🐉 24. Vida perdida

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[Residencia Sano]

Tn terminó de preparar el té, llevó la bandeja hacia la mesa, y sirvió ambos vasos, para luego sentarse delante de su abuelo político, Mansaku.

– Gracias, Tn –ella asintió.– Te llamé porque...me preocupas.

– ¿Ah?

– Shing-kun me dijo que estabas tomando demasiados antidepresivos, ansiolíticos y somníferos.

– Y-Yo no...

– Y noté que tiene razón. Hablas lento, tus movimientos son torpes, te quemaste con el agua caliente mientras preparabas el té, y tus párpados parecen pesar, da la sensación de que te dormirás en cualquier momento.

– ...Lo siento –bajó la mirada.

– Me dijo también que no estás trabajando, ni comiendo bien.

– ...Usted sabe, abuelo...Desde que Shinichirō murió, he sentido que me falta algo, que no estoy completa –llevó una mano a su pecho.– Esa noche en que recibí esa llamada de la policía...quise morir, quería irme con él –hizo una pequeña pausa.– Pero todavía tenía a Botan, debía cuidar de Botan, él era el fruto de nuestro amor, y lo que me había quedado de mi amado Shinichirō. Me mantuve de pie todos esos años por Botan, por mi pequeño y dulce Sano Botan. Quería que el crezca y sea como Shinichirō de grande, especial y carismático, pero... –sus ojos se cristalizaron.– Pero desde que Botan murió, mi mundo acabó de derrumbarse. Siento que ya no tengo nada. 

– ¿Nada?

– Emma está muerta, Manjirō huyó de casa, Asahi no ha hablado con la familia desde que salió del centro de detención...Shing tiene su propia familia, Haruto volvió al mundo de las pandillas para poder hacer algo por Asahi...Sólo quedamos usted y yo.

– Hmh –asintió.– Lo entiendo –le dio un sorbo a su té.– También siento la ausencia en esta casa –hizo una pausa.– A veces sueño con los viejos tiempos...Cuando Shinichirō y tú venían con sus uniformes de pandilla contando de su día a Manjirō, o cuando llevaban a Emma y Manjirō a comer helado, cuando veían películas todos juntos con Keisuke, Haruchiyo, Senju y Asahi...Cuando trajeron por primera vez a Botan, que te sentaste en ese sofá con él en tus brazos y Emma y Manjirō te hacían miles de preguntas...Cuando Botan venía y corría por toda la casa, o cuando salía al jardín a saltar en los charcos de agua, Emma siempre lo regañaba y quería meterlo a la casa para que no enfermara, y cuando le decía a Manjirō, él salía a saltar en charcos también, y después los dos se sentaban en la sala a ver películas de acción mientras bebían té y comían taiyakis... –sonrió con nostalgia.

– Lo recuerdo –esbozó una sonrisa triste, con sus lágrimas en sus ojos.– Eran buenos tiempos.

– Sí...

– ...Pero no volverán –borró su sonrisa.– Y eso es lo que me está matando lentamente.

– No resolverás nada matándote, Tn.

– Pero no sé qué hacer –sus lágrimas comenzaron a correr.– He perdido todas las motivaciones de vivir...no tengo nada por lo que seguir...

Tn cubrió su rostro con ambas manos, y rompió en llanto. Mansaku se levantó, dio la vuelta a la mesa para sentarse junto a ella, y sobó su espalda intentando consolarla.

[Junio 29]

[Residencia Lóng-Sano]

Tn se arrodilló delante del altar fúnebre que se encontraba en su sala, el cual tenía  encima dos fotografías enmarcadas, una de Shinichirō y otra de Botan, apoyó las manos en el suelo y se inclinó, apoyando también la frente, haciendo una reverencia dogeza.

Red Dragon 🐉 Shinichirō SanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora