Las ramas de las rosas

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Theodore habia crecido con comodidades, lujos y sin la responsabilidades de ser un heredero, era un Tyrell de nacimiento sí, pero uno muy lejos de la rama principal que crecía con cada hijo, su padre Luthor era primo del difunto Mace Tyrell, uno de muchos, al morir nadie dudó en que el poder recaería  en su madre Lady Olenna, y así fue, pero el deseo de venganza la impulsó a pelear en una guerra que de forma inesperada le quitó la vida, dinero y mucho más.

Para suerte o desgracia de Theodore, su tio abuelo Garth, el más cercano a la rama principal de su familia habia muerto en el ataque Lannister a Altojardín junto a sus hijos bastardos, un par de exasperantes tontos con  desesperación de ser legítimados por la Madre de dragones para poder ser herederos de su padre luego de que Mace y toda su familia fallecieran, estaba su otro tio abuelo, Garmon, maestre en la ciudadela al igual que su hermano Medwick, siendo nieto de un cuarto hijo era de esperarse que Theodore jamás se iba a sentir cerca del poder de Altojardin hasta que esa serie de sucesos lo hizo acercarse rápidamente a ser la cabeza Dominio.

Luthor era viejo, asi que todos sabian que mas pronto que tarde sería Theodore el que encabezaría la casa Tyrell, para desgracia de algunos de sus primos, Altojardin no habia resultado bien parado luego del ataque del León dorado, en la batalla de Campo de Fuego las Targaryen habian vengado a Olenna y borrado la victoria de Jaime Lannister con fuego de Dragón, seguian siendo ricos, pero sus arcas ya no estaban al mismo nivel de antes, el invierno no los benefició en absoluto tampoco.

Por un tiempo se vieron obligados a echarse a un lado en las guerras de las reinas para volver a crecer fuertes como siempre, el viejo Luthor sabia que no podian hacerlo por mucho, era sumamente cobarde, pero no tonto, puesto que el bando ganador se las cobraría luego, por ello envió a su hijo a la capital para jurar lealtad de nuevo a las Targaryen y pelear por ellas si era necesario, para alivio de las rosas la guerra habia dejado a solo un bando en pie, a medias, pero Theodore pudo ver a través de los ojos de la princesa Rhaenys un ligero reproche en el concejo de sucesión, francamente prefería a su hermano que a ella, no por machismo, sino porque le daba un poco de miedo aunque no quisiera admitirlo.

Todos esos acontecimientos, más el invierno que atravesaban hacía que los Tyrell necesitarán más que nunca estar en buena fé con los nuevos reyes Targaryen, por eso no dudaron en ir a pelear con la flota Redwyne por Meereen, aunque fuera algo sorpresivo, si la reina se empeñaba en mantener el control sobre las ciudades conquistadas por la madre de dragones, ellos ayudarían y pelearían con fervor.

Los hombres del hierro y los Redwyne eran los primeros en batalla, no por ello Theodore estaba tranquilo, él tambien peleaba en el mar con los esclavistas y esclavos, incluso en algun momento tuvo la oportunidad de diesmar uno de los barcos enemigos, si los Targaryen quería sangre y fuego, Theodore se lo daria por el bien de su familia, aunque no pudo matar a un pequeño niño esclavo en el barco que le recordó a su hijo Luthor, la batalla se calmó sí, pero luego llegaron los soldados Martell enardecidos a pelear por su reina con los soles de sus velas anunciando un segundo amanecer.

Sí, las cosas mejoraron, pero los esclavistas se mostraban renuentes a parar el asedio, las rosas se veían un poco asqueadas por la forma casi salvaje de pelear de los hombres del hierro, nada en comparación a la inmensa bestia verde que se acercaba por los cielos, gracias a los Dioses pudieron ver que era el dragón de la reina por la que peleaban, para sorpresa de todos el cabello peculiar Targaryen delató que a pesar de estar embarazada ella misma habia acudido a acabar con los esclavistas.

Los dragones debian estar hechos para la guerra, porque el animal, a los ojos de Theodore, si es que podia ser llamado así parecia estar molesto hasta que el fuego comenzó a favorecer a los Ponientis, ahí empezó a dar vueltas en el aire como si quisiera examinar todo, bajando con tanta rapidez que Theodore no se explicó como la reina no cayó de su lomo, pasando tan cerca de él que casi pudo ver su rostro cuando el dragón arrancaba una vela de un enorme barco enemigo, pero algo más sucedió, una bestia incluso aún más terrorífica para él llegó, ayudando al dragón de la reina, aunque desde donde estaba el Tyrell solo podia ver como el ejército enemigo se lanzaba al mar rindiéndose ante la inminente victoria de los dragones. 

La Reina DoradaWhere stories live. Discover now