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Tres días después, TaeHyun recibió la invitación de ir a desayunar con el Emperador. Tuvo la tentación de rechazarlo, sin embargo, sabía que no sería bien visto y, muy probablemente, generaría algo más de tensión en el palacio.

— ¿Está seguro de ese hanbok, mi Señor? — preguntó YuJin, con una clara expresión de incertidumbre en su rostro.

— Sí — TaeHyun sonrió —, por supuesto que sí. No puedo ir a ver al Emperador con cualquier prenda, YuJin.

Su doncella asintió mientras MiYeon, concentrada, le terminaba de aplicar el kohl en los ojos. Después agarró el pincel para colorearle los labios, y una vez listo, TaeHyun se puso de pie para envolverse en la exquisita tela de seda, observando los brocados e hilos de marfil, plata y oro, decorando el blanco género. Era el mismo hanbok que el Emperador le hizo meses atrás, y una clara provocación al Príncipe, que tanto se enceló cuando lo vio con esas prendas.

A TaeHyun no le importaba. puede que sí, y por eso lo estaba haciendo. Como fuera, iba a buscar la manera de seguir molestando más a BeomGyu en un pequeño acto de venganza infantil.

Solo la misma noche anterior, BeomGyu apareció por sus aposentos para cenar juntos, llevando una bonita caja de madera que poseía dos pendientes de esmeralda. TaeHyun lo vio, agarró la cajita y sonrió con indiferencia.

— Muchas gracias, mi Príncipe — dijo, yendo hacia el velador para dejarlo encima —, aunque disculpe que le diga, pero ya cené. Y estoy muy cansado, hoy hice tanto...

Observó la sonrisa de BeomGyu apretarse, quizás tratando de contener una maldición.

— Entonces, me puedes ver cenar — replicó BeomGyu —, y contarme de tu día.

— Paseé por el jardín, estuve con las Princesas cosiendo... — dijo TaeHyun, sin perder la apatía.

— TaeHyun.

— ... tomé una siesta también, ¡me encontraba tan cansado! — fingió un bostezo. — Luego fui a rezar. No hice algo interesante, mi Señor.

— Rechazaste mi invitación para el almuerzo — BeomGyu comenzaba a verse fuera de sí.

— Almorcé con las Princesas — contestó TaeHyun. — Usted pudo haber invitado a la Concubina Imperial, si se sentía demasiado solo.

— Tal vez deba ir con ella ahora — espetó BeomGyu, molesto.

— Pues vaya — TaeHyun se encogió de hombros —, yo me iré a dormir ahora.

— Me estás sacando de quicio.

— Mmm — fue lo único que dijo TaeHyun, y la conversación quedó allí, porque BeomGyu se marchó refunfuñando en voz baja.

Recordando eso, y mientras se calzaba los zapatos, se volteó hacia YooRim, que le observaba desde la puerta.

— ¿Y fue donde ChaeHyun?

— No, mi señor — respondió la mujer. — El Príncipe no salió de su cuarto en toda la noche, y la Princesa no fue a su habitación.

TaeHyun sonrió, contento.

Puede que ChaeHyun hubiera ganado esa partida, pero TaeHyun ya no dejaría que le quitara nada más. El triunfo de esa víbora no duraría demasiado, él se iba a asegurar de eso, porque TaeHyun se volvió a construir esos días. Seguía herido y molesto, sin embargo, el dolor solo dio paso a la rabia hacia ChaeHyun, porque ella se estaba aprovechando de algo tan delicado como una guerra para obtener lo que quería.

No excusaba a BeomGyu, por supuesto, se encargaría de él de otra forma, no obstante, era ChaeHyun la verdadera fuente de su ira. Fingiendo ser su amiga en un inicio ya que no lo consideraba una amenaza, y luego buscando la manera de hacerle daño... TaeHyun no le iba a perdonar eso bajo ningún motivo.

Jewel « BeomHyun┇TaeGyu »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora