𝐒𝐓𝐀𝐍 𝐓𝐖𝐈𝐓𝐓𝐄𝐑 | heesun au.

025

Sunghoon entró a la van lo más rápido que pudo seguido por jay, se acomodaron en el asiento apenas y el conductor simplemente arrancó.

—¿Crees que haya sido muy obvio?. Preguntó.

Jay pareció meditarlo mientras miraba por el vidrio polarizado en la parte trasera del vehículo viendo a los camarógrafos saliendo de cualquier lado.

—Creo que sí...

Sunghoon se llevó las manos a la nuca sin nada que decir, apenas unos segundos después la pantalla de su celular se encendió mostrando un mensaje recién recibido.

—¿Quién es?.

—Mi manager... Comenzó a sentir la vista un tanto nublada debido a las gotas saladas que se acumulaban en sus ojos.

—Hey... nadie está cometiendo un delito, ¿está bien?. Su espalda se sintió cálida en presencia del nuevo toque contrario, jay hacia círculos con su palma abierta sobre la espalda de Sunghoon porque eso lo calmaba, lo había calmado desde que tenía 20.

—No lo entiendes. Mencionó con la voz bajita, casi con miedo.

Sunghoon era una persona de carácter fuerte y pasaba la mitad de su vida gritándose con Sunoo pero cuando estaba con Jay se sentía pequeño, no importaba su tamaño o la edad que compartían el simplemente se sentía frágil, así se había sentido en su presencia desde el primer momento en que lo vió.

—¿Qué no entiendo Sunghoon? Ambos estamos haciendo esto, es completamente normal, no tiene importancia-

—¡Pues para mí sí la tiene!. Se giró a mirarlo a su costado mientras notaba como el conductor les veía por el retrovisor con algo de incomodidad.

—Para mí sí la tiene Jongseong, para mí siempre la ha tenido, no importa cuántas veces le digas a la gente que somos amigos, ni cuántas veces me obligues a esconderme cómo si fuera un puto problema, hay algo que jamás vas a poder fingir y es la manera en la que me miras. El contrario se mantuvo impasible simplemente mirándolo, viendo como lloraba como si de un niño pequeño se tratase, tragándose las ganas de tocarlo.

Porqué para Jay era tan simple como que su corazón no correspondía al de Sunghoon, lo quería, su mente estaba llena de todos los recuerdos y primeras veces que tuvieron pero eso no era suficiente, él no estaba enamorado y el pánico de Sunghoon a ser rechazado por la sociedad a pesar de todo era un inconveniente contra el que no se podía enfrentar.

Se mantuvieron en silencio el resto del viaje, en un punto el pálido había dejado de llorar recobrando la compostura, decidió contestar los mensajes de su mejor amigo durante ese periodo para evitar entrar al artículo que por supuesto habían publicado sobre ellos esa mañana, una vez en el lugar se bajó del vehículo, antes de que pudiese terminar de sacar el cuerpo sintió su muñeca ser apresada y se giró.

—Entonces, ¿estamos bien?. Sunghoon miró a los ojos al que había sido su amigo y más que eso los últimos años, su mirada era cálida y su rostro tan simpático como toda la vida así que una vez más, sintiendo el corazón palpitandole con fuerza en el pecho, sonrió.

—Estamos bien.

.