Que pasaría si... "Good Omens"

Parte 7.

Deben ser la una de la mañana, Michael recorre sin secar la librería murmurando entre plegarias e insultos, anotando en papel cada suceso posible, mientras yo estoy sentado en el sillón mirándole, sabiendo que si cierro los ojos o muevo un músculo me lo va a recriminar. Solo espero a que él me indique algo, pero parece que eso jamás va a pasar y mis ojos se sienten tan pesados, sin poder contener pego un bostezo. Captando la atención del ángel.

-Anda a dormir si así lo deseas- deja de mirarme, una parte mía, bueno mejor dicho la parte de David quiere aprovechar aquella invitación, pero Crowley aunque esté agotado quiere quedarse con su ángel. En estos últimos días Crowley me domina, así que sólo niego con la cabeza, aunque el ángel ni haya visto tal movimiento. Apoyo mi cabeza en el sillón y estiro mis huesos. Escucho un bufido de Michael, giro mi cabeza aún apoyada y le veo parado encorvado con las dos manos en la mesa y su cabeza agachada -esta muy frustrado- me digo a mi mismo. Espero a ver que hace pero solo se queda ahí intentando respirar tranquilo, mi sueño se apodera de mi así que hago lo más sensato que puedo, me paro y camino hasta él y toco su espalda se sobresaltarse ante el tacto. -¿Qué quieres Crowley?- Me pregunta girando un poco su cabeza dejando a mi vista una parte de su cara.
Yo me acerco más a él apoyo una mano es su cintura y otra en su hombro.

-Tienes que ir a descansar- le susurro tranquilo, implorando por Satán que no se queje y me haga caso, pero es como pedirle a un loro que no cante.

-Los ángeles no dormimos- me levanta una ceja, yo ruedo los ojos. Ni lo pienso cuando apretó firme su cintura y mi mano que estaba en su hombro la pongo en su pecho, sin mucho esfuerzo lo levantó un poco y lo arrastró por el poco recorrido, lo escucho quejarse, con que aún le quedaban muchas cosas, yo me tiro para atrás dejándolo arriba mío, su espalda chocaba contra mi pecho, le aprieto bien. -Querido enserio que los ángeles no duermen- me dice con voz calmada.

-Hoy serás la excepción, necesitas relajar tu mente- lo aprieto más y lo acerco un poco más si es posible -te va a hacer mal tanto estrés- acerco mi nariz a su pelo para olerlo, me tranquilizo.

-¿Cómo estás tranquilo?- Me susurra, su voz la siento como en lejanía. Cierro mis ojos no sin antes decirle;

-No lo estoy, pero estamos juntos en esto y me calma- el sueño me apodera, y por primera vez desde que llegamos Aziraphale durmió.

La luz y el ruido de la ciudad me hizo despertar, pero no me levante solo me quede viendo a mi compañero dormir plácidamente en mi pecho, estaba dado vuelta con su cabeza apoyada en mi hombro, todo su cuerpo enredado en el mío, el olor de su esencia era la fragancia más embriagante que alguna vez olí en mi vida, sentía que me estaba mareando. Pero no me muevo solo le observo, con sus ojos cerrados el pelo despeinado y la boca ligeramente abierta, un ángel en toda la expresión... Dios mío. ¿Qué me está pasando?, Ahora si que me falta el aire, mi corazón late muy rápido. Me intento alejar, Aziraphale bosteza y estira sus brazos mientras lentamente abre esos hermosos ojos que hacen que una ola de calor se acumule en mis mejillas. Me muevo más rápido con la mirada dormida de Azi. -Buen día- digo seco, cuando me levanto y me doy la vuelta para que no vea mi cara.

-Buen día querido- dios su voz ronca, reprimo un siseo en satisfacción.

-Calma esas hormonas Crowley- susurró alterado.

-¿Dijiste algo?- Me murmura, yo me doy vuelta y le doy una mueca de alegría fingida pero parece que le sirve, -no sé como serán las cosas, pero hoy a la tarde hay que salir al pueblo de Adam, nos encontramos con la bruja esa- me dice, inhala profundo intentando calmarse.

-¿Y cómo sabremos a que hora salir?- Le pregunto, él mira a la nada y niega.

-No tengo idea- no deja de negar e inhalar. Levanta su vista y me sonríe, -pero bueno, eso a la noche ahora que te parece si vamos a desayunar- me sonríe, acomoda su ropa y su cabello. Yo me limito a solo chasquear los dedos y tener todo eso listo. Él me mira y yo le guiño un ojo -completamente innecesario- me dice, yo le sonrío dejando un poco visibles mis colmillos de serpiente, Aziraphale los mira fugazmente ante de volver a mirar mis ojos aún así lo percaté haciendo que mi sonrisa se agrande más.

-En mi bando le dan igual unas tentaciones frívolas, a mi no me envían cartas con palabras feas- le hago un puchero, se ríe negando, luego vuelve a mirarme fijo y se muerde sus labios divertido. Antes que se queje del tiempo me muevo y salgo de la librería. Con lo último qué pasó no me siendo seguro fuera de la librería, miro al rededor buscando algún indicio de algo negativo o distinto pero nada. Aziraphale me toca el hombro.

-¿Vamos?- Me dice, yo asiento. Esta vez fuimos a una panadería yo me pedí un simple sándwich con un café cortado mientras Aziraphale se pidió tres porciones de tres distintas tortas; Una de chocolate con almendras, otro de vainilla y otra de frutilla o cereza ya no sé. -Dios no sé cual esta más rica- alagaba Azi mientras comía, yo solo estoy en silencio mientras pienso para mis adentros. Tomo un pequeño trago de mi café y esta muy caliente tanto que me quemo, sisee en respuesta quejándome, mi lengua de serpiente se hizo notar un segundo mientras me quejaba. -Es asombrosa- escucho que dice, le miro como me sonríe con la cabeza apoyada en su mano y en la otra sosteniendo una porción de torta. -También tus colmillos es tan extraño verte con ellos- me mira con adoración, siento que mis mejillas ardían otra vez. Su mirada fija en cada una de mis facciones me cortaba el aire. Aún así no lo demostré más que una mirada fija a sus ojos por unos segundo que le decía todo y nada. El desayuno se mantiene en silencio por suerte, no más que pequeños gemidos de vez en cuando del ángel. Pago y nos dirigimos a la salida, el abre la puerta y se mueve, -después de ti- muevo la cabeza para agradecerle y paso, él se queda atrás mío pero no tarda en ponerse a mi lado.

-Después de todo tenían razón- una voz aguda se escucha a mis espaldas, me giro rápido, un olor fuerte y agrio toca todos mis sentido, haciendo que de un paso hacia atrás -sorprendentemente tenia razón- sonreía, busque rápido con la mirada a Aziraphale que estaba a pocos metros, me acerco rápido a él y lo pongo atrás mío, enfrentándole...

-¿Qué hacessss aquí?- Le gruñó enojado, él se ríe.

-Ante ese ángel se te olvidó a quien te diriges- Belcebú afirma tranquilo, sonriendo mientras muestra todos sus dientes.

-Tengo muy claro a quien le hablo, ¿qué hace aquí?- Vuelvo a gruñirle, pongo mi mano inclinada para atrás para que me confirme que esta bien, parece entenderme, porque siento rápido en mi espalda una mano caliente que se apoya.

-Los arcángeles me contaron de tu traición Crowley- mira a atrás de mi -de... Vuestra traición- yo me muevo para intentar taparle de su vista -¿dónde está él niño?- Me exige.

-Si me dejara explicar- le animo, pero levanta la mano y me mira frustrado.

-Tengo todo lo suficientemente claro, no te lo repetiré, ¿dónde está el niño?- Inclina su cabeza.

-No lo sabemos, lo perdimos- habla Aziraphale atrás mío. Belzebu le ve.

-Lo perdieron hmm... Los dos, interesante- se da media vuelva -esto es de antes, quien lo hubiera imaginado-, se vuelve a dar vuelta y me mira fijo con una mirada penetrante y el seño fruncido, -tu traición te saldrá muy caro- yo no digo nada pero me tenso ante su advertencia. El suelo se abre y desciende al infierno mismo. Yo me quedo mirando a la nada sin moverme intentando respirar correctamente, el olor de Belzebu me pica en la nariz, con un intento que lo quite de mi. Siento el brazo de Azi abrazarme por la espalda, su cabeza apoyada en ella.

-Va a estar todo bien, era algo de esperarse que Belzebu se enterase- me susurra, yo me apoyo en él.

-Vamos a casa Ángel no quiero estar aquí- digo seco, me libero de sus brazos y camino. Me sigue sin decir nada debe saber que estoy enojado. Aziraphale pasa su brazo por mi hombro, le miro y me sonríe. Yo no le respondo a la sonrisa ahora mismo no puedo, acaban de amenazarme y esta vez yo no sé si podré hacer lo que hizo Crowley.

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Ni bien publico este estoy escribiendo el próximo jaja, cada vez más David y Michael se están alejando más de como fue la historia. ;)