La Línea de sucesión

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Jon Connigton conocía a Rhaenys muy bien desde su nacimiento, dedicó más de la mitad de su vida a ella sin arrepentimiento alguno, la admiraba más de lo que alguna vez admiró a Rhaegar, la amaba como sólo se puede amar a un hijo porque el vínculo entre ellos era comparable sólo al que puede sentir la familia, consanguínea o no, los problemas y preocupaciones que ella tenía, eran los de él, la había visto crecer, ser madre y volverse una poderosa reina, pero sabía que algo atormentaba su corazón.

El cuerpo de Connington ya no era el mismo,los años habían pasado facturas a sus rodillas él se esforzaba por ir a donde su reina iba, ella estaba con Rhaegal como él se había imaginado, en todos esos años la reina jamás descuidó a su dragón.

-Desde aquí se puede ver todo –Comentó él con cansancio- tus guardias deberían estar más cerca de ti.

-Incluso mis guardias sienten temor de mí y de Rhaegal –Reflexionó ella- hace tanto que no uso mi fuego que a veces creo que olvidaré como hacerlo.

-Lo dudo pequeña.

-A veces me pregunto.. Si yo no fuera nacido con el fuego hace cuanto estaría muerta.

-Con él o sin él siempre tendrías apoyo y derechos.

-Sólo importa el derecho de la conquista y ambos sabemos que el ser portadora de fuego me ayudó –Respondió ella con audacia.

-¿Qué otra cosa piensas?

-Quizás si alguno de los niños hubiera sido portador también... sería una señal del destino.

-Quieres que el destino elija al próximo rey –Dedujo la mano mientras notaba lo inusualmente tranquilo que estaba Rhaegal.

-Sería más fácil.

-¿Que quisieras Rhaenys? Realmente.

-Que nuestras decisiones no tuvieran consecuencias tan grandes.

-¿A quién quisieras ver en el trono? –Preguntó él.

-A ninguno... –Ella sonrió sin alegría.

-Nys -Llamó él acercándose mientras Rhaegal se alejaba- no se trata de hacer a tus hijos felices y lo sabes.

-Aegar –Respondió ella mirándolo a los ojos- y estoy segura que eso no lo hará feliz, es mi pesar, sentir que lo condeno a un peso que...

-Por el reino –Concluyó Jon.

-No es el mayor pero Daenys no tiene la fuerza necesaria, mi niña, sus ojos ¿Los has visto? Nunca he visto ojos más inocentes –Dijo ella sonriendo- un líder necesita ser capaz de pelear sus propias batallas.

-Hubiera sido una difícil elección para mantener.

-Difícil será siempre, ¿Has visto los ojos de Rhaelia? 

-Son tus ojos -respondió él.

-Tiene mi ira en las venas.

-Tu tenías razones para crecer con ira Nys.

-Ella cree tenerlas -Respondió la reina.

-Es poco más que una niña, crecerá y se le pasará.

-¿En verdad lo crees? -Preguntó ella con enfásis- Dime algo ¿recuerdas a Lyanna?

-Nys...

-¿Es como Lyanna no? -preguntó la reina.

-Es su viva imagen -Respondió la mano luego de un suspiro.

-¿Odié tanto a Lyanna que la vida hizo que renaciera en mi hija? que irónico.

-No tiene su temperamento, tiene el tuyo, pero Lyanna es su abuela -recordó.

La Reina DoradaWhere stories live. Discover now