Capítulo 4: El brujo doble
**Starrk**
Observo con parsimonia como la estantería de madera que intentaba montar se cae a trozos ante mis ojos haciéndome suspirar y frotarme los ojos con mis dedos pulgares. Ah, joder... ¿por qué demonios estoy haciendo esto? Este diminuto dojo se cae a trozos por todas partes, vale que salió barato porque está apartado de la ciudad en la que ahora estamos, tras un año y pico vagando por caminos, intentándome escapar un par de veces más sin éxito de mi "dueño", hemos terminado en una ciudad que parece un pueblo grande llamado Karakura y en teoría donde tendré que buscarme la vida a partir de ahora. Todo para servir a mi "indeseable" ....
- ¡Estoy harta de él, siempre se larga de viaje y sé que me pone los cuernos! ¿pero cómo voy a asegurarme de ello? Estoy desesperada Kuchiki-san, no sé qué más hacer...- miro de reojo a la mujer que está sentada en una silla en la habitación contigua frente a la mesa desde la que mi brujo la mira con una sonrisa fingida de "consolación" escuchando su relato de maruja cornuda. El muy cabrón se ha puesto su túnica blanca, igual que la que llevaba hace siglos cuando nos conocimos para dar más sensación vívida de brujería en su nuevo trabajo como "Psicólogo y otras maldiciones". No me creo que solo lleva su anuncio un día en el periódico y ya tiene clientes en lista de espera para un mes.
-Los hombres no pueden tener sus atributos guardaditos bajo el pantalón a no ser que se les controle. No te preocupes Himeko-san, los problemas de amores son mi especialidad- frunzo el ceño al ver cómo Soujun saca de una caja que tiene a su lado una especie de muñeco de lona con un nudo amarrado en la cintura.
-Pon este muñeco debajo de la cama y no sueltes el nudo. Con esto te asegurarás de que tu marido no es infiel en sus escapadas, ya que por más que quiera intentarlo, su pene no le responderá. Le tendrás capado hasta que deshagas el nudo-
-Por los dioses, que maravilla ¿de verdad que funciona? - la señora repara en mi presencia cuando me ve observarles desde el umbral de la puerta y Soujun sonríe malicioso.
- ¿Ves a ese hombre de ahí? Le tengo castrado desde el primer día y te aseguro que no se le pasa por la mente intentar complacer a otro que no sea yo- gruño tan guturalmente que la señora se estremece en su silla y paga a Soujun una gran suma de billetes antes de salir apresurada del dojo bajo mi seria mirada.
-No me metas en tus mierdas, mis "atributos" funcionan perfectamente sin tu control-
- ¿Ah sí? - Soujun usa su magia para encender el viejo televisor que he intentado arreglar sin éxito y veo proyectada una película porno gay con dos chicos jóvenes y guapos montándoselo. Mierda. Por más minutos que lo mire no siento nada.
-Starrk...- giro mi cabeza al oír el susurro de mi brujo antes de sentir como su lengua entra en mi oreja, acariciándome el agujero lascivamente a lo cual mi cuerpo responde endureciéndose levemente al instante. Joder.
-En fin- suspiro saliendo de mi pequeño momento caliente cuando Soujun se aparta y me muestra los billetes en su mano contándolos con los dedos. –Yo ya estoy contribuyendo a la economía de este nuestro nuevo "hogar" ¿y tú? ¿vas a quedarte holgazaneando?
-Usar tus poderes de brujo no es un trabajo-
-Tienes razón, mi verdadero trabajo siempre ha sido mandar- ruedo los ojos al oírle y veo como escribe en un papel antes de dármelo. –Ve a este sitio y encuentra un buen trabajo. La carne que Kiba necesita no es barata, debes comer como un rey por él-
-Te recuerdo que es mi estómago el que lo recibe, mis intestinos los que lo disuelven y mi recto el que expulsa la carne favorita de tu perro-
-Dioses, que escatológico puedes ser a veces-
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"MALDITOS"
FanfictionSueño tu boca cada anochecer. Recuerdo cada aliento, cada suspiro, cada sílaba susurrada de manera candente y cantarina. Tus labios destilando amargura, traición. El nacimiento de una maldición. Oscuras noches, lúgubres luces, cánticos de adoración...