"Qué mierda acaba de pasar?" preguntó Aria, sin poder creérselo.
"Ali-Alison nos... defendió." Susurró Hanna, su voz casi inaudible.
Las chicas se quedaron en silencio, hasta que Spencer habló.
"Bien, sucedió un milagro navideño. Aunque se adelantó unos meses," su tono de voz sonaba sarcástico, como si fuese todo una broma. "Ahora, puedo seguir tomando mi café?"
Aria, Spencer y Hanna continuaron con sus bebidas, pero notaron que Emily no se había movido, ni emitido sonido.
"Em? Estás bien?" Preguntó Aria, dándole un suave empujoncito a Emily.
Emily borró la sonrisita tímida de su cara, que había estado plasmada allí desde que Alison y su grupo abandonaron el local, y volvió a tomar asiento.
Alison la había defendido. Alison no había dejado que Noel y sus ratas las agredieran. Alison las había puesto primero, y eso era bastante progreso después de cinco años en silencio.
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"Als! Qué mierda fue eso?" Le reprendió Noel mientras caminaban hacia una de las tiendas de ropa del centro comercial.
'No me llames Als, mierda!', tuvo ganas de contestarle, pero optó por callarse al respecto. "No sé de qué me estás hablando."
"Podría haberme divertido mucho con la lesbiana y sus amigas de plaza Sésamo."
"Basta, Noel. Ellas nunca te hicieron nada."
Noel la miró perplejo, pues la rubia nunca antes las había defendido.
Alison se asustó un poco, y se reprendió a sí misma.
Pudo aguantar cinco años sin hablarle a esas chicas. Pasó unos días con Emily, y ya estaba acercándose a ellas y rompiendo sus propias reglas.
Mierda. Mierda. Mierda.
"Lo siento Noel," se disculpó falsamente, "la próxima vez no te detendré. Lo prometo."
No la juzguen. Ser amiga de gente sínica tenía sus ventajas.
Número uno: no se daban cuenta cuando Alison se sentía mal.
Número dos: si se daban cuenta, no les interesaba, así que no preguntaban.
Número tres: si alguna vez se enteraban de sus enfermedades, se alejarían de ella y no le hablarían nunca más.
Las chicas habrían hecho todo lo contrario, y ella las habría lastimado.
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Every day is payday,
Swipe my card, then I do the nae nae
You talking to a lady,
I want a Kanye-ye not a Ray J,
'Puta alarma. Por qué? Yo no merezco esto. Yo merezco dormir hasta tarde. Y si digo que me enfermé? O que me quebré la pierna? Quiero faltar.'
Ignorando sus típicos lamentos matutinos, Emily se estiró sobre las sábanas y se sentó.
Quería dormir unos cinco minutos, pero sabía que esos cinco minutos se convertirían en cuarenta, así que se apresuró a su closet.
Al abrirlo, sacó su ropa, (y a Lauren Jauregui okno) y se preparó para la escuela.
Una camiseta de basketball que su padre la había regalado. Era color azul y tenía el número '10' grabado en la parte trasera, seguido por su apellido, 'Fields.'
Se puso también sus pantalones de cuero y sus Converse azules.
Se miró en el espejo y rió. Ya no era Emily Fields. Parecía más una Natasha Negovanlis.
