Capítulo 2: El brujo blanco

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Capítulo 2: El brujo blanco

**Byakuya**

Aún no puedo creer que tenga que hacer esto. Son más de las ocho, debería estar de camino hacia el centro de la ciudad tal y como tenía que ser en este día y sin embargo me veo ensuciándome mi traje nuevo para entrar en la zona más profunda del bosque de Karakura para buscar a cierto progenitor que cada día parece más demente.

Frunzo el ceño cuando me viene un ligero olor a incienso y sigo el rastro hasta que mi vista atisba unos pequeños puntos de luces a lo lejos haciéndome gruñir. Sigo caminando, deteniéndome en seco cuando veo que uno de mis mocasines se ha ensuciado de barro por la tierra mojada que abunda en esta zona más húmeda cercana al río y rechino los dientes notando que mi ira aumenta. Esto....ya es intolerable....

- ¡Padre! – elevo mi tono de voz cuando llego al punto de la reunión que está aconteciendo en un claro del bosque, o más bien el cónclave donde están reunidos varios hombres cubiertos por túnicas negras y capuchas que jadean al notar como el círculo demoníaco que había a sus pies, desaparece por un halo de luz que lo cubre todo, incluido bajo los pies desnudos de mi progenitor, en medio del círculo, al que reconozco pese a llevar una máscara cubriéndole gran parte de su rostro, pero no sus sorprendidos y airados ojos grises cuando ve los míos brillantes por el candelabro que sostiene en su mano.

-Por los dioses, Byakuya hijo...- no solo mi padre, si no otros de los presentes maldicen entre dientes dispersándose para no ser reconocidos y empiezan a esconderse entre la oscuridad de la noche soltando pestes sobre mí.

-Ginrei, mantén a tu maldito hijo lejos de nuestra comunidad o terminará extinguiéndonos- inspiro fuertemente al oír cómo hablan sobre mí y me quedo al margen viendo como mi padre se retira su máscara para mirarme resignado.

-Hijo ¿pero qué haces? Tienes estrictamente prohibido el paso al bosque al anochecer ¿quieres que te maten o qué? -

- ¿Has olvidado que hoy cenamos con tu hija y yerno? Son más de las ocho-

- ¿Has interrumpido nuestra misa sacrílega por eso? Dioses, hijo...- mi padre se restriega las sienes pasándose después unos dedos entre su cabello largo gris despeinándoselo.

-No me necesitas para eso y lo sabes. Odio que me desafíes, Byakuya-

-Rukia quiere darte una noticia importante ¿es que acaso no te importa? -

-Sé lo que va a decirme, es de lógica. O nos confirma su inminente enlace o a lo mejor ya está en cinta a estas alturas, aunque sinceramente hubiera preferido que concibiera con uno de nuestros "dioses" y no con una falsa imitación- abro los ojos al oír eso y siento como si me hubiera golpeado directamente en el corazón.

-Hablas de demonios como dioses y de tu yerno como algo insignificante por ser un simple humano ¿Qué clase de padre diría eso? –

-Un padre brujo, que es lo que soy- desvío la mirada sin querer escucharlo, pero su voz me detiene. –Byakuya, el problema es que tú también lo intuyes, pero tienes miedo de oírlo sin que esté yo para sostenerte-

-Que estupidez- sigo andando, pero vuelvo a detenerme cuando noto que mi padre me ha enganchado con su látigo negro mágico enroscado en mi muñeca.

-Byakuya, asúmelo ya...los brujos no tenemos relaciones, vivimos para servir a nuestros dioses, para recibir placer carnal y engendrar sus voluntades...-

-No quiero oír eso de un hombre que debería estar jubilado y sin embargo está aquí, reunido con un atajo de locos esperando a que los encule un monstruo invocado-

"MALDITOS"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora