CAPÍTULO II

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"Ciu"

Moscú, uno de los lugares más bellos del mundo, capital e hijo de la Federación Rusa, el país más grande del mundo; Rusia cuidaba de bastantes niños, algunos ya un poco mayores como lo eran Moscú y San Petersburgo con 7 años y los demás tenían entre 5 y 6 años, era un trabajo difícil cuidar de todos, pero, con mucha paciencia, organización y esfuerzo se lograba todo, además de que entre todos sus hijos con los que más se podía entender eran los dos grandes, la verdad parecían tener mucha madurez para su edad.

-Buenos días, padre- saludo un pequeño de 7 años de cabello rubio, tez blanca y ojos verdes.

-Buenos días Moscú, ¿que tal dormiste?, ¿descansaste?- le respondió el mayor.

-Pues... si, pero no del todo bien, aún estoy nervioso, es la primera vez que voy a un territorio desconocido y voy a estar con más niños, me asusta no agradarles- tenía razón al estar de esa manera, todo el mundo se pone nervioso la primera vez que conoce a nuevas personas y él no iba a ser la excepción.

-Entiendo, alguna vez estuve en tu lugar, también fui un niño y conocí a nuevas personas, pero no debes de preocuparte por eso, irás a conocer y convivir, son niños de tu edad o incluso un poco más pequeños que tu, no pasará nada-

-P-pero, ninguno de mis hermanos nos acompañará, ni siquiera Peter, van a dejarme solo... ¿y qué tal si se asustan solo por ser tu hijo?, tu mismo lo has dicho padre, incluso tus compañeros te tienen miedo... no quiero que me teman por ser hijo de la Federación Rusa... - No era el hecho de que le temieran a él, al final de cuentas le importaba un comino si le hablaban o no, ¿pero Moscú? Parecía tener vergüenza de ser su propio hijo, y para ser muy sinceros eso le dolía, sobre todo porque él era el mayor de todos su hijos, su primer pequeño se avergonzaba de él; por otra parte Moscú se sentía preocupado pues no fue su intención decir eso, mucho menos que su papá lo malinterpretara, le tenía un inmenso cariño y amor, jamás podría sentir vergüenza porque Rusia fuese su papá- No quise decir lo que piensas padre, sabes que te amo con todo mi corazón, solo... Estoy muy nervioso, perdón-

-No tienes nada de que preocuparte ¿okey?, se que no fue tu intención decirlo, y probablemente sea mi culpa si nadie quiere acercarse a ti, pero así te darás cuenta de quienes son tus verdaderos amigos y quienes no, estoy seguro de que habrá alguien especial para ti...- el mayor abrazó a Moscú quitando de inmediato toda inseguridad en él, los abrazos eran lo que más le gustaba, así se sentía en completa paz- Oh, es verdad, olvidé decir que Alemania tiene una hija, Berlín, tal vez ella te hable, también está nerviosa y ansia conocerte-

-¿De verdad?- al menos así no estaría del todo solo, y conseguiría a su primer amiga.

-Si... muy bien, es hora de irnos así que toma tu equipaje y vamos, te espero en el auto-

Rusia salió de su casa con maletas en mano mientras Moscú tomaba su mochila y se despedía de su pequeño cachorro, por lo menos estarían fuera del país unos 4 días, después regresarían pero aún así extrañaría su hogar y a su mascota, la cual no se quedaría del todo sola, las personas que trabajaban en ese lugar la cuidaría por él... y así iniciaba su recorrido.

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Una bonita vista era como Moscú describía a aquel país latino, lleno de diversidad, cultura y muchos colores, lo único que le molestaba un poco era el clima caluroso que habitaba ahí, él era de climas fríos y no le gustaba mucho o más bien nada estar en lugares así; hace algún tiempo había leído un poco sobre el territorio mexicano, estudió su lengua y conoció muchos lugares en fotografías que le gustaría visitar, simplemente le parecía encantador, pero antes de dar un tour por la ciudad su padre necesitaba asistir a la junta por la que principalmente habían ido ahí.

🌼Reencuentro🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora