🐉 6. La reina en desgracia

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[Itto-Kan Diner]

Tras salir de la escuela, Tn y Shinichirō habían decidido ir a aquel bar para comer algo y pasar el rato; él se encontraba en la barra bebiendo una Coca-Cola, viendo a su novia jugar pool con los chicos, e iba ganando.

– Vean y aprendan, bobos.

La joven levantó el taco, colocándose en posición, y lo movió, golpeando con la punta la pelota blanca, aquella rodó, golpeó a una de color y esta rodó al otro lado de la mesa, golpeando otra y entrando ambas.

– Increíble.

– Con razón Asahi juega tan bien –rió.


– ¡Bien hecho, muñeca! –felicitó el pelinegro. 


Ella lo miró y rió.


Pero de pronto, el jovial ambiente fue interrumpido abruptamente por algo que entró al local rompiendo el cristal de la puerta. Todos se sobresaltaron, cesando sus risas y conversaciones, y observaron hacia allí.

Yamato dejó el tenedor, y se levantó rápidamente de la mesa, todavía masticando la comida en su boca; se acercó con prisa a la puerta y la abrió, observando a la calle, viendo finalmente a los lejos una motocicleta alejarse con dos personas que llevaban cascos negros.

– Se van.

Cerró la puerta, se agachó y tomó aquello que rompió el cristal: un ladrillo refractario que tenía amarrado un papel; sacó aquel y lo desdobló, abriendo los ojos como platos.


– ¿Qué pasa, Yamato?

– ¿Qué es?

– Oye...


– Tn... –llamó y la miró.– Creo que es para ti.


– ¿Qué?

Tn dejó el taco sobre la mesa de pool, se acercó rápidamente al mayor y tomó el papel; su corazón dio un vuelco al ver la fotografía que venía pegada a él. Era una foto de su hermano menor, estaba todavía vistiendo su uniforme escolar y se encontraba amarrado a una silla y con una venda en su boca, además a un lado se veía una mano enguantada apuntarle con un arma a la cabeza; sin embargo, aún en esa traumática situación, el pequeño mantenía una cara de nada, parecía más aburrido que asustado. Leyó lo escrito en la nota y frunció el ceño.


– ¿Qué sucede, Tn? 

– ¿Qué dice la nota?


– Es de los Gashadokuro –miró a todos.– Quieren enfrentar de nuevo a Red Snake y destruirnos, y para motivar la pelea...secuestraron a Asahi.


Todos exclamaron sorpresa. Los hermanos Nakamura se acercaron rápidamente a la chica para ver la nota, volviendo con los demás para enseñárselas.

La joven, por su parte, se acercó a la barra y se extendió sobre ella para tomar el teléfono y llamar a casa, esperando que esa foto no sea real.

– Contesta...Contesta...

– Residencia Lóng.

– ¡Shing!

– Oh, eres tú.

– ¡Shing! Asahi está en casa, ¿Verdad?

– ¿Eh? No, no llegó de la escuela aún. Creí que estaría contigo en Itto.

– Maldita sea... –murmuró.

– ...Tn, ¿Qué sucede? –no hubo respuesta.– Tn... ¿Tn? ... ¡¿Tn?! ¡¿Qué sucede?! ¡¿Le pasó algo a Asahi?! ¡Maldita sea, contéstame!

Red Dragon 🐉 Shinichirō SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora