Capítulo 7

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Declaración de amor

- ¿A dónde vamos? - el albino se encontraba sentado en el asiento del copiloto mientras miraba el perfil del pelinegro a su lado, para él resultaba embriagante verlo, olerlo y tocarlo, se estaba volviendo loco.

No sabía si aquello terminaría bien, pero eso de lo último que se preocupaba, solo se dedicaba a disfrutar de cada momento que ambos compartían. Le gustaba pasar tiempo con el mayor, le gustaba estar sentados o recostados en el mismo sofá por horas viendo la televisión o turnarse para ver quien haría la cena esa noche.

Su parte razonable le decía que es incorrecto sentir tanto en poco tiempo, pero su corazón le decía lo contrario y decidió por primera vez en un buen tiempo seguir a su corazón y no atreverse de perder esos momento que se volvían mágicos a su lado.

Luego buscaría a Morgan si necesitaba llorar en el hombro de alguien. - ¿no tienes pensado secuestrarme verdad? - su vista se había desviado a la carretera, habían salido de ciudad al parecer.

- No te secuestrare ni que fuera la bestia - la diversión en la voz del mayor capto la atención del menor, pero no exactamente por el tono, si no por la comparación del comentario.

El albino es gran fan de aquella pareja animada, le parecía una maravilla el desenlace de la historia entre aquellos personajes irreales que no dudo ni un segundo en contra atacar al hombre sentado en el asiento del piloto.

-La bestia no secuestró a nadie señor Darkmoon- le dijo sin más, sabía que al mayor no le gustaba ser llamado de aquella manera fuera de la empresa y mucho menos escucharlo de su voz - solo encarcelo a alguien que se metió en su terreno, igual a Bella no le molesto tanto luego de un tiempo.

- No me digas así Sam - gruño el mayor lazándole una mirada rápida, aquello sin duda le encantaba al menor. Por eso lo hacía - Por supuesto que no, se enamoró de la Bestia.

- Así es - comento en un suspiro - ella supo ver más allá de una simple bestia.

- Ajá - respondió - el síndrome de Estocolmo le pego fuerte - se burló, le encantaba molestar al albino.

- No jodas Damien - le lanzo un puñetazo en el brazo al mayor en juego. Sonrió en grande al ver que el rastro de burla en el rostro del mayor desapareció.

- Sam... - el tono de advertencia en la voz del mayor lo hizo estirarse a donde el otro se encontraba dejando un beso en su mejilla.

-Te ves sexy cuando te molestas - susurro el albino antes de regresar a la posición correcta

- Es imposible molestarme contigo - suspiro mirando al albino de reojo.

***

- Es hermoso - susurro el menor acercándose a la baranda que rodeaba el balcón de la torre observando el cielo en tonalidades rojizas, naranjas y amarillas - ¿ahora qué sigue? ¿Rapunzel y Flynn? déjame decirte que mi cabello no está largo para lanzártelo guapo - escucho la risa del mayor detrás de él para seguido de eso sentir sus brazos rodearlo.

- No, no sigue Rapunzel y Flynn- dejo un beso en la cabeza del chico para luego voltearlo dejando su rostro de frente al de él- suit notre histoire, Toi et moi, petite étoile. (sigue nuestra historia, tú y yo, pequeña estrella.) - llevó su mano a la mejilla del albino y bajo su cabeza pegando ambas frentes.

El menor al darse cuenta de la nacionalidad francesa del mayor en algunos de sus ratos libres se dispuse a ver videos de enseñanza francesa en YouTube, no sabía demasiado del idioma, pero aquello si lo que lo había entendido y sabía que responder.

Bendito seas YouTube. Pensó el albino antes de responder.

- Oui, notre histoire, Toi et moi, Dami.

Ambos pares de ojos se cerraron, sus respiraciones en un mismo ritmo y una sonrisa conjunta, aquello era una promesa de amor para la eternidad o eso quisieron pensar ambos en aquel momento.   

Mi Destino  |COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora