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Había estado bajo el cuidado de Henry durante una semana y media, al menos. O eso es lo que había informado hace unos tres días, la que había sido la última vez que lo vió.

Santo Dios... Había pasado dos semanas y media muerto para el mundo. Para sus conocidos, para sus padres y para sus amigos, que jamás intentaron buscarlo.

Sus instintos comenzaron cada vez más a salirse de su control, algo que lo asustó durante un tiempo, al menos hasta que Henry le explicó completamente los detalles. Recuerda cual fue el primer signo de ello.

Había sido una tarde extraña, el había estado en el centro de Hawkins, en una tienda de música que había encontrado que no recordaba desde 1985, año en que cerró y fue reemplazada por una tienda de comida rápida unos meses después.

Estaba husmeando por el lugar, la guitarra acústica mohosa con la que había retomado sus clases de música en su espalda, mientras buscaba algo interesante.

Había dejado que su mente le dijera que hacer, es por eso que estaba ahí.

Su relativa comodidad se olvidó en el momento en que sintió un ardor en sus encías, por lo que dejó caer con un ruido sordo el cassette en su mano.

El ardor comenzó a sentirse como un dolor horrible, por lo que llevó su manos a su boca, tratando de sentir que pasaba, pero cuando lo tocó le dió un fuerte dolor. Y aunque trató de seguir el consejo de Henry sobre dejar que lo consumiera, era realmente doloroso.

Sintió lagrimas que comenzaron a caer por sus mejillas cuando pasó su mano suavemente por ahí para evitar el dolor. Lo único que quería era que se detuviera, era horrible, era insoportable. Quería morirse solo para no volver a sentirse así.

Cuando separó su mano de su boca, un líquido negro espeso resbaló asquerosamente de las puntas pálidas de sus dedos. Supuso que esa era su sangre ahora.

Corrió hacia el espejo que había visto antes en las cajas de compra, para observar un par de caninos puntiagudos burlándose de él desde su boca. No eran muy grandes, pero era incómodo tenerlos ahí. Como sus frenillos cuando tenía doce.

Tocó suavemente con su dedo índice uno de ellos. Soltó un gruñido cuando sintió el diente atravesar la piel con facilidad. Así que además de ser incómodos y doler, eran muy afiliados.

Sus pobres encías escurrían sangre demasiado rápido para su gusto, por lo que con la manga de su nuevo suéter, que había encontrado en alguna tienda por ahí, limpió lo que escurría. Y si le dolió mucho más que antes, solo lo sabría él.

Así que si... Esa había sido la primera vez que algo pasaba para llegar hasta ahora.

Sus sentidos se sentían muchísimo más aumentados, pero era bastante bueno, ya que así podía cazar; algo más de su nuevo repertorio. Necesitaba sangre un poco para alimentarse, lo que era bueno.

Eso lo descubrió un día, tenía demasiada hambre y algo le decía que fuera al bosque. Se encontró con un Demoperro y fue cuando la mayor parte de su cordura se fue al carajo.

No había comido en más de una semana y tenía tanta hambre, solo que cuando intentó comer algo casi vomitó. Lo único que pudo comer eran verduras, pero sin cocinar, porque eso le revolvó el estómago. Tal vez fue el cambio brusco de alimento. O tal vez porque revivivio.

Maldijo al moho del Upside Down por arruinar la mayor parte de la comida del lugar.

Recuerda haber corrido y corrido durante un largo tiempo hasta que encontró el lugar del que provenía ese dulce olor. Ahí estaba el Demoperro, bastante pequeño, pero era algo.

Pesadillas Al Acecho ||Stranger Things - Harry Potter (Crossover)||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora