Parte 17.

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Ni siquiera llegué a dormirme cuando sentí que me tocaban levemente el hombro para llamar mi atención, abro perezosamente mis ojos y la luz de la claridad no me pega tan claramente, -si que dormí un rato- pienso, levantó mi mirada para ver la de mi ángel que me mira con una gestualidad que no tarde en descifrar.
-¿Qué es lo que deseas?- Le pregunto, él sonríe nervioso.

-Estaba pensando y quisiera un helado, como el de la serie- vuelve a sonreír nervioso, y yo le devuelvo la sonrisa.

-Dale, vamos que te lo compro- me levanto, lo siento feliz a mi lado.

-¿Y tu comerás conmigo?- Me mira ilusionado y como podría decir que no.

-Si, si comeré contigo- sus ojos se iluminan y eso me alegra el alma. Vamos al puesto y me pedí un helado de frutilla al agua para mi y uno de crema para Azi, el hombre me entregó el de crema a mi y yo se lo entregue a mi ángel y luego agarro el mío, él lamió el suyo y dio un gemido de satisfacción, lo hubiera podido escuchar más detenidamente esos sonidos si no fuera por un ruido en el ambiente que me llama la atención, -algo anda mal- me digo. Me recuerda el sonido de mis alas al moverse, intento advertirle pero un golpe seco en mi espalda me obliga a retraerme por el dolor, haciendo que el helado caiga al suelo mientras yo mantengo mis manos apoyadas en allí, levanto mi mirada para enfrentar al demonio pero fue una gran sorpresa cuando el color blanco de la prenda era lo único que aparecía, era un ángel, fruncí el ceño, giré mi mirada para encontrarme a Azirapahle igual agachando respirando rápido y a Belzebu en frente suyo con un palo, este estaba apoyando con solo una mano ya que en la otra aún tenía firme su helado de vainilla.
Siseo enojado pero eso hizo que el dolor del golpe regrese con otro golpe, esta vez logrando derivarme y que pierda el conocimiento.

Un dolor en la espalda me hace rodar, siento estar acostado en un suelo no muy duro pero tampoco suave, había mucho ruido pero aún sentía mis ojos demasiado pesados. Pero no puedo dejarlo así más tiempo, así que me fuerzo a abrirlos. Había mucha gente vestida de blanco, un blanco que me cegaba la vista, un blanco completamente molesto, eso hizo cerrar un segundo mis ojos ante ese aturdidor color, mis ojos arden, intento pararme pero mis músculos fallan.

-Ni lo intentes demonio- una voz desconocida me dice, su tono es nervioso y rencoroso a la vez, le miro a mi costado con rabia, un ángel rubio con una lanza estaba parado como vigilando, este se enderezó al notar que le dirigía la mirada, una actitud de intentar mostrar autoridad, pro mi humor no estaba para eso, diría algo pero me doy cuenta que entre los dos había un cristal, eso me desconcierta y mire a mi al rededor y aquel cristal me cubría completamente como un cubo.

-Que mierda es esto- bufo agotado, me siento para poder observar mejor donde estaba, estoy en como un escenario blanco, donde había a los alrededores ángeles pasando -por el amor de satan, es el cielo- afirmó alterado, ¿qué hago aquí?, Esto no está para nada bien, ¿cómo llegue a aquí?, ¿Y mi ángel?. Ángel... Ángel... Donde, miro a mi alrededor denuevo esta vez más rápido y nada. -¿Dónde esta mi Aziraphale?- Le exijo al ángel enojado pero este no contesta -¡te pregunté donde esta!, ¡Contesta!- Le grito, esto lo asusta pero no contesta, muestro mis colmillos en amenaza.

-Cerca, esta en la otra sala- dice Gabriel atrás mío, no lo estoy viendo pero su tono de voz hace que gruña.

-Tráiganmelo- me levanto y saco mis alas amenazante, eso le hace sonreír, no es el efecto que quise causar, eso me hace gruñir otra vez, miro al costado como los arcángeles van apareciendo a mi alrededor rodeando el cristal, hablando entre ellos, murmurando. Yo apoyo mis alas en el suelo sin decir nada, me siento completamente en descubierto e indefenso.

-Antony J Crowley, así te haces llamar- exalta un arcángel que no reconozco, su tono de voz al decir mi nombre me corta el aire -fuiste un ángel y caíste, convirtiéndote así en un vil demonio, se le acusa de corromper y evitar el gran plan divino, se los sentencia...- ¿Los? Ay no Ángel... Mi boca se abre y miro hacia abajo un segundo para entenderle. -Traigamelo- exalta enojado, veo como dos guardias aparecen sosteniendo a mi ángel vestido como Crowley lo vio por primera vez, con esa bata blanca que le cubría hasta sus piernas, con sus alas al aire, me muevo rápido sin pensar y me acerco hasta tocar el vidrio, le llamo y esta con el pelo revuelto por resistir ante los guardias, me mira, su mirada solo decía una cosa... Miedo, estaba aterrado.

-David ayúdame- me suplica angustiado.

-¿Qué le van a hacer?- Intente que mi voz salga amenazadora pero no fue así, lo ángeles nos miraban atentos a cada escena de este espectáculo para ellos, mientras los guardias mueven a Azi hasta los arcángeles. Estos hacen que mi ángel se arrodille, este me miraba solo a mi, siento que podía leer lo que siente a través de sus ojos y eso me destruye, necesitando ir a responder ante su demanda.

-Esto es vuestra culpa- el arcángel ataca -evitaron algo que fue impuesto por las autoridades superiores encima aún con eso, siendo enemigos por naturaleza se atreven a mantener una relación... ¡Que blasfemia!- Agarra el hombro de Aziraphale al segundo y lo tira al suelo haciendo que se caiga en el cielo literalmente. -Un ángel que no sabe respetar sus ideas y su gente no merece ser un ángel- no, di un paso para atrás -Aziraphale se te perdono perder la espalda divina pero hasta ahí, desde hoy- Azi intenta pararse y los demás ángeles le sostienen haciendole que eso sea imposible, los ojos me arden de las ganas de llorar -ya no serás un ángel, se te libera de todo aquel privilegio- Azi me mira solo me sonrie como si eso me tranquilizara, yo empiezo a negar mientras nuestras miradas están fijas.

-¡Paren!- Grito, el arcángel bufa -por favor, fui yo el que hizo todo, él no tiene nada que ver- mis lágrimas empezaron a sentirse en mis mejillas, mi ángel abre los ojos -háganmelo a mi- me toque el pecho con la mano -por favor, a mi, se lo suplico- ellos se rieron de burla -se los ruego, no-.

-Patéticos- Solo dice fríamente, yo dejo de escuchar a los demás, este sostuvo fríamente las alas de mi ángel y no dudo de tirar de ellas, cuando sus manos se posaron estas no duraron en endurecerse, como si el tacto de ella le estuviera quemando, Azi cerró los ojos fuertemente y todo su cuerpo se tensó, yo solo me voy para atrás hasta tocar la otra parte del cristal aturdido por no poder hacer nada, no pude evitar que la desprendieran de su hermoso cuerpo, no pude evitar el sentir que falle, ni siquiera pude escucharlo lamentarse, no sentí nada. Las alas se le vuelven opacas como si ya no tuvieran vida, eso me marea, me apoye en el cristal fuertemente para no desplomarme, me senté y toque mi cabeza... Fallé fallé, apretó mi pelo y solo supliqué frenar todo e intentar controlar lo que me pasa y lo que siento.
Un grito ahogado me hizo reaccionar y levante mi mirada, esta Azi todo ensangrentado, el arcángel tiro las alas a un costado y se limpió la poca sangre que tenía de las manos con una toalla que le entregó otro ángel, luego este me mira y sonríe vilmente, eleva sus manos y chasqueó los dedos haciendo que mi ángel de un momento a otro caiga. -no no, ¡no tiene alas!-, No puede volar, toque el cristal por todos lados como si pudiera encontrar un interruptor adentro que no haya visto pero no había nada... Es un simple cristal. Las lágrimas no paran de caer sin que yo pueda controlarlo, el arcángel espera unos segundos y me sonríe.
-Ve a ver a tu novio- volvió a chasquear los dedos y empece a caer, pude sacar mis alas rápido y posicionarlas para descender más rápido hasta apoyarme torpemente en el suelo.

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Un poquito de drama para la recta final de esta historia, como soy buena, ahora mismo me pondré a traspasar la otra parte para no dejarles con la intriga.

Que pasaría si... "Good Omens"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora