06: Rosas

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Asher Hawk no pudo evitar quedar en silencio por la sorpresa. Notó como el rostro de Lysander se hundía en un sonrojo feroz, entrelazando sus dedos con nervios.

No sabía que decir ¿Una cita? ¿Una real? De verdad Lys acababa de atraparlo volando bajo.

—¿Una cita? —repitió, casi creyó que sonó como un idiota.

—Sí—asintió Lys.

—¿En serio? Ah ¿Por qué? —Un verdadero idiota.

Lys observó a su alrededor, para luego dirigirse al Alfa, tomando fuerzas.

—Me gustas, Asher. Y no tengo idea si sientes lo mismo, pero al menos creo que nuestra química es innegable. Me gustas de verdad, dejando de lado lo fantástico que eres en el sexo—admitió Lys.

No tengo ni idea si sientes lo mismo.

Asher nunca había pensado en ello con seriedad, sabía que se sentía bien con Lys, que se preguntaba una y mil veces cómo era posible que su cordura se perdiera cuando estaba cerca del Omega.

Perder la cordura.

Sentirse como un idiota.

La verdad, es que no quería ni tenía razones para negarse. Tal vez la sensación de que llevaban poco tiempo hablando, pero eso ya no le importaba. Su Alfa se sentía cómodo y deseoso de compartir tiempo con el Omega, y él quería volver a sentir esas sensaciones que le provocaba con un simple beso.

Sinceramente, su rutina de simple sexo lo estaba aburriendo, y ahí, frente a él, estaba un chico que parecía valer la pena, que era de su agrado, tanto visualmente como en personalidad. Una persona que parecía estar muy interesado en él.

Alguien que podría sanar su corazón roto.

¿Por qué no intentarlo?

—Está bien.

El rostro de Lysander se iluminó por completo. Su sonrojo disminuyó un poco, dejando un toque rosado en sus mejillas al tiempo que demostraba su felicidad con una amplia sonrisa.

Asher, ante todo eso, se sintió en el cielo.

—¿De verdad? ¿De veritas? —preguntó, causándole una suave risa al Alfa—. Ah, ¿Cuándo?

—Excelente pregunta —respondió, acariciando su mentón—¿Qué propones?

—Mi ansiedad dice que mañana mismo—rio, algo avergonzado—. Pero también entiendo que acabas de tener una semana muy atareada ¿Qué te parece el lunes? ¿Tienes algo que hacer?

Asher no quería que Lys se preocupara por él, pero era verdad: Estaba megamente agotado. Ese día era sábado, tendría el domingo para descansar y reponer la energía necesaria.

—Me parece una perfecta idea—aceptó finalmente, Lysander sonrió de felicidad.

—Excelente. Entonces nos vemos el lunes... ¿A qué hora?

Asher se dirigió a encender el automóvil.

La verdad es que no estaba del todo seguro a qué hora sería lo ideal ¿Qué sería lo mejor? ¿La mañana? ¿la tarde o la noche?

—No estoy seguro ¿Te parece que lo piense y después te aviso? Así podría organizarme en caso de algo—se atrevió a preguntar. Lys no pareció disgustado.

—Sí, está bien—asintió—. Entonces, nos vemos.

—Nos vemos—repitió.

Sin nada más que decir, se largó. El Alfa se sentía extraño, una sensación de extrañeza lo invadía al estar intentando tomar el peso de lo que se había comprometido. De algo que él no tenía ni idea de cómo se llevaba a cabo.

Alma erranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora