01: El corazón roto de un Alfa

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—¿Usaste condón? —fue lo primero que Asher Hawk oyó decir de su única hermana: Laila Hawk.

—La duda me ofende—respondió el chico sin quitar su mirada de su desayuno. El día de hoy eran unos simples panqueques con un café.

—Prefiero prevenir que lamentar, ¿sabes? —siguió diciendo la chica, sentándose frente su hermano mayor—. Aún soy muy joven para ser tía.

—Y yo muy joven para ser papá.

La rubia observó a su hermano, sonriendo de forma leve para luego dirigirse al mayordomo y pedir una simple avena con un té para comenzar con aquel día.

—Y así espero, porque como vas no me sorprendería que te convirtieras en papá.

Asher suspiró profundamente, dirigiendo por primera vez en el día la mirada a su hermana y como esta recibía su desayuno.

—No lo seré hasta que yo quiera, ¿okey? —respondió—. Y como veo, no creo que llegue a serlo.

—Ya no comiences con tus idioteces, Asher—se quejó la chica—. Que tengas el corazón roto por Aage Dorrance no significa que sea el fin del mundo.

Pero para él sí lo era. Mierda, sí que lo era.

Ver en las noticias que Aage Dorrance había hecho formal una relación con Claude le partió el corazón más de un millón de pedazos junto con sus esperanzas de poder tenerlo solo para él.

—Eres muy cruel—masculló el chico.

—Soy realista—le espetó.

—Cruel y malvada.

—Solo vas de cama en cama para encontrar a alguien que se asemeje a Aage ¿No?

Asher guardó silencio.

—Tengo razón, eh—rio ella—. ¿Y por qué no te acuestas con Roswell?

—¿Qué dices? Claro que no, ni loco me acostaría con Ros.

—Bueno, al menos yo sí lo hice y te puedo decir que dejaste escapar a un buen hombre.

—Dioses, Laila, no quiero oír tu vida sexual. Gracias.

—Yo escucho tu vida sexual y romántica sin quejarme, así que tú oirás la mía—sentenció la chica—. Ros es el gemelo de Aage, así que puedo decirte que te perdiste un buen revolcón. Un tremendo revolcón.

—¿Debería sentirme mejor con eso?

—No, pero quería contártelo.

Asher no tuvo otra opción más que reír para no llorar.

El día del Alfa heredero de la familia Hawk no fue, gracias al cielo, un tormento de estrés. Su padre seguía haciéndose cargo de planes y contratos de la familia debido a que no asumía que dejaría su puesto en unos cuantos meses.

Y, en verdad, Asher lo agradecía mucho.

Pero, aunque quisiera negarlo, también sabía que su padre y madre no le pedían mucho después de que Aage Dorrance le rompiera el corazón sin ni siquiera tocarlo. Era un tema sensible.

Aún le seguía sorprendiendo que le dieran aquel tiempo, ellos nunca aceptaron sus sentimientos a otro Alfa. En realidad, nunca se han tomado bien el hecho que su hijo Alfa dominante comiera de todo lo que le sirvieran en su plato: Hombres Alfa, Beta y Omega. Era lo mismo con las mujeres. Pero eso nunca lo detuvo, menos en este momento que lo único que deseaba era darse un revolcón con que pueda olvidar a Aage Dorrance.

Alma erranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora