brazo, suspirando con cariño.

El resto de la fiesta transcurrió con relativa normalidad, con la música resonando y la gente bailando. TaeHyun se dedicó a conversar con las Princesas y el Príncipe menor, probando los nuevos platos que les llevaron y parecían mucho más deliciosos de los que estaban con el resto de los comensales. Además, algunos funcionarios del gobierno se acercaron y felicitaron al Emperador por la ceremonia, junto con darle sus respetos al muchacho.

— Mañana te presentaré al resto de funcionarios — le dijo BeomGyu, poco después de que los Príncipes menores se hubieran retirado para ir a la cama. Solo quedaban RyuJin y BeomGyu, además del Emperador. — Es burocracia, será muy aburrido, pero tendrás que poner tu mejor cara.

Jewel « BeomHyun┇TaeGyu »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora