Mi destino
Dos años después
- Regrese mon petite étoile - un Demian, con su camisa blanca remangada hasta los codos con el saco azul a juego con el pantalón guindando en su ante brazo, entro a casa dejando los zapatos a un lado de la puerta y sus pertenencia en la mesita del recibidor.
- ¡En la sala! - el grito, del que es ahora su esposo, se escuchó por toda la casa y siguió aquella voz con una sonrisa en su rostro. Se encontró la mejor escena que podía recibirlo al llegar a casa.
Sus dos personas favoritas en el mundo, a su esposo albino y su hija de cinco años acostados en el sofá mientras el hombre sostenía un libro de cuentos en una de sus manos. - ¡pa!- la voz de la niña se hizo presente en la sala en cuanto lo vio.
- ¡Mi pequeña mariposa! - se acercó a ambos y la alzo en brazos dándole vueltas mientras reían. Aquello para Sam era lo mejor que había en el mundo, escuchar las risas de las dos personas que más ha amado.
- Quiere que le contemos una historia - dijo el albino sentándose en el sofá dándole espacio a su esposo e hija.
- Entonces tendrá notre histoire d'amour - Damien miraba con amor y alegría los ojos de Sam - vamos a ponerle "Mi destino" - Sam mordió su labio inferior mientras negaba con una sonrisa sin dejar de ver los ojos de color negro que tanto le encantaban.
- Se escucha muy bonita - hablo la niña en brazos de Damien mientras a recostaba su cabeza en el pecho del mayor.
- Lo es, mariposita - hablo el albino desviando su mirada cargada de cariño a la niña que ahora es hija.
***
Entre risas y miradas fugitivas de ambos mayores le contaron la historia a la niña quien de vez en cuando hacia comentarios sobre los protagonistas sin saber de quienes realmente se trataban, que por supuesto, no entraron en tantos detalles.
Aquellos que solo ellos dos conocían en conjunto con su mente y cuerpo.
Ambos fueron a dejar a la niña en su habitación arropándola y dejando un beso en cada una de sus mejillas, al salir de la habitación Sam se colgó del cuello de Damien mirándolo con esa mirada que hacía que el mayor se sintiera perdido en el mar de la tranquilidad.
Ellos podían comunicarse con solo mirarse a los ojos y sentir el tacto del otro, solo eso les bastaba, el silencio entre ambos para comunicarse como solo ellos sabían hacerlo, aquello ninguno de los dos lo cambiaria por nada en el mundo.
- Te amo mi Dami.
- Te amo mon petite étoile
Entre besos, caricias y abrazos termino esa noche para ellos, Sam estaba seguro de que no hacía falta fijar su mirada en otro lugar desde que conoció a Damien y el mencionado sabía que no le hacía falta buscar en el cielo la estrella más luminosa porque la tenía entre su brazos.
Eras, eres y serás mi único destino - eso se habían prometido ambos y lo cumplirían, porque no era una simple promesa que se puede llegar a romper, era una promesa que juraba amor eterno.
***
"El hilo rojo que nos unía a distancia nos unió en cercanía también, no se rompió, no desapareció en ningún instante. No todo fue bueno, pero supimos aprender a comprendernos, amarnos y respetarnos como lo prometimos. Tampoco nos faltó la comunicación, honestidad y fidelidad".
Damien Darkmoon & Sam Rouse
Este para ellos no es un final, pero para aquellos que no son más que testigos de su corta, y a la vez larga historia, es una despedida.
Gracias por detenerte a leer esta breve historia de Damien Darkmoon y Sam Rouse
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Mi Destino |COMPLETA|
Cerita PendekTeoría del hilo rojo: "Los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. Es invisible y permanece atado a estas dos personas a pesar del tiempo, del lugar, de...