La elección del príncipe Aegar solo había reafirmado una cosa para los nobles: era el mejor partido del reino, un príncipe joven, con un dragón, amable, risueño, valiente y con riquezas, el hombre perfecto para sus hijas, pero todos sabían bien algo, ganarse el corazón del príncipe no seria tarea sencilla, pero si mucho mas fácil que ganar el corazón de su madre quien lo veía con devoción.
Todas las familias con hijos jóvenes habían sido invitadas a la capital, para un torneo que todos podían ver como una excusa para que los príncipes conocieran prospectos, lo que le daba la oportunidad a muchas familias de imponerse, no elegirían solo a un futuro aliado poderoso, elegirían a la esposa del querido hijo de la reina, no le sería impuesta, él tendría mucho que ver en la elección.
La mujer que fuera elegida seria la reina algun dia, luego de los precedentes de la reina Rhaenys y Cersei Lannister, dos mujeres muy fuertes, la próxima reina sería la mujer más poderosa de su generación y su familia con ella... por eso todos decidieron asistir con entusiasmo.
Los primeros en llegar fueron los Stark que si bien eran los más lejanos, ya venían antes de la invitación al baile, la lady del norte había cedido ante su hija que moría por conocer la capital, llegó con ellos y sin su esposo, había llevado muchos guardias pero sabía que su hermano el rey la recibiría con alegría, los años habían calmado las aguas, Rhaenys había dado varios príncipes al reino así que no tendría sentido estar en su contra.
El hijo mayor del norte era un muchacho bastante tímido, solo el deber lo había hecho ir al sur, Edward Stark era bastante alto y tenía un aspecto tosco, una mirada tímida, presencia de norteño y un ligero parecido al Rey lobo, su hermana -Caterina por su parte era muy distinta, sonriente y delicada, con los rasgos pelirrojos de sus padres y toda la belleza de su madre, la lady del norte, a quién los años no le habían robado nada de su belleza.
Solo 2 familias más alcanzaron a los Stark, los Tyrell y los Lannister, ambos con doncellas hermosas en edad casadera, Janei Lannister era toda una lady, pariente de Tyrion, rubia, alta y esbelta, por su parte Elena Tyrell, era una joven de piel inusualmente pálida, con una larga cabellera oscura que adornaba con joyas sencillas, tenía un hermano caballero, Luthor Tyrell, unos años mayor y bastante callado.
James había caído impresionado desde el primer segundo que vió a la joya del norte, la delicadeza de Caterina y como solía ruborizarse ante cualquier comentario a su alrededor le deslumbraban, no había logrado cruzar palabra con ella pero desde que la vió en la corte todos sus pensamientos le pertenecían.
-Tu prima parece una gran dama -Comentó James a Aegar.
-¿Caterina? -Respondió Aegar mientras leía- no hemos hablado mucho.
-Es encantadora.
-¿Te gusta? -Preguntó cerrando el libro.
-No -respondió con rapidez el rubio.
-Es bueno, porque me casaré con ella.
-Pero es tu prima.
La mirada purpura del príncipe se agrandó, luego de unos momentos estalló en carcajadas.
-Claro que no me casaré con Cate, es una niña, pero Edward practicará con nosotros, padre aprendió a luchar en el norte así que quizás pueda enseñarnos algo y presentarte a su hermana.
-No es.. no es gracioso.
-Tu cara lo fue -respondió el príncipe levantándose- como crees esa tontería.
-Todos hablan de los futuros compromisos, asi que..
-En el norte no es bien visto el incesto -respondió el príncipe- tu y yo lo apoyamos porque nuestros padres son hermanos, eran...
-Supongo que el norte ha ablandado un poco su visión del incesto tomando en cuenta que el rey nació allá y está casado con su hermana.
-Padre no nació en el norte, creció allá y dudo mucho que la gente de norte se haya ablandado, es el pueblo más fuerte -comentó el príncipe.
-Tus primos no deben sentir simpatía por mi.
-No son muy comunicativos honestamente -Negó Aegar.
-Valyria hablaba con ellos.
-Val podría sacarle conversación a un árbol con algo de tiempo.
-Tio Tyrion ha dicho que luego de tu compromiso vendrá una ola, luego de que el mejor partido esté ocupado -comentó el joven león.
-Tú solo avísame si quieres casarte con alguna, si no es alguna de mis hermanas francamente no me interesa.
-¿No te interesa saber con quien compartirás cama por el resto de tus días?
-Vaya James, pensé que en mi cabeza todo sonaba mal pero tienes talento para hacerlo sonar peor.
-Solo elige una hermosa -comentó el caballero sonriendo.
-Tu prima es hermosa, Janei, no deja de sonreír, dicen que se parece a mi madre aunque yo no veo el parecido.
-Janei es una buena chica.
-Cate también ¿Ya quieres pedirle su mano a la tia Sansa?
-Tengo un sano miedo por la loba roja, cada que me mira...
-No digas tontearías -Interrumpió el príncipe- ella es así con todos, hasta a mi me mira con esa extraña mirada.
-Abrazó a Valyria como si la fuera llevado en el vientre -comentó el león.
-Es una lobita, le inspiró ternura, viendo a Edward no podemos negar que mis hermanas se le parecen, me fuera agradado tener el pelo oscuro.
-Serías como Rhaelia pero con mejor cabello -Ambos sonrieron- Debemos ir a enseñar a Rhaegon. el tiro con el arco debe ser por lo menos aceptable y actualmente no podría darle ni a una casa del tamaño de Rhaegal.
Los guardianes de los dragones se hacían cargo de las crías cuando los príncipes estaban ocupados, ya eran del tamaño de perros enormes, no tan grandes como fantasma pero si era bastante notorio su crecimiento, incluso empezaban a entrenarlos para seguir órdenes de los príncipes, algo que Rhaelia solía practicar más que sus hermanos, pero en ese momento quiso ir a ver el entrenamiento que esta vez sería mucho más publico gracias a los visitantes.
Rhaegon no era el mejor luchador aún pero con el arco era terrible, Rhaelia quería apoyarlo, sabía que sentiría presión, sus primos Stark estaban ahí, Valyria con fantasma, Aegar y James intentaban ayudar al pequeño príncipe pero era inútil, Valyria se burlaba hasta que Rhaelia la reprendió con la mirada.
La princesa Rhaelia podía ver en las miradas de la gente como los examinaban, una lady llegó tarde y al saludarla la sacó de sus pensamientos, Valyria imprudentemente le preguntó quién era, Elena Tyrell, sabía que su hermano Luthor ya estaba practicando con la espada, era guapo y tenía un aire aún más misterioso que su primo Stark, no había más espacio para damas que el que estaba cerca de Rhaelia asi que ella invitó por cortesía a la dama a sentarse que con las princesas.
Elena estaba nerviosa, los ojos de las princesas le llamaban la atención, ya habia visto dragones sobrevolar la ciudad, pero el aspecto valyrio de los principes y la reina le llamaba más la atención, por educación intentó hacer comentarios que haría una dama, pero la princesa Rhaelia respondía sin mirar y algo le decía a la pequeña rosa que no era persona fácil de agradar, mientras que la pequeña princesa Valyria estaba totalment concentrada en el entrenamiento, así que se centró en mirar lo que ella veía, a sus hermanos.
Para la joven Tyrell no existiría nunca un hombre más guapo que el príncipe Aegar, no era su cabello plateado lo que más la impresionaba, sino sus ojos violetas y enorme sonrisa que le dedicaba a su hermano mayor, todas las damas del reino suspiraban por el futuro rey y ahora Elena podía entenderlo, fue un suspiro leve y casi inaudible el que hizo que la princesa Rhaelia volteara a verla por un segundo.
Después de mucho esfuerzo el pequeño príncipe Rhaegon logró hacer un buen tiro con el arco lo que su hermano mayor celebró montándolo en sus hombros, buscaron la mirada de sus hermanas en el publico quien aplaudía con orgullo y sonreían, por un momento Rhaelia vió algo que nunca había visto, la mirada de su hermano mayor desviarse hacia la dama a su lado.
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La Reina Dorada
FanfictionContinuación del Dragón del Sol. "El rey era callado, fuerte, frío como las tierras que lo vieron crecer, pero justo y honorable, la reina... tan cálida como las arenas de Dorne, peligrosa como el fuego que salía de su cuerpo, ardiente como los rayo...