Pesadillas Al Acecho ||Stranger Things - Harry Potter (Crossover)||

13

—Uh... ¿Señor Black, podemos parar? —Dijo Once, detrás de Remus. Sirius la miró por el retrovisor y vio su cara extremadamente preocupada.

—Por supuesto, Jane —Él sonrió. Para su desgracia, todavía estaban en medio de la carretera.

Se estacionaron en un espacio vacío frente a la carretera, con la camioneta de Argyle siguiendo sus pasos. Todos bajaron de auto.

Al bajar, Will se estiró, igual que Remus; Jane simplemente se quedó quieta en su lugar, obviamente estaba inquieta. Sirius la miró con preocupación.

—¿Tienes que ir al baño, pequeña? —Preguntó entonces, acercándose lentamente hacia ella. Jane lo miró, con algo que parecía temor mezclado con lástima. Eso no lo lastimó, pero lo hizo preocuparse más.

—No señor... Pero, creo que en Hawkins están en peligro y no creo que lleguemos a tiempo para ayudar —Ella no mencionó específicamente nombres, pero sabía que Black entendería el mensaje. El asombro en la cara de Sirius la desconcertó, pero él pronto asintió.

—Bien, bueno, no podemos llegar tantos mediante aparición... Entonces, ¿Que necesitas que hagamos? —Preguntó. Will se acercó y respondió inmediatamente:

—Tanque de privación sensorial —Sirius lo miró como sin fuera algo extraño, pero Will solo se rió, era normal que los demás no entendieran lo que él y sus amigos decían.— Eso es un...

—Si pequeño, se lo que es, solo me preocupa que sepas tanto de ciencia a tan temprana edad —Él le revolvió el cabello. Will lo miró medio ofendido y medio divertido.

—Dejalo Sirius, si a él le gusta la ciencia, al menos será mejor que tú en la vida —Respondió Remus, tratando de ocultar su sonrisa. Sirius lo miró completamente ofendido.

—No es por interrumpir, pero Ce acaba de decir que en Hawkins están en peligro —Dijo Mike, pero el tampoco quería dejar de ver. Era mucho mejor que estar tenso por alguien muriendo a kilómetros de distancia.

—Cierto, lo siento, Wheeler —Respondió Sirius, finalmente.— ¿Qué necesitamos, Will? —Él chico en cuestión asintió y comenzó a señalar cosas:

—Una piscina pequeña, pero donde Jane quepa —Remus asintió.— Agua, lentes para que ella no vea y... Mucha, mucha sal —Entonces ambos hombres asintieron.

—Necesitamos encontrar un lugar para hacerlo —Mencionó Jonathan, como si fuera lo más obvio del mundo.

—Lo sabemos —Respondió Remus. Sacó del auto una pequeña bolsa.— Aquí hay una tienda de campaña, no es muy grande, pero tiene bastante espacio para ésto. —Caminó hacia un espacio que estaba libre y la dejó caer. La tienda se armó sola en un abrir y cerrar de ojos. Media al menos dos metros y medio de alto y tres de ancho y largo.

—Solo es por fuera, por dentro es un poco más grande —Explicó Sirius, mientras seguía a Remus dentro.

—A estás alturas nada debería sorprenderme —Suspiró Jonathan, mientras entraba. Jane y Argyle lo siguieron.

—¿En serio confías en ellos? —Preguntó Mike, mirando la entrada con mucha atención. Will lo miró y se encogió de hombros.

—Son los tíos de Harry y los conozco de hace años, así que si —Will vió el entrecejo fruncido que se formó en su mirada.

—Si, Harry, tú nuevo mejor amigo —Gruñó molesto. Will rodó los ojos con molestia.

—Jonathan solo lo dijo para molestarte, Mike. —Dijo mientras escudriñaba el rostro de Wheeler, con un poco de sorpresa.— Tú eres mi mejor amigo. Él es... Nadie, solo olvídalo —La sorpresa en los ojos de Wheeler fue algo divino de admirar. Will entró a tienda, dando por terminada las discusión.

Y de hecho, la tienda si era mucho más grande que por fuera, aunque no demasiado, más o menos siete metros de largo por siete de ancho y tres de alto. Había algunas mesas y gabinetes, un horno y varias cosas más a las que no les prestaron extrema atención.

Mike entró segundos después, casi chocando con la espalda Will. Entonces el pelinegro miró con asombro todo el lugar, acercándose a uno de los gabinetes.

—No toques nada —Dijo Remus, acercándose a Mike.— Se que es impresionante, pero no hemos ocupado esto en mucho tiempo y no sabemos que podemos encontrar por aquí —Escucharon un 'auch' de Sirius y todos voltearon a ver.

—Y a eso, es a lo que me refiero —Dijo con diversión, mientras se acercaba a ayudar a Sirius. Su oreja había sido atrapada por lo que parecía un duende. Era de color azul eléctrico y medía unos veinte centímetros de altura, con un rostro afilado y voz muy aguda, que gritaba cosas que no eran correctamente entendibles.

—¿Qué es esta cosita bonita? —Preguntó Jane, mientras sonreía a la 'cosita' azul. El duende la miró atentamente desde la mano de Remus y voló directamente hasta la cabeza de la chica, pero no hizo nada completamente malo, solo se sentó ahí.

—Un duendecillo de cornualles. Y parece que le agradas —Dijo Sirius, mientras trataba de hacer que su oído dejará de doler; o al menos eso es lo que pensaron, porque estaba sobándose la oreja con muchísima fuerza.

—Bueno, entonces una pequeña piscina —Dijo Remus, mientras miraba atentamente a la chica, que jugaba suavemente con el duendecillo. Sacó su varita (tal vez no les decían así, pero se imaginó que si) y la movió en un ángulo extraño.

Una piscina para niños apareció en el centro de la habitación, no era muy elaborada ni bonita, pero parecía ser cómoda y serviría para lo que la necesitaban.

—Sal, que un huevo flote —Recordó Jane. El duendecillo se había sentado en su hombro y su cabeza estaba recargada en el cuello de la chica. Ella le sonreía cariñosamente.

Sirius se dirigió hacia el refrigerador y sacó un huevo, mientras que Remus fue hacia una puerta, donde alcanzaron a ver muchos sacos.

—Jonathan, Argyle ustedes me ayudan a echar la sal al agua —Dijo mientras cargaba uno de los sacos.— Mike y Will, ustedes usan esos palos que están a un lado de la estufa para revolver —Mike tomó uno de los palos, que parecían remos pero más pequeños, y el otro se lo tendió a Will.

—Jane, ven conmigo, te daré algo de ropa para que no mojes esa —Dijo Sirius, dejando el huevo sobre la mesa. Ella asintió y lo siguió, con el duendecillo volando detrás de ella.

Por alguna extraña razón, Remus comenzó a inquietarse, esperaba que no estuviera pasando nada malo...