"MALDITOS"

Capítulo 9: El brujo príncipe

Capítulo 9: El brujo príncipe

**Renji**

Siseo de dolor al toparme de nuevo con un cristal mágico de protección que me rasga la piel antes de destruirlo entre mis furiosas garras. Tsk! maldición ¿Cuántos cristales me he topado ya en mi camino? Llevo un mes buscando incesantemente a ese mago que se me escapó de las manos en el peor momento ¡¡tengo que encontrarlo y recuperar mis colas!!! A este paso me consumiré, puede que desaparezca y todo y eso....

"No. No puedo permitirlo. No volveré a fracasar en mi misión".

- ¿Misión? - hablo para mí mismo consciente de lo que acabo de pensar. ¿Por qué hablo como si tuviera una meta que conseguir? ¡Argh!! Me siento frustrado, la cabeza no deja de darme vueltas pese a que sigo viendo todo brumoso ¡¡no sé ni lo que digo!

Cambio la trayectoria de mi camino saliendo del último bosque que he barrido de arriba abajo sin rastro del mago. He revisado todo el territorio sin hallar ninguna pista, topándome con otros brujos que casi mato de la rabia de no hallar al que busco ¿¿Dónde ha podido esconderse? Si es en la ciudad, lo tengo muy difícil, por eso he ido directamente a los bosques, tengo la esperanza de que esté escondido en algún lugar y eso....

De repente me detengo al caer en la cuenta de que aún puedo recordar su aroma floral. Cierro los ojos intentando concentrarme y camino hasta que me veo de nuevo en el bosque de la ciudad de Karakura, donde le encontré la última vez. No puede ser...este es el primer lugar que he buscado sin cesar, a no ser que....

Alzo mis manos invocando mi poder y noto como a medida que avanzo por el bosque, me topo con un enorme muro invisible que me provoca descargas eléctricas en los dedos. Frunzo el ceño mientras sonrío con malicia y me echo hacia atrás, antes de invocar una bola oscura de energía para estamparla contra el muro rompiéndolo en mil añicos.

Ajá, lo imaginaba. Tras el muro hay otro camino que no había visto antes en el bosque. Seguramente el muro estaba hecho con magia blanca, así que no creo que ningún brujo haya pasado por aquí antes tampoco. Sigo andando atravesando varios arbustos cuando abro los ojos al ver a varios metros de distancia a ese maldito mago, vestido con un kimono sencillo, cargando una cesta en la que está recolectando algunos frutos al parecer. Trago saliva al observar su hermoso rostro, cómo se aparta el sudor de la frente resoplando por el esfuerzo y se mantiene serio mientras sigue cogiendo algunas frutas que encuentra tiradas en el suelo. Me relamo impaciente tras haber descubierto a mi presa y antes de darle tiempo a notar mi presencia, sus ojos azules se abren de par en par cuando me lanzo sobre él, tirándole al suelo con mi mano enganchada a su cuello.

-Maldito mago...por fin he dado contigo...- mis pupilas se rasgan por la ira contenida y veo como él pone una mueca de dolor al notar la falta de aire por mi agarre.

- ¿Qué? ¿sientes que te ahogo, verdad? Podría ahorcarte y ahorrarte sufrimiento ¡¡pero no lo haré!!- él tose cuando le suelto brevemente, pero le mantengo sujeto bajo mi cuerpo.

-Qui...tate...cogh! me estás...aplastando...-

- ¿Crees que me importa?? Maldito, hay que tener valor para plantarme cara después de...- abro los ojos de par en par cuando siento otra presencia y al elevar la vista, veo a un niño pequeño pelirrojo, con unas orejas como las mías y una cola peluda rojiza que se balancea nerviosa tras su cuerpo. El niño me mira con sus grandes ojos azules abiertos de par en par, anegándose de lágrimas con miedo.

-Mami...¡¡Mami!!!!-

- ¡Nova huye!!! ¡¡vete de aquí!!!- escucho el desesperado grito del mago bajo mi cuerpo y uso una de mis colas, alargándola con mi magia, para enganchar al pequeño de la cintura, enroscándole sin hacerle daño, pero sí elevándolo a unos pocos centímetros del suelo para observarle más de cerca. Él tiembla asustado mientras yo lo olfateo hasta jadear sorprendido. Huele...como yo....