🌼Reencuentro🌼

CAPÍTULO IX

⛈️Alguien que no soy yo⛈️

Nota: Las diagonales hacia la derecha significan un cambio de escenario y de personajes (//), las diagonales a la izquierda significan cambios instantáneos de escenarios y personajes pero en el mismo momento y siguen el patrón de su diálogo (\\)

Tlaxcala, una de las hermanas menores pero ya no tanto la cual ahora tenía 18 años de edad, tan tranquila, trabajadora, pacífica y bella... Así era como podíamos describirla por fuera, pero en realidad, aveces era todo un desastre.

-Dioses, no encuentro mi celular, ¿en dónde lo pude haber dejado?- buscaba de arriba a abajo en su departamento pues se le hacía tarde para reunirse con algunos de sus amigos- lo encontré, bueno, es hora de irme si es que no quiero llegar tarde como papá- y justo cuando estaba por salir su teléfono comenzó a sonar, era un mensaje de su hermano Ciudad de México quien pedía urgentemente reunirse en ¿su casa?

Los 10 hermanos menores aún no tenían las llaves de su propio hogar ubicadas en cada uno de sus estados, las tendrían cuando cumplieran por lo menos 20 años, así como sus demás hermanos y hermanas los cuales ya contaban con la edad máxima de 21 a 23 años, y al no tener la cifra adecuada debían de pedirle a su padre el permiso de ir a la casa y las llaves, entonces eso significaba que ella tendría toda la responsabilidad sobre sus manos; sin más que hacer, buscó en su lista de contactos y marcó el número de su papá esperando a que le contestara y no ser linchada por sus hermanos.

-¿Bueno?- se escuchó del otro lado de la línea- Tlaxcala, ¿necesitas algo querida?- México había salido del país por su trabajo y no regresaría hasta el fin de semana sin embargo siempre estaba al pendiente de lo que sus hijos menores necesitaban pues les cumplía casi cualquier capricho sin embargo eso no hacía que fueran unos maleducados con él.

-Eh... Hola papá, que bueno que me contestas y para responder a tu pregunta Sip, necesito algo... quería saber si me podrías prestar las llaves de mi casa, bueno, tu casa aún, en mi estado- la joven esperaba ansiosa la respuesta de México hasta que este le volvió a contestar.

-Está bien, espero que no sea para nada malo, ya hemos hablado de que no quiero que le hagan nada a esas casas, está prohibido, las llaves están en uno de los cajones en el mueble junto a mi cama, cuando regreses devuelvelas a su lugar ¿okey?- Tlaxcala dejó escapar una pequeña risa y respondió con un si.

-Está bien papá, no te preocupes, estaremos bien- estaba a punto de colgar cuando México la interrumpió.

-Espera ¿Tu hermano ya está en la ciudad? No me avisó nada, quiero saber como le fue en su primer día de clases con ONU, en cuanto lo veas dile que me llame-

-Claro, yo le diré, adiós papá- cortó la llamada y dejó salir un gran suspiro, esto último que le había dicho México la dejó un tanto preocupada por Ciu, en primera porque él siempre le contaba todo a su papá, sus días malos y buenos en la universidad, con su pareja, todo lo sabía sin embargo parecía que está vez no había sido de la misma manera así que probablemente había ocurrido algo demasiado grave como para no decirle nada, y la segunda era que sólo se hacían juntas entre ellos cuando era necesario, por ejemplo en ocasiones problemáticas; esa era la gran duda de ella ¿qué es lo que estaba sucediendo?

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Luego de que Tlaxcala hablara con México, mandó diferentes mensajes a sus hermanos para terminar reuniéndose en la casa principal en donde habían vivido por muchos años, salió de su departamento y al llegar buscó con rapidez las llaves de su casa, bajó las escaleras y se encontró con sus demás hermanos.

-¿Alguien sabe que es lo que le pasa a Tlax? ¿Por qué nos hizo venir aquí? - preguntó Hidalgo a sus hermanas y hermano menor.

-No sabemos, sólo llegó corriendo y nos dijo que nos alistaramos porque íbamos a salir, después fue hasta el cuarto de papá y aún no sale de ahí- Colima, Morelos y Aguascalientes aún vivían en esa casa, eran los únicos que seguían bajo el cuidado de México, y bueno los demás igual pero ellos aún no tenían permitido tantas libertades como los otros porque apenas tenían 17 años y en uno más se irían a buscar un hogar temporal mientras recibían lo que era su herencia.