La vida es como una montaña rusa, estamos tan ansiosos cuando estamos en la fila para subir, los nervios aumentan cuando tu turno se acerca, esa sensación donde nuestras emociones se mezclan y crean una inexplicable, pero nos subimos con todas las expectativas posibles, pero en el recorrido nos damos cuenta de que no fue todo aquello que esperábamos, el tiempo paso tan rápido que sentimos que los minutos fueron muy escasos por lo que hemos pagado, pero una leve satisfacción nos demuestra que esos segundos de recorrido si hicieron un efecto, en nuestras vidas, ¿Cuántas veces nos hemos sentido en la cima?, ¿Cuántas veces hemos caído?, ¿Cuántas veces hemos cuestionado nuestra vida?, enfocarnos en las cosas negativas es tan fácil, tan común, pero mirar más allá de lo visible es otro nivel, ver como Dios nos ve es difícil entenderlo y más complicado hacerlo, pero no es imposible, dice la palabra que Dios diseño cada molécula de nuestros cuerpos, cada hebra de cabello él la conoce, conoce cuando le vamos a fallar, pero aun así, su gracia se refleja cada día.
Hoy mientras iba en un taxi, pude hablar con el conductor, le contente que estoy orando por algo que Dios puso en mi mente, no recuerdo como llegamos a ese tema, pero pude sentir que era alguien que en su momento ya ha conocido de Dios y tuvo una mala experiencia con parte de los hijos del Padre, pero me alegro de que sin decir mi nombre, sin decir más allá de lo visible, me dijo "Es muy difícil ver, escuchar y sentir como alguien puede amar a desconocidos por amor a Dios y ud señorita tiene esa esencia", cuanta alegría y gozo me dio recibir esas palabras porque sé que no soy yo, es la gracia de Dios que se refleja en mí, creo que Dios me llevo a conocerlo con un propósito, al bajarme le regale una carreta de promesas que con fe, sé que será un respiro en sus momentos de agobio
En el capítulo anterior nos retamos bendecir a otros con cosas almacenadas, hoy tenemos el reto de bendecir a otros con palabras de AMOR, el poder de la palabra es tan grande que puede bendecir o maldecir a alguien, vamos a actuar de una manera sabia, que cada palabra que salga de nuestros labios sea pasada por un filtro, que incluya la pregunta ¿Lo que diré bendice o maldice a alguien?, si nuestra respuesta es que maldice optemos por no decirlas que esta semana sea todas nuestras palabras de amor y bendición
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VERDADES OCULTAS EN DIOS
EspiritualEste libro es para todo aquel que busca de Dios. La verdadera pelea comienza cuando lo aceptamos, llegan tantas interrogantes, tantos ojos se posan en lo que haremos ¿Que tan peleador eres?