💘Siempre a tu lado💘
El avión apenas aterrizaba, había sido un viaje un poco largo para él y sobre todo con las ansias que tenía de ver a su gran amor; al bajar de la gran nave se dispuso a recoger sus maletas pero antes sacó su celular y buscó entre sus contactos a una persona muy importante en su vida, Berlín, la buscaba para decirle que lo disculpara por todo lo que pasó y que a su regreso prometía contarle la verdad. Moscú salía del aeropuerto en busca de un taxi para que lo llevaría a un hotel en dónde pudiera hospedarse por lo menos 4 días mientras cumplía su misión, pronto llegó uno que lo aproximó hasta su hogar temporal, bajó sus maletas del vehículo y eligió una buena habitación, no tenía demasiado dinero en efectivo pero estaba más que seguro de que su padre le enviaría pues Rusia parecía preocuparse demasiado por él; en cuanto llegó a su recámara se tiró en la gran cama que había tratando de despejar su mente de las locas ideas que pasaban ahí por culpa de Ciu.
-Bueno, ya estoy aquí pero...¿Cómo se supone que voy a conquistar de nuevo a Ciu?- había muchas ideas y algunas posibilidades de que el menor lo rechazará como lo hizo la última vez que se vieron, pero de pronto una gran opción llegó a su mente- Lo tengo, solo espero que realmente le agrade y no me termine odiando-
Moscú muy decidido a todo se dió un baño algo rápido porque cada vez se hacia más tarde y la idea que tenía no serviría de nada; se puso su mejor ropa que tenía y salió de su cuarto para poner de una vez por todas en marcha el plan que tenía. En menos de 2 horas por fin había terminado, vaya que sería una sorpresa para Ciudad de México todo lo que estaba haciendo por él, y esperaba que lo apreciará con todo su corazón así como él lo hacía, ahora se dirigía hacia la casa del menor con un gran ramo de rosas y algunos chocolates.
//
-Veo que estás por terminar tu tarea Ciu, ¿Está muy difícil?- Ciudad de México acompañaba a México y a Azteca mientras concluía con algunas de sus actividades que tenía sobre la universidad, hace tan solo unas horas había regresado para avisarle a su padre que sus demás hermanos irían a una fiesta y que posiblemente regresarían hasta la madrugada.
-No abuela, solo es una que otra cosa que no terminé en clase, mis compañeros estaban haciendo demasiado ruido y no podía concentrarme, pero ya, está completamente listo, lo llevaré mañana- Ciu dejó de lado sus libros y libretas para platicar un poco con los mayores.
-En ese caso es mejor que comiencen a hacer la comida, creo que es algo tarde, en unas cuantas horas el cielo estará lleno de estrellas y luceros- dijo México.
-Tienes razón papá, cocinare algo sencillo mientras la abuela se queda aquí para cuidarte, no tardaré mucho- se levantó de su asiento y salió de la recámara bajando las escaleras directamente hacia la cocina, de repente escuchó algunos golpes que parecían llegar de la puerta principal, eso causó un poco de intriga en el menor pues no podían ser sus hermanos porque ellos tenían llaves propias, entonces ¿Quién más podría ser?, Con mucha curiosidad se acercó hasta el lugar de donde provenia el sonido y terminó por abrir encontrando...
-Buenas tardes- la persona que se encontraba justo frente a él llevaba un gran ramo de rosas rojas que cubría su rostro y en su otra mano 2 cajas de chocolates más junto a un pequeño arreglo de flores, estaba sorprendido, tanto que no supo ni responder al saludo que le daba ese extraño- Unas flores para...Mi persona especial- de pronto bajó el gran ramo dejando en descubierto su rostro haciendo que el menor quedará realmente impactado por todo eso.-¿Moscú? ¿Qué haces aquí y con todo esto?- Moscú se sentía algo nervioso, la manera en que había resultado su plan estaba perfecto, sin embargo la reacción de Ciu no era precisamente la que esperaba- Déjame ayudarte con eso, pasa- el menor dejó el paso libre al más grande mientras cerraba la puerta.
ESTÁS LEYENDO
🌼Reencuentro🌼
Fiksi PenggemarMoscú y Ciudad de México son amigos desde pequeños, pero con el paso del tiempo se distanciaron tanto que cada uno decidió hacer su propio camino, sin embargo el destino quizo que se volvieran a encontrar justo en el peor momento. Ahora ambos cuenta...