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Todos volvieron al remolque. Cada uno en diferentes grados de nerviosismo.

—¿Estás bien con todo esto? —Preguntó Eddie, sentándose junto a Harry, mientras miraba atentamente a Steve, que estaba detrás del volante.

—¿Contigo y con Steve? Claro que sí, siempre y cuando ambos sean felices. Pero te juro que si le haces daño, te mataré —Él respondió su propia pregunta sin darle a Eddie tiempo a reaccionar.

—¡No me refería a eso! —Susurró exasperado, mientras miraba que nadie haya escuchado. Un sonrojo floreciendo en sus mejillas.

—Oh... ¿Entonces a qué te referías? —Preguntó Harry, en verdad confundido e inocentemente, como si no hubiera mencionado matar a Eddie. El hombre en cuestión lo miró con las cejas alzadas y luego volvió a mirar al suelo, con una extraña mueca en su cara.

—Me refería a ti, sacrificandote por todos nosotros —Respondió, la preocupación resonando en su voz.— No nos conoces y mucho menos a todo el pueblo. ¿Porque... Porque lo haces? —Preguntó.

Harry se pasó una mano por la frente con frustración, pero no dirigida a Eddie, y volvió a mirarlo.

—Siempre he tenido este instinto protector —Respondió con un poco de diversión en su voz.— Antes de que digas algo, no lo hago por la ciudad. Aquí y en mi universo, por mi, podrían irse al carajo; pero si no lo hago, los que quiero resultarán heridos. Y ustedes, todos ustedes, son parte de mi familia ahora —Eddie sonrió con diversión, pero algo en el demostraba cariño.

Le revolvió el cabello y, entonces, pudo ver solo un poco de ella, ahí, en el lado izquierdo de su frente.

—¿Qué es esto? —Preguntó sorprendido pero con curiosidad, alzando una ceja. Tomó al niño por la barbilla y alzó completamente el cabello delantero de Harry. Una cicatriz en forma de rayo se encontraba ahí, pero era muy pequeña que casi no la habría notado.

—Marca del hechizo fallido de Voldemort —Respondió, mirando a otro lado con vergüenza.

—Bueno, se ve bastante genial en esta cabeza tuya —Dijo Eddie, notando la vergüenza de Harry. Pero de todas formas lo decía en serio, jamás había visto una cicatriz con esa.

—¿Gracias? Supongo —Respondió Harry con una pequeña sonrisa.

—No hay de que, Potter —Respondió tranquilamente.— Además, no es por presumir pero dado que tengo casi el mismo cabello que tú, y se ve genial, te recomendaría rizarte el cabello —Guiñó un ojo al final del discurso

Harry rodó los ojos con cariño, pero aceptó que desde hace un tiempo estaba pensando en rizarse el cabello.

—Lo que digas, nerd —Ambos rieron en voz baja.

—¡Ya casi llegamos, prepárense! —Gritó Nancy, sacándolos de ese pequeño momento familiar. Todos volvieron a sus lugares, sabiendo que ese podría ser el final de todo o el inicio del fin del mundo.

Y en poco tiempo estuvieron frente a la casa Creel. Ese era el destino de un equipo.

Tommy fue el primero en bajar, no sin antes despedirse de sus dos mejores amigos e, incómodamente, de los demás adolescentes. Luego le siguió Erica, que solo dijo «No hay despedida, porque estoy segura de que nos volveremos a ver», nadie intentó replicar porque tenían esperanza en que sucediera.

Luego Lucas y Max, que sin éxito, bajaron lo más rápido posible para que los demás no pudieran ver la preocupación y lágrimas en sus caras.

Y al último Harry, que le dió un fuerte abrazo a todos (incluida Carol). Él era un chico que, según todos los que conocía, siempre veía el lado positivo de las cosas; pero que tampoco se negó a ignorar las cosas malas, porque por supuesto, ahí estaban. Así que prefería despedirse, pero sin un 'Adiós' directamente.

Pesadillas Al Acecho ||Stranger Things - Harry Potter (Crossover)||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora