🌼Reencuentro🌼

CAPÍTULO VI

❄️Amigos por siempre ❄️

México, Azteca y Ciu se dirigían a la casa del primer mencionado, llevaba poco tiempo conduciendo luego de pasar a recoger a su mamá, Ciudad de México por fin se había tranquilizado después de todo lo que pasó y ahora se encontraba durmiendo en la parte trasera del auto. En tan solo unos minutos llegaron a su hogar y juntos bajaron, ninguno había dicho nada en el transcurso del recorrido porque se sentía algo incómodo; el mayor cargó con mucho cuidado al pequeño mientras Azteca abría la puerta y daba paso a su hijo, los demás niños corrieron para saludarla pero observaron como su padre llevaba en brazos a su hermano, eso se les hizo muy extraño y preocupante pues las únicas ocasiones en las que su papá cargaba a Ciu eran porque algo malo había ocurrido. México dejó descansado al menor y bajó al primer piso para que todos cenaran.

-Por favor, no vayan a despertar a su hermano, estoy seguro de que él no tiene hambre y necesita descansar un poco, debemos darle su espacio- los demás asintieron con la cabeza.

-Muy bien pequeños, vayan a lavarse las manos para cenar- Azteca acompañó a los niños mientras México servía los platos y los colocaba en la mesa; durante su merienda ninguno de ellos quiso hablar del porqué su hermano se encontraba en esas condiciones, de todos modos sabían que su papá no les diría absolutamente nada así que tampoco se esforzarían por preguntar, en algún momento Ciudad de México les contaría lo ocurrido. Uno por uno se fue retirando del lugar para subir a su recamara y por fin descansar hasta que sólo quedaron México y Azteca quienes esperaban a que Ciu despertase para alimentarlo.

-Ah... no puedo creer que esto haya sucedido luego de verlo tan feliz en la mañana, me duele tanto que esté en ese modo- la mayor no sabia a que se refería su hijo, y fue tanta su curiosidad que decidió preguntarle qué pasaba.

-¿De qué hablas Mexi? ¿Algo malo le pasó a Ciu?- México entró un poco en pánico, sentía que si le contaba a su madre lo que había pasado se molestaría con él por no hacer nada, sobre todo porque ella le tenía un gran afecto a todos sus pequeños.

-No es nada grave mamá, solo que... esta mañana Rusia, el hijo mayor de URSS, me pidió que llevara a Ciu con su pequeño, Moscú, ambos se habían quedado una semana en la ciudad y en la última junta que tuvimos su hijo y Ciudad de México se hicieron muy amigos, pero eso te lo contaré con más detalle después, el punto es que cuando regresé de mis compras y fui a recogerlo, Rusia me dijo que se tenían que ir de vuelta a su territorio, dijo que su padre los necesitaba y que seguramente Moscú le diría a Ciu todo eso, cuando Rusia estaba por llamar a mi hijo, él salió llorando y Moscú iba tras él, así que supongo que terminó por decirle y Ciu reaccionó de una mala manera, como si hubieran terminado su amistad, él no quería ni mirarlo a los ojos y me pedía que nos fuéramos... - Azteca quedó impactada por todo lo que su hijo le había contado, ahora creía entender porque su nieto estaba tan mal.

-Supongo que esos son los pequeños "conflictos" que pueden tener los niños de su edad, y bueno, necesito escuchar la versión de Ciu para poder comprenderlo, pero por lo mientras tú deberías ir a descansar cariño, mirate, estás muy exhausto- México bostezo lo más discreto posible, pero aún con eso su mamá lo había notado, y realmente si estaba cansado, sin embargo quería ayudar a su hijo, no quería continuar viéndolo de esa manera.

-No puedo, necesito esperar a que Ciudad de México baje para cenar al menos un poco, no estoy seguro de que Rusia le haya dado algo de comer, pero es por si acaso- el mayor bajó un poco la mirada y Azteca le observó con preocupación- Era su primer amigo, el primer niño con el que convive fuera de la familia, probablemente yo no sé que siente en estos momentos porque yo nunca pasé por eso, pero quiero ayudarlo, es mi hijo- Azteca tomó la mano de México y la apretó un poco dándole a entender que necesitaba ser fuerte y que no estaba solo.